Opinión Nacional

¿Cerrar el Banco Central de Venezuela?

Los últimos comunicados del Banco Central de Venezuela sobre los indicadores de inflación y escasez, por el cambio de lenguaje del texto, elevadamente asociado a los términos utilizados por el gobierno para identificar las causas de los graves problemas económicos, además de la ruptura del compromiso anual de publicar un informe preliminar sobre el estado de nuestra economía, revelan la necesidad de examinar el rol que está cumpliendo esta importante institución de Venezuela. Dadas las carencias que inmediatamente muestro me pregunto si no sería más sincero, de parte del gobierno asumir la responsabilidad de cerrarlo. Comencemos con lo más trivial.

¿Cuánto es la inflación Maduro?

Por primera vez en muchos años Maduro, me imagino que siguiendo la pauta de dominar todos los poderes públicos, se atrevió a vaticinar los números de la inflación de noviembre y el crecimiento de la economía del año pasado. Por supuesto, debemos suponer que él debe tener una alternativa de medición que sustituye al BCV, por lo que ¿No será mejor revelarla y culminar el proceso de castración de las funciones del Instituto emisor? que, por lo que vemos la única que le va quedando es la de emitir billetes y fabricar monedas.

Del «millardito» al Directorio

La secuencia de las decisiones tomadas para aniquilar el poder institucional del BCV, comienza por lo del «millardito» que culminó con los criterios «técnicos» que validaron el camino para que las reservas del BCV, esto es de la República, pasaran a manos del Fonden y se dilapidaran sin control alguno. Hasta ahora, no existe una rendición de cuentas de la aplicación de esos recursos. El hecho es que, por esas medidas, el BCV perdió reservas internacionales por el orden de US$ 105.000 millones, quitándole el piso de respaldo a nuestra moneda y fomentando sus devaluaciones sucesivas.

Luego sigue una segunda etapa que convirtió al BCV en el financista de los déficits operativos de las innumerables empresas del Estado, comenzando por Pdvsa, contraviniendo el espíritu principalísimo de un banco central que dice todo lo contrario. En el parágrafo 1 del artículo 37 se dice: «Está prohibido al Banco Central de Venezuela… acordar la convalidación o financiamiento monetario de políticas fiscales deficitarias» y el 2: «Otorgar créditos directos al Gobierno Nacional…», a esta etapa se le solapa de manera creciente la intervención del Directorio, con un dominio pleno de funcionarios gubernamentales y con el nombramiento fuera de su propia Ley del Presidente del Instituto.

De sus atribuciones legales y constitucionales

Lo peor de toda esta sentida historia es que en la Constitución de 1999 al Banco Central se le dieron atribuciones de ese carácter, designándole «protector» del poder de compra de los venezolanos al atribuirle que sea el «garante de la estabilidad de precios» y de «preservar el valor de la moneda», a lo que le sigue que «le está prohibido financiar al Fisco venezolano en cualquiera de sus especificaciones».

A ello le sigue la violación de su propia Ley cuando, dentro de ella, en su artículo 7 se le asigna «acopiar, producir y publicar las principales estadísticas nacionales…» o la obligación de «Rendir cuenta a la Asamblea Nacional mediante el envío de un informe anual de políticas y de las actuaciones, metas y resultados del Banco Central de Venezuela, así como de informes periódicos de las variables macroeconómicas del país…» (Art.21), el cual, que sepamos, no se ha elaborado ni entregado. En el artículo 31 se dice: «La gestión del… se guiará por el principio de la transparencia. En tal sentido… deberá mantener informado al Ejecutivo Nacional…a los agentes económicos públicos y privados y a la población acerca de la ejecución de sus políticas…».

Muy interesante para todos los venezolanos es la obligación que tiene el BCV de acuerdo con su artículo 80 de publicar sus estados financieros. Dice: «se publicarán en un diario de circulación nacional y se facilitará el acceso a los datos a través de los recursos electrónicos del Banco.» y, para cerrar «deberá elaborar y publicar, dentro de los primeros seis meses de cada año, el informe económico anual del año anterior.»

No sé si con los ejemplos que he citado basta para entender la difícil circunstancia en la que se encuentra el BCV, por lo que reitero la pregunta: ¿No sería mejor sincerar la situación y cerrarlo, antes que mantener esta pantomima de Banco Central?

 

 

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