Opinión Nacional

Crisis histórica

El historiador Manuel Caballero al ironizar sobre los que hablan de la «crisis más profunda» y otras crisis concluye en lo siguiente: «Por nuestra parte emplearemos el concepto de crisis histórica para darle un sentido más preciso al término… se puede adelantar de una manera muy general que toda crisis histórica señala un proceso de cambios muy profundos, por lo general irreversible».

En el periodo estudiado por Caballero (1903­1992) señala siete momentos: 1903, 1928, 1936, 1945, 1958, 1983y 1992. A continuación los desarrolla por separado.

Asumimos la metodología de Caballero y apuntamos que estamos en presencia de una crisis histórica, a lo cual se le puede agregar sistémica: es política, económica, social, institucional, militar, educacional, cultural, moral, en fin, abarca a todas las esferas de la sociedad, una situación que nuestra patria ha vivido en otros momentos.

Venezuela está preñada de crisis: o pare o revienta, crisis histórica que tendrá salidas a lo mejor inéditas, no contempladas por ninguno de nosotros.

Me considero amigo de Carlos Blanco, valoro sus esfuerzos por la democracia venezolana y en especial por el proceso de descentralización, del cual fue uno de sus principales artífices, pero ­y lo digo a mis 92 años, sin responsabilidades de dirección política, aun cuando participo en numerosas reuniones­ que respeto su opinión expresada en «Tiempo de Palabra» del domingo 11/8/13, mas no me siento aludido, aun cuando estoy cansado de epítetos y descalificaciones; pero no se debe satanizar a esa «izquierda moderada» por la influencia que haya tenido en la corrección de los errores de los primeros años del chavismo. No se reniega ­y yo mucho menos, que participé directamente en ellos­ de su acción y consecuencias sino simplemente hay que extraer las enseñanzas respectivas. El hoy ser mayoría se debe a haber corregido esos errores, como supimos corregir con coraje nuestros errores de la lucha armada, valorando los sacrificios enormes de sus participantes.

Le pido a mi amigo, a mi compañero de luchas por la democracia y contra el militarismo, que medite un momento en lo siguiente: he aprendido a lo largo de mi vida que no se deben tener DOS planes a la vez. Tenemos la oportunidad dentro de cuatro meses ­en «Tiempo de Palabra» podrían medir el tiempo histórico que significan cuatro meses­ de propinarle una derrota política a la autocracia militar-civil que se quiere perpetuar en el poder. No se debería simultáneamente distraer la atención en otro sentido. Unámonos todos para obtener esa victoria. Rodeemos a la MUD, a Capriles, a los candidatos a alcalde, a lograr una gran victoria el 8D. Y lancemos la mirada hacia adelante basándonos en que estamos transitando una crisis histórica que esta camarilla gobernante no puede navegar.

Nadie puede considerarse poseedor de la verdad sobre la salida a la crisis. Puede ser multifacética. La Constitución tiene los defectos que Blanco señala, pero tiene otras virtudes contempladas en el Preámbulo y en los primeros artículos donde define al país como democrático para siempre. Raúl Fuentes y Francisco Suniaga escribieron en El Nacional esclarecedores artículos sobre el momento.

Finalmente, seamos humildes en nuestros planteamientos.

Por lo que a mí respecta no creo en dogmas, ni en salidas únicas. La política es más complicada de lo que a simple vista parece. Hace tres años nadie previó que hoy estaríamos sin Chávez.

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