Opinión Nacional

Carta de Snowden al Presidente

Estimado Comandante

República Ornitologíca Cubanovenezolana.

Avión Presidencial:

Después de saludarlo y desearle un buen viaje, tanto a Ud. como a su señora esposa, sus amigos íntimos, su cocinero, su probador de comida, primos, sobrinos, gente amiga que pide cola y los 20 vigilantes presidenciales– presumo que está saliendo de nuevo-, tengo a bien dirigirme a Ud. para pedirle excusas por haber rechazado su oferta de Patria Segura, prefiriendo aceptar la que me extendió el honorable Don Daniel Ortega, Jefe Supremo del principado de Nicaragua.

Darle una explicación detallada de las razones principistas de mi decisión, pasando por alto su interés humanitario y desinteresado, así como su cariño y compromisos morales con todos los ex agentes de la noble institución a la que pertenecí, más conocida en los arrabales de Pakistán y Kabul como la CIA, no es tarea fácil. Sé de sus principios anti imperialistas, yo mismo los comprobé en una de las 102 conversaciones que le grabé durante el mes de Abril de este año, en especial, aquella en la que dijo que lo de las lechugas estaba seguro, y por la cual informé a mis superiores que en su país podrían estar sembrando un nuevo de tipo de yerba alucinógena para competir con Méjico. Los mismo principios que recuerdo se los mencionó al Teniente ese, Pelo, Barba, o algo parecido –perdone, pero no recuerdo ahora su nombre- donde le nombró la madre por lo que dijo de él nuestro agente Silva, el del programa de afeitar, durante la grabación que le hizo el agente cubano que lo grabó en una operación al servicio de los chinos para ver si hay chance de cobrar lo que le deben.

Esos principios para mi ahora valen, -reconozco que antes no mucho, pero nobleza obliga- lo que ocurre mi Comandante, es que el riesgo de que mis contratistas de antes me den un paliza o me estrangulen me tiene asustado. Sabe Ud. muy bien que para que habláramos en el aeropuerto de Moscú tuvimos que hacerlo en el baño. Y le pregunto mí estimado Comandante: ¿Cómo puedo yo vivir en un país en donde no hay papel sanitario bueno, bonito y barato? Sé que puedo contar con el de su palacio de Gobierno ¿Pero que sería de mí si ustedes a la hora de un desenvuélvete popular tiene más necesidad del producto que yo? La CIA es una vaina, Comandante. Yo no puedo arriesgarme a ese tipo de carencias. Por el otro lado, tampoco puedo vivir sin pollo. Yo soy de la generación Kentucky Fried Chicken. Perdóneme, pero no puedo imaginarme el mundo sin comerme mi muslito, una alita frita o la noble pechuga con mostaza y Coca Cola. Tal vez una de las debilidades que los jefes en la Agencia sabían que teníamos todos los espías de la generación de los 70, y el caso es que también me he enterado de la carencia de esas aves en su país, en donde solo hay pajaritos, y me excusa, pero yo pajarito si es verdad que no como.

La última y más grave razón de peso para esta dura selección del lugar donde voy a desarrollar mis habilidades de escuchador, es que allá tampoco hay azúcar, coño, ni negra, ni blanca ni de remolacha, solo una cosa oscura que llaman papelón, y me vuelve a perdonar, yo con vainas raras no endulzo.

Cosa aparte, pero también pesó en mi decisión algo que aunque le parezca descortés, es serio, me refiero a la cantidad de muertos semanales en su país. Eso da miedo, incluso en la Agencia, en donde solo matábamos 10 o 20 talibanes semanales con los drones, no llegamos a los 50 o 60 de ustedes con ladrones.

No hay que ser gafo para pensar que en una ida al cine – vuelva a perdonarme, pero yo sin dos películas semanales no podría vivir- corro el alto riesgo de que me maten y después usted con tranquilidad dirá en uno de esos programas divertidos de dos horas que pasa todos los días, que no fue el hampa sino venganza de la CIA. La pinguiña mi Comandante.

Si le debo algo por su amabilidad, le prometo pagárselo con ayuda técnica una vez que el Sr. Ortega me monte mis oficinas para controlarle a la oposición, y desde Managua le paso unos reportes semanales sobre las actuaciones del presidente electo, ese tal señor Capriles, o de cualquiera de los que duden de su capacidad de gobernar y la claridad de sus discursos.

Sin mas por el momento se despide y queda a sus ordenes

Sir. Edward Snowden

Agente de la CIA en Observación.

PD: Salúdeme a Evo y dele las gracias por meterme en la guantera del avión. Ah, y perdone por última vez, tal vez sea una pregunta indiscreta, pero en mis controles a sus teléfonos nunca pude saber las razones por las cuales se pone Ud. esa chaqueta con los colores de la bandera. ¿También hay escasez de ropa en Venezuela?

 

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