Opinión Nacional

Chipre: De paraíso fiscal a infierno financiero

Ahora en cambio, la isla, que durante mucho tiempo fue una colonia británica, es noticia por su insolvencia financiera que puede derivar en una crisis sistémica que no sólo afecte a su sistema bancario, sino que podría decretar la bancarrota del Estado mismo, razón por lo cual Bruselas quiere evitar a toda costa la propagación de este virus por la Zona Euro, convulsionando unas aguas que comenzaban a estar calmas.

Antecedentes

La composición étnica de Chipre está integrada por descendientes de griegos y sucesores de turcos; luego de su independencia comenzó una cercana proximidad a Grecia, pero a la muerte de Makarios, sobrevino la invasión turca, evento que dividió al país en dos partes. Posteriormente la isla tuvo una evolución económica hacia el desarrollo turístico primero y luego hacia un centro internacional financiero (sobre todo la parte griega). Con el tiempo Chipre devino en un paraíso fiscal y todos sabemos lo que ello significa en cuanto a dar acogida a capitales de no muy claro origen, en unos casos y en otros a evasión de impuestos. Cierto que esta actividad era lícita y que ese fue el rumbo y el diseño económico que planificaron sus autoridades y sus legisladores.

Los depósitos rusos

En la medida en que Chipre se promocionó como un paraíso fiscal y que dio muestras de estabilidad política, solvencia financiera y seguridad jurídica, atrajo capitales de muchas partes del mundo, pero particularmente de Rusia. Los nuevos ricos rusos, esos que se apoderaron a precios irrisorios de los bienes estatales de la Unión Soviética a su disolución, que se hicieron súper millonarios, aprovechando sus viejos contactos dentro del partido comunista (Putin es el vivo ejemplo de esto: un ex agente de la KGB, que por azares de la vida devino en líder político y hombre súper poderoso, además de ultra millonario y amigo de Chávez) y que luego, para más yerbas, sacaron su dinero del imperio asiático para no pagar impuestos, llevándolo a Chipre, donde se les garantizaba estabilidad, confiabilidad, secreto, buenos intereses y baja o nula carga impositiva.

Pero es que además de negociantes que operan en Rusia dentro de la legalidad, las mafias que operan en ese país que son conocidas por su poderosa estructura e impunidad de sus operaciones, siempre bajo el protectorado de altas figuras del gobierno, también han llevado su dinero sucio a Chipre. Esto lo sabe occidente, lo conocen al detalle todas las legaciones diplomáticas establecidas en Moscú y constituye el dilema moral que tiene Europa para exigir a sus ciudadanos honestos que proporcionen dinero, que se puede utilizar en provecho de ellos, para rescatar a los bancos chipriotas.

Algunos datos de Chipre

Este país es la tercera economía más pequeña de la zona euro y constituye el 0,2% de su PIB; sin embargo es la nación que tiene el mayor endeudamiento de la unión europea. Su relación deuda Vs PIB, que según el tratado de Maastrich, no debe superar el 60%, excede el índice de 835%. Su sistema financiero operaba sobre dimensionada mente por la cantidad de dinero que logró atraer. Chipre tiene una población menor a un millón de habitantes. Actualmente la economía, quebrada hace tiempo, subsiste gracias a los fondos de emergencia que le suministra el Banco Central Europeo, los cuales ascendieron en enero de este año a 9.000 MM de euros. Los depósitos extranjeros en Chipre alcanzan la astronómica cifra de 21.000 MM de euros, de los cuales la mayor parte procede de Rusia. De hecho hay una gran cantidad de representaciones de bancos rusos en la isla mediterránea, operando con las ventajas de este paraíso fiscal.

Por otra parte, ENI la empresa petrolera italiana, está realizando la explotación de la plataforma marítima de Chipre, en la que se encuentran importantes yacimientos de gas, descubiertos hace un año por la estadounidense Noble Energy.

Como se llegó a la crisis

Antes de la crisis financiera global el Fondo Monetario Internacional describió en 2008 el desempeño económico de Chipre como “una economía con un largo período de alto crecimiento, bajo desempleo y finanzas públicas sanas». La crisis que hoy agobia a la isla, se originó en el exceso de liquidez que tenía su sistema financiero el cual fue colocado en gran medida en títulos valores de deuda griega, de otros países mediterráneos y en deuda soberana de su propio gobierno; además los bancos otorgaron muchos créditos particularmente a Grecia ya que en dicho país hubo un boom en el mercado inmobiliario.

La crisis de deuda que golpeó a Europa con mayor contundencia a partir de 2009, arrasó con los valores bursátiles de Grecia, España, Irlanda, Portugal, Italia, Rumania y Chipre, acabando con la prosperidad económica de la cual gozaban hasta entonces. Pero también hizo explotar burbujas inmobiliarias en España y Grecia. De hecho la isla era elegible para un rescate desde que se auxilió al país heleno, pero otros casos más urgentes debieron ser atendidos primero por la UE.

