Opinión Nacional

Chávez, el rey de los pobres

Ningún pobre salió de su pobreza en estos 14 años. Salvo Maduro, Cilia Flores, Elías Jaua, Diosdado Cabello, su corte incluidos los Chávez y esa mafia de boliburgueses narcotraficantes, mercachifles y ladrones enriquecidos por el narcotráfico, el robo y el saqueo de nuestras riquezas echados a la teta del petróleo.

¿Chávez hondamente preocupado por los pobres? ¡Ya te aviso, Chirulí!

Medida la riqueza en términos históricos y sociales y la pobreza en los clásicos parámetros universalizados por la investigación social moderna, Venezuela ha regresado en estos siniestros y apocalípticos 14 años de demagogia cósmica a los niveles de bienestar, seguridad y prosperidad reinantes en la Venezuela de Juan Vicente Gómez. Córtese el flujo petrolero – una realidad absolutamente ajena a gobiernos e ideologías, propias de una fortuna de lotería y juegos de envite y azar, no del esfuerzo del hombre, su civilización y su cultura – y la realidad que saldría a flote nos llenaría de pavor. Haití. Literalmente: nos moriríamos de hambre. Y antes que nadie, reventarían los pobres, esa carne de cañón del Rey de los miserables, que sin la beca, el trabajo amañado, la repartija, el buhonerismo, la criminalidad y el clientelismo estatólatra y populista que los ha “dignificado” convirtiéndolos en los mendigos mejor pagados del universo, no tendrían literalmente en donde caerse muertos.

Esa fue la obra del Rey de los pobres hacia los pobres: engatusarlos, seducirlos, disfrazarlos de símbolos, falsas ilusiones y trasnochadas ideologías, hasta hacerles creer gracias a una macabra operación de prestidigitación y ventrilocuismo que cuando él abría la boca y decía lo que le saliera del forro de sus epiplones para entronizarse en el trono, quien hablaba no era él, sino “los pobres”.

Es la farsa más descomunal vivida por la región. Y posiblemente del planeta. Pues Hitler, el Gran Ventrílocuo germano, que le hacía creer a su pueblo que era Voz del Pueblo y la Voz de Dios, sembró Alemania de autopistas, desarrolló la más poderosa industria bélica y armamentista del mundo, diversificó la economía alemana convirtiéndola en el motor de un imperio mundial y unificó su patria a niveles de la unanimidad total. Paro lo cual debió hacer lo mismo que Stalin, su contraparte: asesinar a todos los que no le obedecían echándose al pico seis millones de judíos. Stalin, el abuelo de Castro y de Chávez, fue más lejos: se cargó a más de 20 millones de rusos y con sus cortes de ventrílocuos más de 100 millones de seres humanos, contando las bajas que provocaran con la Segunda Guerra Mundial.

Basta de falacias, de sandeces y babosadas de ilusos y miopes “analistas”: Chávez ni amaba a los pobres ni “los puso en el primer lugar de su agenda social”. ¡Pamplinas! Chávez enalteció la pobreza para que ningún pobre saliera de su pobreza, los menos pobres terminaran empobrecidos y los ricos pagaran la culpa por su riqueza conociendo el infierno de los campos de concentración que tenía en mente. Ningún pobre salió de su pobreza en estos 14 años. Salvo Maduro, Cilia Flores, Elías Jaua, Diosdado cabello, su corte incluidos los Chávez y esa mafia de boliburgueses narcotraficantes, mercachifles y ladrones enriquecidos por el narcotráfico, el robo y el saqueo de nuestras riquezas echados a la teta del petróleo.

¿Chávez hondamente preocupado por los pobres? ¡Ya te aviso, Chirulí!

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