Opinión Nacional

Chávez, el barbarazo

La reforma constitucional que Chávez le quiere imponer al pueblo venezolano, representa uno de los despropósitos más groseros contra la esencia de las libertades ciudadanas. Ella es un compendio de todas las ambiciones dictatoriales de quien rige, actualmente, los destinos de la patria a su leal saber y entender. Más bien parece copiada de los regímenes absolutistas de los siglos XVII y XVIII, con una perversa carga de despotismo cubano.

Dándole una rápida hojeada a los 33 artículos presentados, podemos sacar conclusiones importantes. Por ejemplo, El proyecto de “reforma” propone la reorganización territorial de la República, pudiéndose crear regiones especiales militares en cualquier parte del territorio y demás espacios geográficos, por “decreto presidencial”; provincias federales (agregación de estados y/o municipios), por “decreto presidencial”; territorios federales, cuyas autoridades serán designadas por el “Poder Nacional”; distritos funcionales, conformados por uno o más municipios, previo acuerdo de la Asamblea Nacional, por “decreto presidencial”; municipios federales, con autoridades designadas por el “Poder Nacional”; ciudades comunales, mediante referéndum popular convocado por el “Presidente de la República”; ciudades federales, por “decreto presidencial”; y, la gota que reboza el vaso: cualquier “otra entidad” que establezca la Ley por “decreto presidencial”, previo acuerdo de la Asamblea Nacional.

Igualmente, el Consejo de Estado y el Consejo Federal de Gobierno serán presididos por el “Presidente de la República”, y no por el vicepresidente ejecutivo. En el primero, se elimina, de un plumazo, la presencia del vicepresidente ejecutivo y la asistencia de los representantes de los gobernadores de Estado, y en el segundo, asistirán “solamente” los gobernadores y alcaldes convocados pro el Presidente de la República. Asimismo, para aumentar la burocracia, se añade la figura de los “vicepresidentes”, todos de “libre nombramiento y remoción” del iluminado de Sabaneta. Además, como si fuera poco, el “Presidente de la República” coordinará las relaciones con los otros Poderes Públicos Nacionales, incluyendo a la Asamblea Nacional. Actualmente esta responsabilidad es competencia del vicepresidente ejecutivo de la Nación.

Adicionalmente, en materia de política monetaria, las competencias ejercidas por el Banco Central serán compartidas con el “Poder Nacional”. Las reservas internacionales de la República serán manejadas por el Banco Central de Venezuela bajo la “administración y dirección” del presidente Chávez, quien “establecerá”, anualmente, en coordinación con el Banco Central de Venezuela, el nivel de las reservas necesarias para la economía nacional, así como el monto de las reservas excedentarias, de las cuales “dispondrá” el Ejecutivo Nacional. Los recursos fiscales del país, serán manejados a discreción por el mandamás de Miraflores.

Encontramos, por supuesto, perlas como la de la “promoción, organización y registro” del Poder Popular será competencia del Poder Nacional. En cuanto al difuso concepto de propiedad privada, se agrega la potestad del Estado de “ocupar previamente”, durante el proceso judicial, los bienes particulares objeto de expropiación, sin indemnización previa.

En suma, la reforma tiene un contenido esencialmente ideológico-hegemónico que, apunta a la construcción del socialismo (comunismo gradual), mediante la reelección perpetua del caudillo único, en contra de la alternabilidad y pluralismo democráticos. Se acuerdan de aquella canción llamada El barbarazo: …Y el queso que había en la mesa… también se lo comió, este barbarazo, que acabó con to’… Fin de fiesta… El Monarca habló.

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