Chávez, Gramsci y la hegemonía gradual
El discurso de Hugo Chávez del pasado sábado tuvo, más allá del “largo” mensaje a medios e instituciones del “sistema” que defiende la democracia representativa, una definición política estratégica apenas tomada en cuenta por los medios de comunicación nacionales e internacionales: el anuncio de que el proyecto revolucionario rescata el concepto de hegemonía del político y pensador italiano Antonio Gramsci (1891-1937).
Luciano Gruppi, estudioso de Gramsci, precisa que “el término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa “conducir”, ser “guía”, ser “jefe”; o tal vez del eghemonemo, que significa “guiar”, “preceder”, “conducir”, y del cual deriva “estar al frente”, “comandar”, “gobernar”. Por hegemonía el antiguo griego entendía -dice Gruppi- la dirección suprema del Ejército. Se trata pues de un término militar. Egemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército”.
Chávez, interpretando a Gramsci, apeló a algunas de las reflexiones fundamentales del importante pensador comunista sobre la hegemonía: a) La hegemonía es imprescindible para crear una nueva sociedad, en lo económico, político y cultural; b) La hegemonía se orienta a generar un nuevo modo de pensar, de concebir el mundo, la vida; c) la hegemonía se asentará sobre una alianza de clases (bloque histórico) con conducción revolucionaria, para liquidar el Estado burgués; d) para tener hegemonía hay que controlar la educación (pedagogía revolucionaria), lo militar, lo religioso, los periódicos, el cine, la radio (medios), hasta las expresiones culturales locales (folclore); e) el partido es el gran unificador hegemónico.
Chávez ya lo dijo con claridad: muerta la democracia representativa, viene la hegemonía. Será gradual, si es “por las buenas”. O violenta, si hay resistencia material.
De eso se trata, más allá de las consignas por un canal de televisión, o por la libertad de expresión, o por la autonomía universitaria. Es la lucha por la hegemonía, al estilo y entender de Chávez.
Aclaratoria: En una nota titulada “Hugo Chávez destapa las cloacas”, publicada en la página Web “Kaos en la Red”, y firmada por “Antonio Doctor Romero”, se critica un trabajo de Jaime L. García publicado el 30 de mayo por el diario español El Mundo en relación a la decisión de Chávez sobre RCTV, y se afirma que “se deja asesorar por un tal Alberto Garrido, del que dice que es politólogo y uno de los grandes expertos del chavismo”. Mas allá de que no soy politólogo, ni “experto” en el chavismo, al que trato de estudiar, no conozco -y mucho menos “asesoré”- al señor García, tal como aventura el “Doctor” Romero. Es un asunto de cloaca periodística.