Opinión Nacional

Carta de un Ni-Ni a Laureano Márquez

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
Te veo como Garrik, aprendiendo a reír con llanto y a llorar con carcajadas. Quién sabe, tal vez todos estamos así.

Escribiste en enero una carta dirigida hacia los ni-ni. Tuviste gran acogida ante los lectores pues recibí varias cadenas con tu artículo. Supongo que las gríngolas morales de tu parecer te impidieron intuir que existen varios niiistas, uno de los cuales de por sí no te pudieron leer, porque no creo que esos antipolíticos, como tu mencionaste, lean aquellos diarios cuyo eje transversal es la política. Tal vez debiste enviar el artículo a Urbe, quién sabe.

Soy uno de esos niiistas políticos, como te habrás dado cuenta por el sólo hecho de este artículo. Sin embargo, no escribo en nombre de alguien, sólo por mí, porque creo que los ni-ni se caracterizan por su pluralidad, algo parecido a la “sociedad civil” que por definición (por la diversidad de sus acciones y quehaceres) no se puede representar por un actor institucional o personal. No soy humorista, no tengo el don de expresar nuestra crisis con humor. Soy ciudadano, lo que todavía me da cierta legitimidad para expresarme.

Quisiera plantearte mi dilema moral para que comprendas la complejidad de la realidad política, tal como la veo. No sé si el piso desde donde sostengo la ética de mis acciones esté sucio o pulquérrimo, aunque creo que si la moral es la actitud frente a lo bueno y lo malo, entonces, mis pies se encuentran ante lo que considero bueno (¿lo limpio?) y lo malo (¿el pupú?), si es así tu también debes tener algo de impolutez.

Ante todo quisiera decirte que por ser ni-ni no significa que no tenga opinión o decisión política, que no haya centro político, sino que éste se ha hecho múltiple. La violencia del lenguaje maniqueo donde la política se ha expresado en estos años, me ha arrancado la gríngola del simplismo y hecho comprender que la realidad no es tan simple como aparenta, sino indomesticablemente plural.

Te invito a que hagas de la “duda” tu forma de ver la realidad. Se que la duda conlleva a la incertidumbre, y por tanto al temor de caminar por un sendero movedizo, pero también sé que la ambigüedad de la incertidumbre te libera de tus convicciones y creencias que aceptas sin chistar, así, puedo ver que no hay sólo un sendero (chavista o antichavista, a propósito, ¿has notado que algunos personeros de la oposición se definen en negativo? O sea, el “anti”-chavismo es su proyecto de gobierno), sino varios (elementos que considero importantes para mi país del chavismo, así como elementos de la oposición, de la comunidad internacional, y otros actores).

¡Las palabras son acciones! La violencia del discurso político que irremediablemente ha conllevado a violencia física, ese mismo discurso que puede hacer creer que 1 + 1 = 3 porque así lo dice el líder, hizo que por fuerza aprendiera a problematizar y dudar de todo cuando vea y escuche. No es un no-creer, sino que existen varias opiniones positivas que merecen ser creídas como válidas. El camino que creí caminar se deshizo ante mí y comencé a crear mi propio camino, ¡caminante no hay camino, se hace camino al andar!
Sé que tienes presente, como así lo dijiste, de la podredumbre de ambos lados, te felicito por esa conciencia. Pero por el hecho de que aceptes eso de que dentro de lo malo escojo lo menos malo, no te puedes hacerte merecedor de hacer del humor sarcasmo para juzgar de una forma tan negativa la posición y decisión de creer que, por ejemplo 1 + 1=2, que la realidad es un poquito más compleja de lo que parece ser, y que puedo decidir como yo quiera.

Soy niiista, pero antes, soy ciudadano con decisión política y moral.

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