Opinión Nacional

Cultura, egoismo, propiedad y autocracia

Expropiación cultural

En un artículo mío publicado en la red mundial en el mes de agosto de 2007, titulado “Prohibido vender cultura”, decía, a manera de denuncia, que “el Ministro de Comunicación e Información del gobierno de Venezuela, Willian (con “n”), Lara, manifestó el día 2 de agosto 2007 en el I Encuentro Latinoamericano de Soberanía en Telecomunicaciones, que el gobierno “socialista” al cual él representa debe decretar (no legislar) “que las comunicaciones son bienes culturales no mercantilizables” (sic). Añadió el Ministro (quien creo es periodista con una maestría en Estados Unidos de América, que “La UNESCO ha venido promoviendo entre los países que la integran el concepto de que los bienes culturales no deben mercantilizarse. “Nosotros como gobierno bolivariano consideramos que la comunicación y la información son parte de nuestra cultura”.

Demostré en ese artículo, que el basamento de las opiniones del Ministro estaban erradas o que lisa y llanamente manipulaba el derecho humano a la cultura. De todas maneras, sabiéndose hacia donde iban los dardos, es bueno recordar hoy la orden ministerial a la Asamblea Nacional, pues las malas intenciones eran claramente manifiestas.

Los Asambleístas nacionales, que pronto van a la tercera discusión de lo que ellos llaman reforma o enmienda constitucional y que la oposición llama “golpe de Estado constitucional”, pues se cambia totalmente la estructura de la Carta Magna, sin llamar a una Asamblea Constituyente Plenipotenciaria como lo dice y estipula claramente la actual Constitución, dicen haber recibido y oído a todos los sectores del país, pero que, según la vocera Cilia F., quien hace de “speaker”, como dicen los “imperialistas”, “la interpretación que le dan (a los 33 artículos de la Reforma) no corresponde con el espíritu de la reforma”, porque Hugo Chávez les ordenó aprobarla sin cambiarle una coma siquiera, cuestión que si realmente requiere para que más tarde se pueda leer y medio entender. En otras palabras, doña Cilia, ha manifestado democráticamente, de una manera tan democrática que ella solo lo sabe hacer, que ninguna sugerencia de cambi9o a lo dicho por el Führer, será aceptada.

Los espiritistas

Pero, en un ataque de blandenguería o debido a un telefonema desde el bunker de Miraflores, dijo Cilia, contradictoriamente, que se aceptaría la propuesta de un tal Eduardo Samán, quien no es del Samán de Güere[.1] (al menos nunca lo vi por allí), de modificar el artículo 98 de la Constitución para eliminar la propiedad intelectual “basados en el espíritu del constituyente (ahora les dio por ser espiritistas pues leen el espíritu) “todos tenemos derecho al acceso de la cultura. Pudiera ser lo máximo del egoísmo que alguien tenga una creación y sea de propiedad privada”.

Yo quiero recordarle a doña Cilia (y me perdona que no le diga Flores pues no quiero insultar ni a las Rosas, ni a las Dalias, menos a los Crisantemos, ni a las Amapolas, ni a los Pensamientos, ni a ninguna flor…) que solamente pensar en el hecho de eliminar a la propiedad intelectual ya es de por sí una incitación al delito; sí, de ese mismo delito que ocurre frente a las puertas de la Asamblea Nacional en donde a vista y paciencia de las autoridades ( si es que tienen auctoritas) se venden libros y CD’s pirateados que han evadido el pago de royalties o derechos de autor, derechos que no son otra cosa que el salario del escritor, del cantante, del músico… En otras palabras, señora parlamentaria usted si aprueba tamaña aberración, no sólo le estaría expropiando el salario a un autor sino que además estaría violando sus derechos humanos establecidos en la propia Constitución en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la O.N.U., de la cual Venezuela es signataria. Doña Cilia debe recordar que el Artículo 23 de la Constitución vigente (a la cual los gobierneros llaman “la bicha”), establece que “Los tratados, los pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificado0s por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta Constitución y en las leyes de la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”.

¿Entendió doña Cilia? – Lo anterior significa que los Derechos de Propiedad Intelectual y Derechos Humanos, aprobados por Resolución de la Subcomisión de Derechos Humanos 2001/2002 son Ley y Constitución y son, además inmodificables si la nación venezolana no denuncia dichos tratados. En o9tras palabras sólo le queda la posibilidad de renunciar a ellos y, obviamente, ponerse al margen de la ley internacional.

Dicha Resolución establece, doña Cilia, lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.

Destacando que, “de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 2 del artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el apartado c) del párrafo 1 del artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el derecho a la protección de los intereses morales y materiales que corresponden a una persona por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que es autora es un derecho humano, sujeto a limitaciones en el interés público”.

Confiscación del Pensamiento

Usted debería preguntarse señora diputada (y lo mismo le dije al ministro William Lara), que pasaría si de la noche a la mañana un trasnochado de medianoche le propone al Poder Público expropiarle a usted y a todos sus camaradas su salario, sus regalías, su servicio médico, etcétera. ¿De qué viviría usted? – ¿Está usted en condiciones de hacerlo?.

Miles de escritores, de cantantes, de músicos, autores de todo tipo, pintores, escultores, artesanos, son creadores; son intelectuales que venden su producción, nacida de su mente, la cual, obviamente, por si usted no lo sabía, no es colectiva. La creación literaria es muy difícil hacerla a dos cerebros; es decir, no es bicerebral y tampoco está regida por el pensamiento único. La creación es un don natural que nos dio Dios y no su Jefe.

Estamos de acuerdo en que la cultura debe llegarle a todo el mundo. Es, además, obligación del Estado de que ello suceda. Pero, si para hacerlo ustedes me van a robar mi trabajo intelectual, lisa y llanamente está atentando en contra de mi vida pues mis escritos, mis ideas como éstas son y serán del colectivo sólo si a mi me da la gana, no si al Estado le da la gana. Ahora, si al Estado se le quiere dar patente de Corso, es otra cosa… ¿Sabe usted que ocurriría? Ocurriría que los mejores abandonarían el país y venderían su producción cultural, que es una mercancía, en otras latitudes, por el simple hecho de que ese creador o creadora tiene que vestir, alimentarse, pagar vivienda, medicinas, transportarse, comprar cultura, darse a conocer, etcétera. Y finalmente, porque la creación es libre y no se nos daría la gana entregarla al Estado ni aún bajo tortura porque a de saber usted que es imposible estatizar y confiscar el pensamiento, eso podría suceder, solamente con ustedes, que al final del día sólo son seres improductivos…

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