Opinión Nacional

Cinco líneas de acción para la sociedad civil en el 2007

La vida del país continúa. Con situaciones por resolver y, con otras previsibles o no, por venir. De manera inevitable, el proceso de cambio político que vive Venezuela entra en el 2007 en una nueva etapa. Una nueva etapa histórica donde el debate político bien entendido y mejor desarrollado, se hace imprescindible; y también donde las asociaciones cívicas, comunitarias y no gubernamentales serán decisivas en la construcción de una red social para la defensa de la democracia venezolana.

La acción de la sociedad civil será determinante al menos, en las siguientes cinco áreas: i) el rescate de la presencia y de la autonomía de las instancias de participación popular; ii) el impulso de la lucha cívica por los derechos democráticos; iii) la incorporación del “punto de vista democrático” al debate de la reforma constitucional; iv) la ampliación y democratización de los procesos de reforma y consulta legislativa; y, v) la promoción de programas de formación ciudadana y de responsabilidad social. Veamos.

El rescate de la presencia y la autonomía ciudadana en las instancias de participación popular

Los movimientos sociales y comunitarios autónomos deben reincorporarse a la red estatal de instancias de participación ciudadana, que establece el marco legal vigente. La efectiva participación popular en la red pública de Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas (a nivel estadal); y en los Consejos Locales de Planificación Pública (a nivel municipal) representa una sólida estrategia de lucha democrática para incidir en la formulación, ejecución y control de las políticas públicas de gobernaciones y alcaldías.

Los Consejos Comunales (diecisiete mil -hasta ahora-; según cifras extraoficiales), son otras instancias de participación comunitaria que deben ser rescatados para los auténticos intereses ciudadanos y comunitarios. Y la única garantía que los Consejos Comunales no sean “colonizados” por el autoritarismo dependerá de que su conformación se realice con independencia, inclusión y pluralidad. En tal sentido, la incorporación de vecinos y vecinas a los procesos de organización y elección de los Consejos Comunales; y hacer que los mismos funcionen para sus verdaderos propósitos, es otra forma de crear y relanzar la democracia venezolana.

El impulso de la lucha cívica por los derechos democráticos

Aunque parezcan insólitos los derechos democráticos más elementales como el derecho a la vida, a la justicia, a las reivindicaciones laborales o a la libertad de enseñanza y de expresión de ideas se encuentran en una situación de precariedad o bajo amenaza de sufrir serias restricciones. Por otra parte, el desarrollo libre y autónomo de las asociaciones civiles venezolanas también se haya afectado por la aprobación de la Ley de Cooperación Internacional.

Estas amenazas; sin embargo, constituyen retos para todas las comunidades organizadas y democráticas de Venezuela. Y es que esta nueva etapa, requiere que cada asociación u organización de carácter comunitario, gremial, sindical y popular se active en la defensa de los derechos colectivos y difusos de sus integrantes, con la mayor convicción y firmeza democrática.

La incorporación del “punto de vista democrático” al debate de la reforma constitucional

La reforma constitucional es un tema perteneciente a todo el pueblo venezolano. La reforma constitucional no es patrimonio de las cúpulas políticas, militares o legalistas. Ni tampoco le pertenece a la discrecionalidad del Presidente de la República. No señor. Cada ciudadana o ciudadano -sin importar su condición social, su credo religioso o su pensamiento político-, tiene el derecho de estar informado, de opinar y de participar de la manera más amplia en el proceso de revisión constitucional. De tal manera, que cada activista cívico, cada consejero ciudadano (estadal, local o comunal) y cada organización no gubernamental deben convertirse en agentes multiplicadores para el estudio y preparación del mayor número de comunidades populares para el venidero debate sobre la reforma constitucional. Y es que la mejor oportunidad para el ejercicio pleno de la participación protagónica de todo el pueblo, es justamente este: el vinculado a la reforma constitucional. En tal sentido, otro de los lineamientos estratégicos, para la acción de los movimientos sociales y de las entidades asociativas ciudadanas, durante el año 2007, estará orientada al impulso y apoyo de la participación del pueblo en la reforma constitucional; con base a un enfoque democrático, plural e incluyente. En síntesis, la reforma constitucional será una oportunidad formidable para construir ciudadanía y fortalecer alianzas para la defensa de la democracia.

La ampliación y democratización de los procesos de reforma y consulta legislativa

Uno de los objetivos fundamentales para el próximo período legislativo será lograr que los procesos de consulta legislativa se realicen de manera amplia, democrática y transparente. El denominado “Parlamentarismo Social de Calle”, tiene que ser abierto a todos los sectores sociales y políticos del país, sin exclusión alguna.

La discusión de leyes tan trascendentes como la de Educación; la de Cooperación Internacional; la de Participación Ciudadana y Poder Popular; la de Hacienda Pública Estadal, la del Consejo Federal de Gobierno o la de la Contraloría Social no pueden hacerse de espaldas y, sin la participación de la mayoría de la población venezolana. Cada ley tiene que ser sometida a la debida consulta popular, y la sociedad civil y las comunidades organizadas deben estar vigilantes y denunciar las desviaciones en que pudieran incurrir las autoridades oficiales responsables de realización de tales procesos.

La promoción de programas de formación ciudadana y de responsabilidad social

Venezuela requiere más que nunca de ciudadanos y ciudadanas formados críticamente, conscientes de sus responsabilidades y de sus potencialidades creadoras. Los movimientos sociales, las comunidades organizadas, las organizaciones no gubernamentales y demás expresiones asociativas venezolanas, tendrán que redoblar sus esfuerzos para contribuir con la preparación técnica y cívica del voluntariado comunitario y social que se necesita para el avance de las luchas por la libertad y por los derechos democráticos de todos los venezolanos. En este contexto, el desarrollo de la responsabilidad social empresarial constituirá un pivote para la creación de puentes de comunicación, entendimiento y cooperación entre los distintos sectores vinculados al proceso productivo y al resto de la sociedad.

Este año 2007, será muy movido. Mucho más, después de los resultados electorales obtenidos y de la interpretación errónea que de los mismos pretende realizar el Gobierno Nacional. Y es que los últimos anuncios gubernamentales, en torno a la reforma constitucional, a los medios de comunicación y al tema educativo, así lo pronostican. De allí que, la sociedad civil venezolana unida, firme en sus convicciones democráticas y en sintonía con las líneas de acción señaladas, se convertirá en un contrapeso estratégico frente a las definitivas tendencias autoritarias que se intentan imponer en Venezuela.

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