Opinión Nacional

De los griegos al Proyecto Educativo Nacional (I Parte)

“Educación” es uno de los términos más generalizados y de mayor uso en el habla coloquial. Todos tenemos una idea generalizada de su significado que implica desde crianza, urbanidad, buenas costumbres, cultura, docencia, instrucción, formación, mejoramiento, enseñanza. Y todos los que así piensan tienen razón, no se equivocan. El problema surge al momento de analizar las definiciones a la luz de la ideología que encierra cada concepto. Y por ser tan antigua la educación como el hombre mismo, son muchas las acepciones que sobre el tema se han formulado en el mundo. La palabra proviene del latín educo-as-are que significa “criar”, aunque algunos lo confunden con educo-is-ere, que quiere decir “sacar de adentro”. Sin embargo, nos interesa en esta ocación hacer énfasis en la que se refiere al hecho pegagógico y a la escuela en sí. Todo a la luz de los últimos acontecimientos ocurridos en Venezuela a raíz de la promulgación del decreto 1.011 y la discusión del Proyecto Educativo Nacional que el gobierno del presidente Hugo Chávez se propone implementar.

Un poco de historia

La pedagogía antigua tiene sus inicios en la Grecia de Homero y se extiende hasta el siglo V de era cristiana: de hecho los primeros educadores de este período fueron los poetas, quienes daban a conocer las historias a través de la recitación en donde, el culto al héroe era de fundamental importancia, principalmente Aquiles y Ulises. Ser culto en ese entonces era equivalente a ser capaz de recitar a Homero y tener una concepción del hombre basada en el ideal que infundaban estos personajes. La formación del carácter era, pues, el objetivo esencial de la educación.

(%=Image(2221509,»L»)%) El concepto espartano de la Ciudad-Estado le imprime a la educación un carácter más social y colectivo. El hombre de Esparta, o mejor el ciudadano, pertenecía en cuerpo y alma al Estado y como tal estaba bajo su custodia. El niño permanecía con sus familia hasta la edad de siete años cuando la abandona durante todo el día y sólo vuelve a su casa para dormir. Así permanecía hasta la edad de los doce años cuando pasaba a estar completamente internado. En esta sociedad, educación es equivalente a crianza, en la cual la sensiblería no tiene cabida. El hombre, entonces, es formado con la reciedumbre que el ejército necesita: un soldado fuerte, con carácter. El combate no puede pertirse que ningún elemento lo perturbe. En todo este proceso, la familia y mucho menos el padre, tienen cabida. Se trataba de un asunto de Estado en el que una colectividad daba las directrices. La pedagogía era represiva y en ella el azote un elemento fundamental.

A diferencia de la sociedad espartana, la de Atenas deja a sus ciudadanos en la libertad de vivir sin el rigor militar. Aquí la familia es protagonista del proceso educativo y la democracia el centro de éste. De cualquier manera es bueno apuntar que la concepción griega no esta del todo ausente. Además, la familia no constituye la célula de la sociedad: hombres y mujeres viven completamente separados, excepto para la función reproductora. La mujer tiene un área exclusiva en la casa a la cual tiene que circunscribirse. Los hombres viven juntos y el marido se encuentra todo el tiempo fuera del hogar ocupándose de su oficio o de la vida pública. Al igual que en Esparta los niños viven bajo la vigilancia constante de los adultos, quienes no necesariamente tienen que ser su familia.

En el mundo griego se implantan las escuelas a partir del siglo VI, dando paso así a la formación colectiva en sustitución de la individual, como era antes de esto, cuando se confiaba al niño a un preceptor. Cabe destacar que el concepto de pedagogo varió considerameblemente, puesto que en un principio se trataba simplemente de un esclavo encargado de acompañar al menor y guiarlo en todas sus tareas. El maestro de escuela estaba tan sólo encargado de la enseñanza especializada.

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Asimismo, varía la concepción de escuela, aunque tarde, guiada por los cambios sociales y políticos pues el mundo griego se expande a todo el Mediterráneo (especial papel juega el comercio en esta expansión), dando origen a familias ricas que en nada tenían que ver con la aristocracia militar imperante hasta entonces. La vulgarización del alfabeto tiene en esto, también una importancia fundamental.

También se experimenta una evolución en cuanto a los elementos de la educación, que evoluciona de lo meramente militar, el deporte y la música, con la introducción de de las técnicas de la escritura, la lectura, la retórica y posteriormente el arte del pensamiento o filosofía

Para tener una mejor idea de los objetivos morales que perseguía la educación en ese entonces, veamos lo que dice Platón (Protágoras):

