Opinión Nacional

Coordinadora Democrática: una amenaza para la democracia

Más allá de los intereses individuales o grupales, las
diferencias políticas se deben discutir dentro de marco de altura que
permita construir los cimientos de una democracia sólida, donde haya lugar
para el consenso y el disenso. Debe quedar claro que los discursos que
surjan dentro de ese fuego cruzado deben servir para construir y no para
destruir. Quien actúe de manera contraria a estos postulados es porque no
cree ni en las reglas de la democracia ni en sus instituciones.

Precisamente, se observa como la variopinta Coordinadora
Democrática, donde convergen la vieja y desprestigiada clase política,
acompañada de una nueva pero inexperta clase de dirigentes, actúa de manera irracional, obviando las reglas del juego democrático. Esa irracionalidad manifiesta en el actuar político está empujando al país hacia el abismo y el caos. ¡Qué ironía! Los grupos opositores, los conspiradores y golpistas, por un lado se juntan en la llamada Coordinadora Democrática, apareciendo como
democrátas, pero por otro lado se han convertidos en los verdugos, en los
sepultureros que quieren derrumbar el nuevo edificio. En realidad, no será
fácil derrumbarlo, pues existe un contigente de venezolanos dispuestos a
defender el proceso de cambio y la institucionalidad democrática del país.

En pocas palabras, no pasarán. Bastante que costó construirlo para dejar que
las viudas del «puntofijismo» vengan a destruirlo.

Por ello es necesario y perfectamente legitimo que el Estado
venezolano se refugie en su manto de constitucionalidad para defenderse de
los grupos conspiradores, que pretenden tomar el poder por métodos
violentos.

Corresponde pues, al actual gobierno desmantelar con el poder
de las armas y de las leyes cualquier plan que atente contra la constitución
y el Estado de Derecho.

Por el mismo hecho que la llamada Coordinadora Democrática
cont1núa con su plan perverso de alterrar la paz nacional y ahogar el
sistema democrático, tal como lo hicieron los días 11, 12 y 13 del pasado
mes de abril, el gobierno nacional lo asiste el deber y el derecho de
someter a los miembros de esta perversa Coordinadora que actúan contrario a
las reglas del juego democrático.

No hay duda que el propósito fundamental de esta resentida
clase política es desmantelar el entramado institucional que se construyó a
partir del nuevo texto Constitucional que entró en vigencia a fines de 1999.

Arrastrados por esa locura, se llevaron por el medio hasta el propio
Presidente legítimo y constitucional de la República, elegido y relegido por
una amplia mayoría de venezolanos. Lo que no tomaron en cuenta los golpistas
es que detrás de Chávez viene creciendo un movimiento chavista que se
multiplica al calor de la dinámica política. Ese chavismo manifiesto en
diciembre de 1998, en 1999 con el proceso constituyente de 1999, en el año
2000 con la relegitimación de poderes, es el mismo chavismo que se
manifiestó en Caracas y toda venezuela para traer de vuelta al Presidente
Hugio Chávez, líder indiscutible del nuevo tiempo político que vive
Venezuela.

Y como la violencia por parte de la Coordinadora Democrática no
cesa, ese chavismo siempre estará en latencia-tendencia, dispuesto a
mnifestarse todos los días a defender un ideal, un proyecto de país.

En conclusión, la Coordinadora Democrática, constituye una
amenaza para la democracia, de allí que hay que denunciarla y desmontarla.

(*):Politólogo. Magíster en Ciencia Política

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