Los términos del rescate

Hace tiempo que la economía chipriota está con respiración asistida. La elección de un nuevo gobierno conservador que sucedió a un gobierno populista que intentaba correr la arruga, le permitió a Bruselas diseñar un plan de rescate sui generis. En este plan, que se formuló en el seno del Eurogrupo, y del cual participó el propio Presidente Nikos Anastasiadis se requerían 17.000 MM de euros para rescatar a Chipre; sin embargo pero el país debía hacer aportes propios de 5.800 MM de euros, por lo que se decidió gravar con un impuesto los depósitos bancarios: si eran menores a € 100.000 con una tasa del 6,75% y si superaban esa cantidad, los pechaban con el 9,9%. La idea de esta tasa impositiva era reducir el tamaño del rescate y, por lo tanto, la cantidad de deuda nueva que Chipre tendría que contraer. La Unión Europea sólo se comprometió a realizar un aporte de € 10.000 MM y dejó claramente sentado que los fondos de emergencia del BCE fluirían hasta el lunes 25 de marzo, por lo cual ese era el plazo hasta el cual se extendía la negociación, luego de lo cual la gente no podría retirar su dinero y los bancos resultarían insolventes. La nación tampoco podría hacer frente a sus vencimientos de deuda y tendría que suspender los pagos a sus acreedores internacionales, de manera que se habría producido la quiebra del Estado.

Por otra parte la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) impone otras condiciones, como aumentar el impuesto de sociedades hasta el 12,5%, privatizar compañías públicas e imponer pérdidas a los acreedores de deuda subordinada. Aumentar significativamente la capitalización de los propios bancos y separar funciones para evitar conflicto de intereses, es un requisito indispensable. Otra condición sine qua non, es que la deuda de Chipre no supere el 100% del PIB en 2020, umbral que el Eurogrupo considera sostenible.

Opciones de capitalización de la banca

Otros países en la situación de Chipre han optado por rescatar a sus propios bancos; es decir, recapitalizándolos a cambio de lo cual obtienen la propiedad accionaria de la entidad financiera en forma total o parcial. Esto lo hizo USA con el Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley. Esta es una vía opcional que descarta el peligro de un eventual colapso económico, cosa que sucedió cuando Bush decidió no salvar a Lehman Brothers desatándose los demonios de una crisis mundial que ya lleva 5 años. El problema es que en estos momentos Chipre no puede asumir una recapitalización por lo sobre dimensionado que está su sistema financiero. Las finanzas del gobierno han sido debilitadas por el lento crecimiento económico. Más recientemente, el declive de la eurozona también ha afectado a Chipre.

Las crecientes dudas en los mercados financieros sobre la posición financiera chipriota han hecho casi imposible para este país volver a solicitar préstamos.

“Hay otras opciones que apuntan en el ‘think tank’ Open Europe, como son una tasa sobre las transacciones financieras o, más controvertidamente aún, congelar los depósitos y convertirlos en deuda con vencimientos a largo plazo. La primera opción tendría un efecto recaudatorio insuficiente. La segunda es, si cabe, más polémica que el impuesto sobre el ahorro. En realidad el problema no viene por la falta de opciones, sino por una cuestión de voluntad política”

Reacción parlamentaria

El parlamento chipriota rechazó contundentemente el impuesto a los depósitos bancarios, particularmente el aplicable a los montos menores a € 100.000 y se dispuso a discutir un Plan “B”. Lo curioso de esta reacción de sensatez política del parlamento es que sorprendió a los líderes europeos que no se la esperaron, ya que Chipre por su reducido tamaño, su desesperada situación económica y condición de paraíso fiscal, aparentemente no estaba en condiciones de protestar la imposición de medidas.

Esta decisión dio mucho aliento popular y calmó las iras, pero no la preocupación ante la incertidumbre del futuro; sin embargo puso al gobierno contra la pared, ya que éste había participado en Bruselas en el diseño del paquete de medidas. Lo que no se entiende de Europa es que hayan intentado gravar los depósitos menores a € 100.000, cuando estos incluso se encuentran protegidos en casos de quiebra bancaria, de manera que no parece haber razonamiento lógico en la medida, de la cual por cierto, luego del rechazo parlamentario, ningún líder europeo se atribuyó la paternidad. Este intento, de haber prosperado en Chipre, más que beneficios, hubiese creado un mal precedente en la eurozona ya que otros países débiles como España, Italia, Portugal, etc., se hubiesen sentido amenazados. Claro que castigar a los ahorristas chipriotas, menos numerosos, es otra cosa muy distinta que penalizar a los españoles, por ejemplo.

En descargo de Bruselas, la explicación que uno encuentra como lógica es que los depósitos extranjeros de dudosa procedencia en Chipre, abarcan un universo que también se ubica por debajo de los 100.000 euros.