“Se envía a los niños a la escuela y se recomienda mucho más a los maestros que vigilen sus costumbres que el que aprendan las letras y la cítara. Los maestros ponen esmero en ello, y cuando los niños saben leer y pueden comprender incluso lo que está escrito, de la misma forma que comprenden las lecciones orales, se les da a leer las obras de los grandes poetas y se les hace aprenderlas de memoria. Encuentran en ellas multitud de preceptos, de narraciones en alabanza y gloria de los grandes héroes de antaño; se pretende que el niño, llevado por la estimulación, los imite y se esfuerce por parecérseles. Los maestros de cítara hacen lo mismo; se dedican a hacer de los jóvenes unos seres templados y procuran que no cometan nada vergonzoso; luego, cuando han aprendido a tocar la cítara, les hacen estudiar las obras de otros grandes poetas líricos haciendo que las ejecuten con el instrumento; así obligan a los niños a adquirir los ritmos y los acordes para que se vuelvan más dulces y que, una vez adaptados a la armonía y al ritmo, estén preparados para la palabra y la acción, ya que toda la vida del hombre necesita del número y la armonía. Después de esto, se les envía todavía al maestro de gimnasia para que tengan un cuerpo más sano a fin de ponerlo al servicio de un espíritu virtuoso y no tiemblen en el momento del combate ni en cualquier otro, a causa de la endeblez de su constitución”.

Los sofistas

La aparaición de los sofistas contribyó a establecer los elementos básicos de una nueva pedagogía, entre ellos la profesionalización. Hasta la fecha estaba mal visto y era visto, incluso, como indigno, el que alguien “bien nacido” cobrara por sus servicios. Con el tiempo llegaron a cobrar grandes sumas de dinero por sus lecciones que suponían una especialización para quien las recibiera. Por supuesto, esto hacia a la educación un asunto de ricos aunque su fama hizo que hubiera gran competencia entre ellos.

El método dependía del maestro y el hecho pedagógico del contacto personal en la educación. Igual ocurría con el objetivo: la política para unos, la ética para otros, los conocimientos técnicos para unos cuantos. Los discipulos, por cuanto, aunque en un principio los sofistas trataban de impartir una educación integral, debían ir hacia uno y otro maestro para diversificar sus conocimientos. Al final, los métodos acabaron por fundirse e, independientemente del conocimiento impartido, el discurso y la discusión terminaron por imponerse.

Sócrates

(%=Image(3416410,»R»)%) Es Sócrates, identificado en principio como sofista, quien instrumentará el diálogo y las preguntas. A este pensador sólo se le conoce a través de sus discipulos, principalmente Jenofonte y Platón, pero es posible dilucidar a través de éstos el método utilizado por el maestro: a la preocupación por la eficacia práctica, la adquisición metódica de conocimientos y el arte de valorizarlos, este hombre se preocupa por despertar la conciencia del hombre. El diálogo impuesto por él, ofrece la oportunidad de que nuevas nociones aparezcan en la boca de sus interlocutores.

Sócrates hacía que sus discipulos adquirieran conciencia de su ignorancia real al plantear preguntas sencillas que el discipulo contestaba, con seguridad primero, pero luego con dudas al comenzar a dudar de los conocimientos adquiridos. Al haber contradicciones en los postulados, Sócrates los instaba a rechazarlos. Mientras más sencillos resultaban mayor validez tenían entonces. Esto no quería decir que el maestro cuando la discusión se trancaba y no experimentaba mayores avances, no recurriera al viejo método de la exposición implementado por los sofistas.

Platón

A la muerte de Sócrates, sus discipulos y los de los sofistas tratan de poner orden y comienzan fusionar las metodologías hasta entonces antagónicas. Nacen las escuelas fijas en sustitución de las itinerantes: Ahora los alumnos irán donde los maestros.

(%=Image(9102796,»L»)%) El centro de la academia platoniana es la enseñanza filosófica con base en la política: El arte de vivir. Aún cuando los planteamientos de este pensador suponen un mundo utópico puesto que reconstruye un Estado ideal, se puede afirmar que logra vislumbrar los basamentos de una sociedad instituida veinte siglos después. Para él, si el objetivo de la educación era la formación de un ciudadano, es decir, de un hombre adaptado al estado, el proceso educativo no podía estar en manos de cualquiera. Había que asegurar la moralidad y para ello la ciudad debía organizarla. La intelectualidad es su norte y aquí la diferencia con el proceso educativo espartano.

También iguala la educación de las mujeres a la de los hombres, o por lo menos la hace más parecida. Organiza programas de estudios que suponen una educación básica para todo el mundo, e instaura “la capacidad” como manera de acceder de un tipo de estudios a otro y también los estudios secundarios en los que se imparten conocimientos científicos que permitirán acceder a la educación superior, la filosofía.

