Opinión Nacional

Dagoberto González: El gran maestro

(%=Image(1374267,»L»)%)El 4 de abril de 2.002 en el centro de su sufrimiento, Dagoberto le escribió una carta a sus compañeros de la CLAT donde se leía, ”Les aseguro para tranquilidad de ustedes que por aquí estamos todos confiados, pidiendo por mi salud pero sin intentar cambiar los planes que Dios pueda tener”. Quizá por eso nuestro compañero el padre Alberto Hurtado nos decía que la vida nos ha sido dada para buscar a Dios; la muerte para encontrarlo y la eternidad para poseerlo”. Dagoberto abandono esta tierra por la cual luchó toda su vida, el lunes 19 de abril a las seis de la tarde aproximadamente, pero, en ese mismo instante conquistó la inmortalidad y su alma voló hacia la eternidad por haber sido exactamente lo que fue.

Dago nos ha dejado un vacío adentro muy profundo, pero al mismo tiempo él haberlo conocido nos impone una alegría fresca y un sentimiento de agradecimiento pleno. Él fue un ser humano, humano de verdad, con su familia, sus amigos, la gente, los trabajadores y como dirigente sindical, el gran maestro. Con él la palabra solidaridad no era un concepto sino una practica militante. Su transparencia y autenticidad convertía a los valores en activistas permanentes y su compromiso con la clase trabajadora no eran solo frases para la arenga sino una manera de vivir y luchar, el siempre me decía, “ ser sindicalista no es una profesión sino una vocación, por eso cuando me preguntan cuál es mi profesión debo decir, tipógrafo”. En él se daba una rara virtud en la política, siempre sumaba a sus adversarios internos, los respetaba y les daba su mano solidaria y hacía del perdón una herramienta permanente de su actividad como conductor. Su vida sindical fue un salón de clases abierto todos los días para nosotros sus alumnos, porque Dago siempre estuvo por delante del tiempo que le toco vivir y sus convicciones siempre fueron tan jóvenes como en el origen.

Siempre fue un luchador que en su trabajo diario, sin proponérselo, nos entregaba al estadista brillante dentro de su personalidad humilde. Con el siempre había una asignatura muy exigente, la de la honestidad, allí era implacable y que bueno, fue una lección aprendida. Su pasión siempre fue la formación de los nuevos dirigentes, por eso, en plenitud de sus condiciones, como muy pocos, facilito el relevo generacional en su organización y se quedo como un modesto militante para ayudar en lo que fuera, aunque para nosotros siempre fue el único e insustituible líder a quién fue un honor servirle. Nunca acepto cargos públicos y rechazó ministerios para continuar su causa al lado de los trabajadores de Venezuela y el mundo. Su compromiso con su visión humanista y cristiana de la vida y la política, fue real. Su lucha por una CTV autónoma, independiente, unitaria, democratizada y preparada en sus propuestas, fue permanente. Sus responsabilidades dentro de la Central Latinoamericana de Trabajadores CLAT las ejerció a plenitud y fundamentalmente en sus momentos más difíciles, cuando las dictaduras de América Latina perseguían, encarcelaban y desaparecían a sus dirigentes en toda la región. Y para nosotros en ASI, el INES y el CENDA será siempre el amigo, el hermano, el compañero insustituible en la lucha, y desde siempre nuestro protector y guía. Dagoberto González siempre será el paradigma del dirigente sindical del luchador social y el gran maestro de todas las generaciones por venir. Hermano siempre vivirás.

(*): Profesor y Presidente de la Alianza Sindical Independiente.

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