Opinión Nacional

Chávez y sus decisiones militares

Chávez siempre llegó tarde a importantes decisiones militares en su mandato. Uno de estos ejemplos queda de manifiesto con la renovación tardía de los sistemas de armas y el mantenimiento logístico mayor, efectuados siete años después de haber asumido el mandato presidencial en 1998, lo cual generó un nivel de inoperatividad crítico en la Fuerza Armada Nacional (FAN) para el año 2005, que llevó a comprar desesperadas de Venezuela a partir de esa fecha con 18 de países, teniendo como principales proveedores a Rusia, China y España, sin un modelo de negocio estratégico de provecho para la Nación, por el contrario, lesivo en muchos casos, incluso al costo de la vida de efectivos militares que de manera inexplicable morían en accidentes de aeronaves recién adquiridas.

Otras de las importantes decisiones postergadas por el hoy denominado «Comandante Supremo» fue la de dotar a la FAN de un sistema digno de seguridad social, al punto que la Ley vigente en la materia es de 1995, anterior a la Constitución de 1999 y desbordada por las enormes necesidades de la familia militar venezolana. Apenas pudo esbozar antes de su muerte Hugo Chávez, la idea de la Misión Soldado que aún no termina de arrancar.

Numerosos ejemplos podrían señalarse en esta línea, pero hoy nos referiremos al problema de relevo generacional en la FAN que heredará la era post-Chávez en el poder, producto de los dilemas y retrasos con los que Chávez siempre abordó las decisiones militares del país.

La mayor preocupación en torno a la FAN, después de los sucesos del 2002 para Chávez, era lograr el control de la institución, depurarla y convertirla en el brazo armado de la revolución. Ideó de esta forma las reformas sucesivas a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, apartó a los militares del respeto a la constitución y activó la milicia, al tiempo que extendía un control militar del país que coronó con el uso de la Guardia Nacional como elemento aplastante de la protesta en Venezuela, la presencia de militares activos en el tren ejecutivo e importantes cargos públicos y militares retirados afines al «Proceso» al frente de 50% de las gobernaciones del país. Una nueva casta en el poder que lideraban efectivos participantes o vinculados a las intentonas golpistas de 1992, algunos venidos a menos en la ruta, otros llegando a la cúspide de un poder político, económico y militar que jamás imaginaron en las escuelas de formación militar…

Hoy sin embargo, muy próximos a los ascensos militares del 2013 queda en evidencia el dilema generacional de organizar un Alto Mando Militar confiable para la Revolución, tarea que toca enfrentar Maduro. Una decisión que no resolvió Chávez en vida por lo intempestivo de su muerte, algunos especulan que ocurrió en diciembre, y que tendrá profundas consecuencias al interior de las FAN y la vida política del país.

Por ahora lo único cierto es que las promociones del 84 y del 85 aspiran al poder militar, por lo que el Alto Mando Militar actual en pleno, pertenecientes a las promociones del 82 y del 83, deberá pasar a retiro…

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