Convidados de piedra
La revolución lleva nueve años autocalificándose de participativa pero la realidad es que el pueblo venezolano ha sido el gran convidado de piedra. Es decir, se le nombra pero no se le consulta. Así ocurrió en 1999, se convocó la constituyente por una minoría, se eligieron los constituyentes por un dudoso mecanismo que permitió con un 55% de los votos designar a 95% de los escogidos y finalmente se aprobó la constitución con el 36% de los electores.
Con la nueva constitución se organizan elecciones en el 2000 y los magistrados de espalda al pueblo, otorgan dos años de gracia al presidente. En el 2001 se aprueba una Ley Habilitante mediante la cual se legisla en contra de la voluntad popular, y se arrincona a trabajadores y empresarios por igual.
Se practicó la farsa del parlamentarismo de calle a cuyas sesiones eran convocados grupúsculos que no discutían ni presentaban observaciones. De manera inconsulta fueron sancionadas leyes que amordazaban los medios independientes, que discriminaban al productor del campo y que hicieron ineficiente la actividad petrolera.
Se ha vejado a nuestros médicos, maestros, periodistas, gerentes y abogados. Se privilegian las compañías de ingeniería y contratistas extranjeros a los nacionales. Mientras las escuelas y hospitales no cumplen sus obligaciones sociales se ignora a los expertos que podrían aportar soluciones.
El apartheid político ha funcionado como afilada guillotina, se expulsa de la administración pública a los que no comparten la ideología oficial y se inhabilita ilegalmente a dirigentes opositores,
La dirigencia del Partido Unido Socialista fue escogida a dedo y los que protestan son apartados sin razones. La pelea a cuchillo dentro del oficialismo es prueba fehaciente que la exclusión alcanza las esferas del poder, los nuevos convidados de piedra.
