Carta política al Niño Jesus
Siempre acostadito con tu piernita y tu dedito levantado y esa carita de niño burgués y adinerado, esperando que la gente venga a contemplarte con esa sonrisa tan propia tuya y piense “que bello No ha cambiado nada en dos mil años” Siempre igualito. Y al cabo de quince días nos olvidamos de ti, de tu mensaje de amor al prójimo y de tus ideales de justicia, igualdad y solidaridad.
Creo que todos necesitamos una sacudida interior para conocer la magnitud y gravedad de lo que vivimos en nuestra querida patria. Posiblemente nos haga falta reconocerte como el Jesús aplomado y arriesgado que enseñó a los pueblos como sacar a los mercaderes y traidores del templo. En esta Navidad yo te quiero pedir para todos y cada uno de los venezolanos, la claridad, el coraje, la valentía y los testículos necesarios para desarticular todo el andamiaje de absolutismo, totalitarismo y comunismo que se nos esta viniendo encima.
Posiblemente lo que mas nos haga falta es la claridad en el pensamiento y análisis porque el coraje y la valentía parecieran ser una consecuencia de esta; y los testículos, pues a cada quien ya le diste los que les corresponde. Me angustia que la gente no termine de entender este proceso de destrucción institucional que trae consigo la acumulación del poder en un solo hombre. Para mi, lo grave del proceso que se esta llevando a cabo en Venezuela y en Latinoamérica es que desconoce y niega el valor natural de los pesos y contrapesos de la sociedad, por la influencia directa de un anciano dictador caribeño que pretende concentrar el poder en un autócrata heredero hecho a su imagen y semejanza. Tenemos entonces unas autoridades obedientes y sumisas a la voluntad del autócrata absolutista. Y esa obediencia, pasividad y sumisión se va permeando a cada uno de nosotros, hasta que nos convirtamos en unos zombis deambulantes.
Si tú en algunas oportunidades nos enseñaste que estábamos hechos a imagen y semejanza tuya, donde carajo dejamos, en que rincón se nos extravió, en que parte olvidamos, ese don de la palabra, de la persuasión, ese mensaje de unidad y esa voluntad inquebrantable de luchar en todos los frentes, cada uno de nosotros, por una sociedad mejor?
Ayúdanos a entender Niño Jesús, la complejidad y el peligro de estos tiempos de la moderna dictadura; pero de manera especial, danos el coraje para organizarnos y no dejarnos penetrar por ella. Te pido que podamos construir absolutamente todos, la moderna sociedad democrática que nos merecemos. Posiblemente sea algo parecido a lo que soñaste como tu reino.