Opinión Nacional

¡Claro que existe esperanza en este país¡

Hace tres meses tuve la grata oportunidad de realizar 12 talleres sobre valores en un colegio del oeste de Caracas, cuya población informante fueron 494 jóvenes con edades comprendidas entre 14 y 17 años. En pocas palabras trataré de compartir algunas conclusiones de un amplio y motivador trabajo.

El objetivo principal fue “Estudiar la realidad del mundo, en sus valores y ambigüedades, cuestionándolos y evaluándolos. Y discutir sobre cuáles serian las acciones a tomar para la reconstrucción de un mundo ideal “.  Se les planteó una situación imaginaria, donde el mundo sufre una catástrofe imprevista, por una bomba nuclear mortífera que destruye todo, donde solo se salva su grupo y entre todos desean comenzar a reconstruir, el mundo que será mejor que el actual.

El taller se inició con la identificación de un valor que llevaría el nombre de cada grupo conformado por seis a ocho personas y la discusión del por qué lo escogieron.

Luego cada grupo trabajó sobre tres preguntas básicas que motivaron la participación. ¿Qué principios, valores y actitudes fundamentales deben tomarse en cuenta en la reconstrucción de este nuevo mundo? ¿Qué harían  para reconstruir el mundo? ¿Cuál es el mundo ideal para cada uno?

En relación a la identificación del valor para el nombre del grupo, el amor, la amistad y la unidad, predominaron en la respuesta de los jóvenes, porque el amor lo consideraron el mas importante y que no debe olvidarse de la mente del ser humano, creen que la amistad es la base de la existencia humana y la unidad representa para ellos la clave del éxito.

En cuanto a la reconstrucción de un nuevo mundo, son muchos los valores y las actitudes enunciadas por estos jóvenes, pero al igual que lo ya expresado, también consideraron al amor prioritario y manifestaron su inquietud de que éste actualmente se puede estar perdiendo, al igual que el valor de la tolerancia y es por eso que destacan muy insistentemente que estos valores deben existir en ese mundo por construir.

Un aspecto interesante a resaltar, es que la fe, la identifican mas como un dogma, creencia o actitud que como un valor y también la consideran indispensable para la reconstrucción de un nuevo mundo.

Una vez más la unidad la entienden y la interpretan  muy bien, de hecho le dan un significado muy hermoso en su contenido ya que trasciende la importancia del trabajo en equipo, porque lo conocen, pero además le dan un sentido de afectividad que lo identifican a través del compañerismo que actualmente practican, reconocen y que también aspiran para un futuro. Esta comprensión de la unidad, el compañerismo y el trabajo en equipo se expresa muy bien cuando creen que deben ayudarse mutuamente pase lo que pase.

En las respuestas de todas las preguntas está muy presente la actitud positiva  ante los hechos, la felicidad, el ánimo y la esperanza sobre todo como un sueño a ser realizado en ese nuevo mundo a reconstruir.

En cuanto a como actuarían en ese nuevo mundo, varios expresaron que lo harían con respeto ya que reconocen el valor de considerar a los demás para poder convivir en paz. Así mismo manifestaron que actuarían con justicia, mucha paz, en democracia, lealtad, fidelidad y una vez más reiteraron que actuarían con mucha felicidad y alegría.

Llama la atención que algunos manifestaron que procederían también con fraternidad, magnanimidad y con bondad, un grupo habló de teocracia y otro de cuidar los biomas del mundo, términos que no son usuales en el vocabulario de los jóvenes.

En relación a las acciones que harían para la reconstrucción del mundo, estos jóvenes insisten, que enseñarían a la gente a vivir en  valores, trabajarían en equipo, enseñarían que es mas importante lo espiritual que lo material y sobre todo cuidarían el planeta.

Está claro que estos 494 jóvenes al menos conocen cuáles son los valores determinantes que permiten que un ser humano logre su plenitud, queda por definir si estos valores como herramientas de vida le sirven o sabrán estos jóvenes utilizarlas y aplicarlas en su día a día. Pensamos que si, por la forma convincente y espontánea como ellos mismos se expresaron y definieron sus ideas, sin ningún tipo de información previa ¡Aspiran mucho amor y tolerancia¡.

Así como estos jóvenes se expresaron creo que existen muchos otros que a pesar de lo que han vivido al menos aspiran y visualizan algo distinto. Es una responsabilidad social impedir que este volcán en ebullición estalle y se pierda en mil pedazos, es necesario que no explote, sino mantenerlo siempre activo. Los muchachos serán  entes multiplicadores del vivir en valores, trasmitirán lo que hoy muy equilibradamente nos han expresado en este espacio. Esta es una manera de construir un nuevo mundo, está en nuestras manos como padres, mentores y maestros seguir sembrando valores y abriendo caminos para que ellos encuentren espacios libres que les permita seguir creciendo. Y sobre todo no perder las esperanzas porque ellos necesitan nuestro apoyo.

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