Opinión Nacional

Conflicto universitario triste excusa

Resulta deprimente y vergonzoso ver cómo las “autoridades” de las universidades autónomas del país junto con los gremietes que representan a cada sector de la comunidad universitaria tratan de disfrazar de lucha un invento de conflicto que lo único que tiene de cierto es la necesidad de sentar posiciones políticas antagónicas al gobierno nacional. No existe otra razón, no hay otra causa. Es otra pantomima más para pronunciarse indignados ante este gobierno que sigue las líneas “autoritarias” e “injustas” de Chávez. Son los mismos argumentos, quejidos y lloros que se pueden evocar del nefasto año 2002 donde lo apostaron todo para tumbar al Presidente de la República electo por voto popular… tan amantes como son de la democracia, la constitución, la paz, la justicia, la igualdad y, por supuesto, en nuestro argot universitario, tan amantes de la manoseada y mal interpretada autonomía universitaria.

Soy docente de la Universidad del Zulia, y desde el lamentable show que la APUZ (al igual que el resto de las asociaciones de profesores del país) montó en el fatídico año 2002 con el apoyo de los profesores ciegos de Globovisión (principalmente) y defensores de su derecho soberano a conservar e impulsar los altos niveles consumistas que solo se logran trabajando fuertemente en la edificación de la ya tradicional conciencia “mayamera”, decidí mantenerme al margen de las asambleas que ellos convocan. Decisión que asumí a conciencia y de manera voluntaria porque, entre otras muchas incomodidades, no me siento representada por ese gremio.

Resulta que el actual “conflicto” universitario comenzó con la queja y exigencia del aumento de los sueldos de los trabajadores universitarios… tras muchas amenazas, “indignaciones” y con el ahínco de no detenerse emprendiendo la “lucha” por la justicia salarial hubo, en principio, una serie de paros escalonados (cosas como que hoy trabajamos en el turno diurno, mañana en la tarde, y mañana en ninguno de los turnos, etc… ¡Ay Dios!), luego volvieron a poner sobre el tapete el disparate olímpico del “paro activo” (y es que o te parais o trabajais, una de dos)… pero no, la idea de esta categoría de paro implica ir a la universidad pero sin acudir a las aulas. ¡Claro! Así nadie nos podría acusar de zánganos, flojos o inmorales… noooooooo…. porque se trataba de estar allí pero sin ejercer la función para la cual la universidad nos dio un lugar de trabajo… es que somos tan sensibles, tan agudos, tan justos, tan tan tan tan… es demasiado. La cosa es ir, a luchar, a hacer acto de presencia… que nos vean merodeando por los pasillos tomando café y conversando sentados en las jardineras (valga mencionar que son pasillos y jardineras depredados por la indolencia, llenos de basura, moscas y chicotes de cigarro)… viendo como nuestros alumnos caminan y se sientan en el suelo y en los bancos a ver si algún milagro ocurre y entramos con ellos al aula… o hay también los profesores, empleados y obreros que son más institucionales y permanecen en sus oficinas o sitios de trabajo pero sin hacer nada… o sea, solo dedicados solo a “luchar” puej..

Lo cierto es que la solicitud del aumento del cien por ciento del sueldo fue aprobado, se hará de manera progresiva en fracciones de 25%. Hasta ahora se ha cumplido con todo lo convenido, ¿o es que hay algún profesor que no haya recibido su aumento con retroactivo que llegó junto con el pago de las vacaciones del mes agosto?… no escuché a nadie ni quejarse ni hacer manifestaciones públicas de felicidad por el dinero recibido… ahora en septiembre se implementará otra de las fracciones del aumento… sin embargo, aún se piensa en hacer reuniones y asambleas para discutir no se qué cosa más…

Bajo ningún motivo quiero que se crea que no estoy de acuerdo con establecer con el gobierno nacional las conversaciones necesarias para mejorar la situación general de las universidades de país. Por el contrario, creo en la necesidad de establecer un vínculo que nos permita revisar la universidad autónoma venezolana en la actualidad, (no solo es necesario, es urgente), pero sin que las conversaciones giren en torno a los cobres únicamente porque el papel que está haciendo el profesorado (para referirme específicamente a los docentes) es muy triste sabiendo cuántas cosas deben mejorar para garantizar a nuestros estudiantes la educación profesional que nuestro país está necesitando.

Hay muchísimas cosas que revisar… muuuuuuuuuchas, lo que pasa es que quien tiene rabo de paja no se arrima a la candela, y meterle la lupa al funcionamiento de las universidades implicaría develar una realidad minada por vicios y corruptela que llega a tener implicaciones vergonzosas.

