Con una oposición así, hay Chávez para rato
La verdad es que si Chávez está aún el poder no es por méritos propios, sino por la absoluta incapacidad que tiene la oposición para ponerse de acuerdo en lo más básico. La oposición en Venezuela está fragmentada, y lo que es peor, carece de una base ideológica consistente. Es más una aglomeración de personalidades con ansias de figuración, que movimientos políticos con programas de gobierno idóneos para la realidad del país.
Si a esto se le agrega la actitud prepotente de algunos dirigentes de (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/ad/default.asp»,»AD»)%)
y COPEI, convencidos de su derecho natural a liderar la oposición y que (%=Link(«http://www.primerojusticia.net/»,»PRIMERO JUSTICIA»)%) es, todavía en parte, un ensayo de laboratorio, no vemos como ésta oposición podrá definir las grandes líneas de lo que puede ser la Venezuela post chavista.
Sin una disposición honesta a cruzar fronteras ideológicas, sin una
verdadera humildad política en la que prevalezca la voluntad de servir por encima de la necesidad de figurar, será difícil, por no decir imposible, crear unas bases sólidas para la reconstrucción del país.
El diálogo debe ser el norte de toda política de reconstrucción, el
maniqueísmo en el que nos ha sumido Chávez nos desmoronó como nación. Hoy, la solidaridad es un bien escaso, la visión de lo que debe ser una nación próspera está envuelta en una espesa niebla de intolerancia. Los Talibanes controlan la acción política en el país, si bien es cierto que éstos son una minoría exigua, pero las fallas de los demócratas les impiden unirse para rechazar la intolerancia y abrir espacios para la convivencia. El diálogo no puede excluir a ningún actor político, salvo a aquellos que no creen en él. Que se converse con el MAS MAS, con el PPT y con miembros del MVR no es una herejía o cobordía, sino una necesidad.
Sin diálogo no habrá futuro, con exclusiones no habrá futuro, con intolerancia no habrá futuro. Es hora de pensar en Venezuela y corregir todos los errores que cada uno pueda haber hecho en el pasado. Es hora de unidad, eso sí, erradicando para siempre del escenario político venezolano la preeminencia de los Talibanes de ambos bandos.
