Opinión Nacional

Cuatro EFE es igual a Doble 4F

Culminó el primer doceavo del 2014. Próxima está la fecha calificada por algunos como “épica”, la cual no deja de ser común a anteriores como la del golpe contra Gallegos; el 1° de enero del 58, la del Porteñazo con su foto premiada; la del Barcelonazo; el Carupanazo; la del 27 de noviembre con todos sus muertos y otras no sabidas, pero sospechadas. Como usted notará, distinguido lector, todos esos eventos tienen un factor común y es: el militar. Y es que ellos han usado las armas de la República para tratar cada cierto tiempo de imponer sus maneras.

La civilidad como expresión del Poder Civil Gobernante ha sido la “excepción de la regla”, en este país. Uno no sabe si es el envanecimiento, probablemente aupado en el pasado por civiles al calificarlos como herederos de la gesta de Bolívar, lo que los hace sentirse como eternos “bateadores emergentes” sustitutos de los civiles en la dirección del país.

El país, la Patria, la República o la Nación, como mejor le parezca denominarla, se presume eterna, pero sus pobladores, no. Tampoco lo son los sistemas económicos ideados por las mentes de los hombres. Note que el comunismo incluyendo la antesala socialista, son concepciones económicas de mediados del siglo XIX; reconociendo que lo de la propiedad colectiva data desde los Espartanos. Por otro lado, el capitalismo nace desde el mismo instante cuando el ser humano necesita intercambiar bienes. En otros decires, el odiado capitalismo, pareciera ser innato al hombre, aún para los que abrazan el comunismo porque de lo contrario no se alimentan, ni visten, tampoco calzan y mucho menos, realizan demás actividades.

Fundamentado en la poquedad de la vida del hombre se llega a la conclusión que la ocurrencia del 4 de febrero de 1992 es, o fue, un evento desgraciado. Y lo es por lo cosechado a posteriori. ¿Qué tipo de sociedad tenemos? ¿Cuál es la grandeza de nuestra economía? ¿Cuál es el futuro del país? ¿Cuál son las mejoras nacionales? ¿En que hemos crecido para sentir orgullo de esa fecha?

Cuando se repasa la historia, la llamada “Patria Bonita” no pasa de ser una entidad embargable. Si, embargable. Quienes la han administrado, le han malgastado innecesariamente la vida a los venezolanos, en primer término, y a quienes desde otros confines vinieron a convivir, a aportar conocimiento, a engrandecer este territorio. Ha sido un escamoteo del tamaño del siglo debido al descalabro económico, social, político, educacional, sanitario y el híper desarrollo de la actividad hamponil en todas sus versiones provocado por estos “hijos de su Patria”. ¡A mí que no me vengan a decir que si no me gusta, me vaya del país!.

Es verdad, también, que sin la oportunidad dada por la población a “estos maletas” para administrar una riqueza, los naturales vecinos hubieran quedado con la duda eterna de comprobar si el izquierdismo era tan “probo, solidario, vertical” como juraban proponer en sus arengas anti sistema capitalista. Los resultados están a la vista.

Habrá un tsunami electoral que los borrará del mapa, si los nuevos administradores se comportan como “verdaderos cuidadores de lo ajeno y no, aprovechadores de ocasión”; claro, evento electoral de por medio, “sin cable submarino a Cuba”. Caso contrario, es decir, si se llegasen a comportar similarmente a los actuales “animadores” habrá que ponerle un candado al territorio y llamar a los japoneses, tan faltos de territorio, o a los chinos, duchos en el hacer pasar hambre a sus habitantes y en la “imposición del capitalismo salvaje”.

Los menciono por las dificultades del aprendizaje de sus idiomas con lo cual su labor de reconstrucción se les facilitaría ante el ´”país político”. Se tendría un “Plan Yen Yuang Asiático” y san se acabó. Las generaciones de los siglos “sesenta, setenta y ochenta” se lo agradecerían y a las obras de nuestros tiempos le pondrían un cartelito: “Exprópiense y demuélanse por inservibles”.

Luego de la anterior andanada de “chinazos” a las mentes de los lectores, falta, entonces, una breve exposición sobre el origen del nombre del artículo. Obviamente, no soy el animal político que puede ser cualquier otro militante de la actividad, de esos que cambiaron sus profesiones por el ejercicio de la política. Sin embargo, todas las cavilaciones, lecturas, opiniones, narraciones, escritos, conversaciones privadas y demás “yerbas aromáticas” de la vida, me conducen a concluir que el 4 de febrero tuvo dos versiones. Y pregunto: ¿Fue verdad que Chávez no pudo llevar adelante su parte del “Ezequiel Zamora” o, deliberadamente, no la ejecutó como debía? Particularmente, creo en lo último, porque es más fácil ser “cabeza de ratón”, aún fracasado en la capital, que “cola de león” triunfante en la provincia. Sus cinco minutos de fama, con las complicidades de algunos, lo demostraron.