Al parecer a nadie le importa la esencia de la academia, las universidades se han convertido en máquinas de solicitud y emisión de papeles sin garantías de calidad alguna. Nunca faltan los comentarios de pasillo de los profesores que invitan a meter los papeles pa´l premio tal, o la orden tal, (porque hay docentes que solo saben hablar de asuntos institucionales y gremiales así estén en el cumpleaños de su mamá, o sea, son constitucionalmente profesores, es una complexión diría mi padre). Uno l@s ve en mercado y después del saludo te dicen: “¿metiste los papeles pal premio rascatapunchichín?, hay chance hasta el 40 de octubre y te pagan 2 bolívares… cobres, cobres, cobres. Mientras tanto la fibra más sensible que puede garantizar que la altura lossadiana (o sea la esencia universitaria del Maestro Jesús Enrique Losada, rector de la reapertura de LUZ), no termine de huir de los recintos universitarios queda en un claro segundo plano y el nivel académico es cada vez más bajo, los argumentos utilizados para justificar la ignorancia metodológica son inefables, los profesores que no actualizan su programa a medida que avanza la historia son más y capítulo aparte merecen los profesores piratas que ponen trabajos a principio de semestre y los recogen al final del mismo…

Son tantas las cosas que se pueden mencionar que sería inagotable el repertorio de angustias que a algunos nos habitan…

Y digo yo, ¿por qué no se propone una asamblea general para discutir asunticos como?:

– Los concursos que se abren cuando ya tienen el ganador escogido (sobre todo cuando son conocidos, amigos y/o familiares de alguna autoridad o docente con poder –de esos poderes que se logran con el amiguismo-). Cuando el ganador ya está seleccionado, gana a como de lugar, aunque se presente otro participante con méritos académicos y profesionales que superan los del beneficiario que ha generado la apertura del concurso en cuestión.

– La falta de materiales de trabajo para desarrollar la actividad de aula, desde el marcador o la tiza y el borrador hasta un video beam.

– La supervisión de la asistencia de los profesores a cumplir con sus 16 semanas de clase.

– Las mafias delincuenciales que se mantienen solapadas y causando problemas en los predios de la ciudad universitaria aún cuando las autoridades saben de su existencia.

– El mejoramiento, mantenimiento y culminación de obras de infraestructura que garanticen un mejor funcionamiento de la institución.

– El cumplimiento cabal de los horarios y funciones del personal administrativo y obrero.

– La garantía de salas sanitarias dignas para que nuestros jóvenes foráneos que deben pasar todo el día en la universidad tengan donde hacer sus necesidades sin el riesgo de contraer una infección.

– La activación de programas extracurriculares que garanticen realmente el perfil “integral” del egresado que tanto cacarean las autoridades en los actos de grado. Por cierto, discursos donde no escatiman en hablar sin ninguna diplomacia de la abierta posición política en contra del gobierno nacional… es que son taaaaaan plurales…

– La activación de actividades académicas, de reflexión y de ejercicio responsable de la crítica para lograr que nuestros miembros de la comunidad sean personas conscientes y propositivas para impulsar verdaderas transformaciones.

– Los monopolios del conocimiento en los que a veces se convierten los centros y unidades de investigación, los posgrados, los doctorados, los posdoctorados, en los que solo unos pocos deciden qué, cómo, por qué y, sobre todo, QUIÉN (el criterio “postura política” es esencial para ello)…

– El destino que se le da a las diferentes partidas que el gobierno nacional entrega a las universidades para su funcionamiento… (allí es donde las autoridades y otros especímenes creen que la autonomía es sinónimo de inmunidad).

Podría yo seguir enumerando temáticas que hay que poner sobre el tapete para que las conversas sobre la universidad venezolana sean puntas de lanza para generar el ambiente universitario de altura que hemos perdido, sé que muchos podrían aportar más temas esenciales a esta lista, pero claro, no faltará quien argumente, desde la teoría de la pirámide de Maslow, que primero deben estar cubiertas las necesidad básicas para poder luego asumir otros temas trascendentales con la barriga llena y los pasajes pa´ Mayami comprados con antelación…

Como diría mi hermano Francisco, ¡Cuántos cuentos mal echaos!…

En conclusión, y para cerrar redondeando con la idea del principio, el rollo es netamente político y estamos dejando de lado los temas esenciales pa´ enfrascarnos muchas veces en caprichos que están muy lejos de las preocupaciones reales que nos llevarían a aportarle verdaderamente a la transformación de las universidades, en este caso, la de nuestra amada y golpeada LUZ… ¿puede ser más triste la situación?…

 

 

 

 

 

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