Ampliando el espectro de las negociaciones

Como corresponde a una sana apertura de opciones, el gobierno Chipriota, viendo que su crisis no era debidamente escuchada por la UE, tendió puentes hacia Rusia, país al que Nicosia solicitó € 5.000 MM adicionales, además de una extensión de cinco años y de menores intereses sobre un préstamo ya existente de 2.500 millones de euros. El ministro de energía de la isla también viajó a Moscú con la intención de negociar capitales con los cuales salir de la crisis.

Paradójicamente a Rusia le interesa la estabilidad de Chipre, aun cuando la isla es un refugio de capitales que evaden el pago de impuestos en la ex Unión Soviética. La razón lógica que explica este interés es que muchos de los evasores son también altos funcionarios públicos que quieren de esta manera proteger sus propios intereses.

Por otra parte Rusia, que a través del monopolio estatal Gazprom controla casi el 50% de las reservas de gas de Europa y Asia, ve con buenos ojos ponerle las manos a las reservas de gas de Chipre, que son estratégicas para Nicosia, pero también para Israel.

En este juego geopolítico se debatía la diplomacia chipriota, mientras era sostenida financieramente por los fondos de emergencia de Banco Central Europeo, hasta que hubo el cambio de elecciones y el UE le dio el ultimátum a la isla.

Con los contactos de Chipre con Rusia, se criticó mucho al liderazgo político europeo, ya que se le acusaba, sobre todo a Merkel, de incitar a Nicosia a los brazos de Moscú, de perder influencia en su propia zona, mientras que la presencia china en Grecia y rusa en Chipre, aumentaba.

Finalmente los rusos decidieron no apoyar nuevamente a Chipre con recursos financieros, y la única opción de Nicosia era negociar con Bruselas.

El Plan “B”

El plan alternativo de rescate que negocia Chipre con la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), será analizado por los ministros de finanzas de la eurozona mañana domingo 24 de marzo.

Entre las condiciones que aprobó el parlamento de Chipre, para reunir los € 5.800 MM, a cambio del rescate europeo, tenemos:

· Creación de un Fondo Nacional de Solidaridad, ley para restringir las transacciones financieras y ley para reestructurar las entidades financieras.

· Crear un Fondo Nacional de Solidaridad con parte de las reservas de oro del Banco Central de Chipre, así como con parte de los fondos de pensiones y del seguro médico de los empleados públicos. Estará abierto a las donaciones de ciudadanos y empresas privadas. Podría incluir, más adelante, la oferta de la Iglesia de Chipre de hipotecar sus «inmensas propiedades», incluso de posibles derivados financieros creados basándose en las eventuales ganancias futuras de la extracción del gas.

Este fondo tendrá la potestad de financiar bancos en dificultades e incluso al propio Estado chipriota a través de la emisión de bonos u otro tipo de productos financieros.

La Comisión Europea había pedido a Chipre que aprobase «inmediatamente» esta la ley de creación del fondo, así como la norma «genérica» sobre liquidación de bancos, por considerar que son «absolutamente esenciales» en la actual coyuntura.

· Ley que permite la restricción de movimientos de capitales, con el objetivo de evitar una fuga en el momento en que abran los bancos el martes.

· Dividir al segundo banco más grande del país, el Banco Popular de Chipre, conocido también como Laiki Bank, entidad intervenida por el Estado desde el verano pasado, en lo que se ha denominado como un «buen» banco y un «mal» banco. La reestructuración de Laiki garantizará el 95 % de los depósitos en esa entidad financiera de Chipre. «Con ese proyecto, 361.000 de los 379.000 depositantes salvaguardarán el 100 % de sus depósitos. Además, está prevista la venta de los bienes inmuebles del Laiki y, con el dinero que se recaude, se irá reembolsando a los titulares de los depósitos superiores a los 100.000 euros”.

· Impuesto de hasta el 20% para los depósitos superiores a los 100.000 euros en el Cyprus Bank, el banco que ha quedado fuera de la reestructuración aprobada el viernes por el Parlamento.

· Las demás condiciones señaladas con anterioridad en el punto del rescate.

· En todo caso, cualquier acuerdo necesita de la aprobación del Parlamento de Chipre así como de la Unión Europea y la fecha límite del lunes, fijada por el BCE.

En esta encrucijada se encontraba Chipre durante el fin de semana previo a la Semana Santa de 2013. Por mi parte soy optimista con la negociación y me alegro que los países entiendan que aunque duras las medidas de sanidad fiscal son absolutamente necesarias, ya no se puede seguir corriendo la arruga, hay que enfrentar la realidad y tomarse el purgante. Una vez más se impuso la tesis de Merkel, no sin cargar con la ira popular. Alemania ya pasó por eso, pero creó las bases de su actual estabilidad financiera y crecimiento económico.

 

 

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