Ahora, él está en pleno proceso de descomposición corporal y no tiene como defenderse. De los otros comandantes, uno es gobernador del Zulia luego de “saltar talanqueras hacia la derecha y hacia la izquierda”, otro, administra su finca, según he leído, produciéndole más satisfacciones a él, a su familia, a sus colaboradores, a los poblados cercanos y al país en vez de estar de “cabeza caliente”, un tercero, falleció hace tiempo.

Lo que Chávez encarnó en su momento para todos los votantes a su favor, incluidos los ambiciosos de años posteriores, se contaminó con el tiempo. Si representó el rescate de la ética, la moral y las supremas buenas costumbres; esto no fue más que un sueño. Si llegó a representar el respeto a la institución militar mancillada por los desvíos amorosos de Lusinchi con su Blanca y de Carlos Andrés, hoy ese vilipendio supera con creces los anteriores. Si era la pulcritud en el manejo de los Fondos Públicos, el Crédito de la República, los empréstitos a los organismos de financiamiento Nacional e Internacional, lo único que han hecho es darle la razón a Gonzalo Barrios cuando dijo que “no hay razón para que el venezolano no robe”.

Como venezolano, como ciudadano, como “ser político” no creí en Chávez. Me sorprendieron algunas de sus iniciativas inaugurales, pero hubo conductas de su gobierno demostrativas de mis sospechas que por cierto, las fui escribiendo en las secciones “Cartas de El Nacional” y “Nuevas Firmas” a partir del año 2001. Eliminarles a los venezolanos la transmisión por televisión de las carreras de caballos los días domingo; pensar en el traslado de la Patria Potestad de los hijos al Estado; tratar de imponer a Cuba como un modelo de sociedad a seguir, me recordó el video de su juramento al “mar de la felicidad cubano”; regalar equipos militares de fabricación estadounidense a Bolivia fue emular a Carlos Andrés Pérez y su buque; intervenir solapadamente en los procesos eleccionarios de otros países, fue tan reprochable como la “eterna” crítica de los izquierdistas a los americanos por sus “visitas” a Granada y otros; atacar a los jerarcas de la Iglesia Católica Venezolana no solo era desconocer la labor de esta en los estratos menos favorecidos, sino que fue una vulgar imitación de Fidel Castro en sus inicios; rechazar la ayuda estadounidense en la tragedia de Vargas, demostró una descortesía inconmensurable. Hoy, esa zona criolla sigue dando lástima y pena por haber dejado de ser lo que era y por no ser lo que todo su potencial pronostica que debe ser.

¿Qué hubo un once de abril u 11 A? Si. También hubo un doce y un trece. He ahí un hecho demostrativo del menosprecio hacia el Poder Civil de la sociedad. Este, representado por la suma de las voluntades de los ciudadanos marchantes por las calles de Caracas en el ejercicio de sus derechos, fue minimizado. Solo “la ambición que rompe el saco” dio por finiquitado el esfuerzo y por ende el de futuras manifestaciones similares. Solo “la ambición que rompe el saco” devino en este estado de cosas. ¿Serían los “ambiciosos” tácitos cómplices del gobernante? Creo que de no haber ocurrido ese 11, y esos 12 y 13, el venezolano, insisto, no hubiera resuelto la duda de si era o no, “To be or not to be”, un gerente exitoso. El tiempo demostró que no.

En 15 años este grupo político izquierdistoide, pro marxista, filo Castro Ruz, ha tenido un inmenso capital que ya un grupo de ciudadanos como los costarricenses, hubiesen querido ser dotados; En 15 años, eso que se llama “delincuencia y hampa común” ha crecido tan desproporcionadamente que ¡cuidado! si la relación de esta población con respecto a la laboral es inmensamente desproporcionada. Todavía más; la circulación de ciertas imágenes a color, inconcebibles desde el punto de visto ético, nos revela la existencia de un cerco a la población trabajadora por parte de dos grupos con “licencia para matar”, uno más que otro, pero licenciados para ello. En 15 años se han promulgado tantas Leyes y Reglamentos de ellas, Providencias, Decretos y más instrumentos jurídicos que el venezolano deseado en enterarse de esos contenidos tendría una dedicación de más de dos años, a tiempo completo, para leerlas, releerlas, comprenderlas y en algunos casos resumir los extensísimos artículos. Pareciera que la idea de estos legisladores es penalizar y paralizar a la gente productiva. ¿Será para disfrutar del espectáculo brindado por los ciudadanos haciendo filas como en “su amado paraíso cubano”, cual monos de un zoológico, para comprar una hoja de papel tamaño carta en la cual fotocopiarían la cédula de identidad?

¡Venezuela no es merecedora de esta hedionda agachada en la que está inmersa!

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