Isócrates: rival de Platón

(%=Image(1627286,»R»)%) La academia platoniana tenía en la de Isócrates, surgida en Atenas, una escuela rival. Sus características físicas le impidieron la práctica política, pero no desistió de ella y se dedicó a la formación de jefes de Estado, o por lo menos, de políticos. La enseñanza se convirtió entonces en el centro de su obra y de eso dan testimonios los documentos encontrados: función de la enseñanza, función del maestro, calidad de los alumnos, la relación del éxito del alumno con la calidad de la formación y enseñanza recibida. Se dispone a formar los líderes políticos del Estado pero se opone a todo tipo de amoralismo. Se opone al aprendizaje de memoria y, por el contrario, fomenta la reflexión y la meditación. Cree en el entrenamiento de la mente, y esto se convertirá en uno de sus mayores aportes a la pedagogía. La historia, con él, se descontextualiza de lo poético y, escrita en prosa, sostiene, debe ofrecer ejemplos concretos de conducta moral y de las consecuencias de las decisiones políticas. Considera fiundamental el conocimiento pasado para la construcción del futuro. Aunque no puede con ello del todo, trata de deslastrar el hecho histórico de la mitología. Nace con él el anáisis de texto.

Aristóteles: El Liceo

Discípulo de Platón, Aristóteles crea una nueva institución: El Liceo, que a diferencia de la Academia estaba más abierto a las ciencias experimentales. Termina con él el siglo IV y se inicia el período helenístico, caracterizado por la pérdida de la autonomía griega y por la conquista de Oriente por Alejandro

(%=Image(4373319,»L»)%) Para entonces, la ciudad-estado como forma de organización política ha colapsado, dando paso a otros sistemas cómo la monarquía, que aunque impone cargas económicas sumamente pesadas y reglamenta la vida exterior, descuida, o por lo menos no interviene en la administración de las localidades. Pero antes de su fin (del la ciudad-estado), la institución educativa había logrado grandes adelantos: poseía método y doctrina, sólo hace falta descircunscribirla de los pequeños círculos. El gimnasio se ha expandido por todo el imperio y la educación física adquiere una importancia fundamental como complemento de la actividad intelectual.

Las escuelas se multiplican en este período y el Estado las controlaba en parte, pero de ninguna manera puede pensarse que se trata de un servicio público. Las finanzas estatales no dan para su mantenimiento y dependen del patrocinio privado, aunque las ciudades se encargan de su administración. El calendario escolar incluye la realización de competencias o concursos que servían a los ciudadanos para evaluar la calidad de la enseñanza.

El currículo escolar comprende desde los siete años hasta los veinte. Antes de los siete años el niño permanece al cuidado de las mujeres o nodriza donde aprende un buen comportamiento.

A los siete años se inicia la educación propiamente dicha, que tiene un carácter básico y elemental hasta los catorce años, cuando el muchacho inicia estudios más especializados en ciencias y en letras. A los diecisiete años se convierte verdaderamente en efebo y cursa estudios superiores en el Liceo, en la Academia o en el Gimnasio, hasta los veinte años de edad. No se conoce el descanso semanal y todos los días, salvo aquellos destinados a fiestas religiosas y civiles, la escuela permanecerá abierta. También los alumnos estarán licenciados los días de fiestas familiares, como aniversarios, casamientos, etc.

Los romanos

En el imperio romano se conserva casi intacta la estructura educativa griega. Quizás haya que apuntar que uno de los grandes aportes de Roma haya sido el bilingüismo y, en ocasiones, el trilingüismo. Lo curioso de este caso se basa en el hecho de que un pueblo conquistador adopta en gran parte la cultura del pueblo conquistado y la retransmite.

Los romanos en el plano educativo evolucionan, primero, de una formación propiamente romana antes de la conquista de Grecia; segundo, a un período caracterizado por la admiración de la cultura helenística; y tercero, a la fusión de ambas culturas y retransmisión al resto de Occidente.

Del mismo modo, en Roma la formación familiar sí tiene un carácter preponderante y corresponde particularmente al padre, quien la dirige. El hijo sigue al padre en todas sus actividades: Esto ocurre a nivel general, incluso entre las mujeres y los esclavos. Las mujeres se ocupan de los hijos hasta los siete años, y sustituyen al padre en el caso de que éste esté ausente o haya muerto.

Posterior a este período familiar, el adolescente pasa a un pariente o amigo del padre para que lo inicie en otras actividades distintas a las del padre.

(%=Image(6827115,»R»)%) La, si se quiere, excesiva admiración por las costumbres helenísticas, hace que Roma comience a adoptar las costumbres griegas, adapte la literatura los preceptos latinos e, incluso, los maestros del pueblo conquistado que invaden el imperio de forma pacífica terminan dirigiendo el sistema escolar. Algunos intentos revolucionarios de instaurar una educación latina, fracasan ante la censura de la aristocracia. Pero ésta no podía reservarse eternamente el monopolio del saber, y para el siglo I, se fusionan la tradición romana y la educación puramente griega.

Pero al occidente, en los pueblos conquistados el panorama del imperio romano es distinto: mientras Roma jamás intentó imponer la lengua latina al oriente helenístico, hacia el otro extremo, oficial y administrativamente, el latín es la lengua. El griego se imparte en las escuelas pero no es la lengua materna, era simplemente un segundo idioma. Esa es la razón por la cual los países occidentales hayan asimilado una cultura latinogriega y no el helenismo. Bajo estas premisas se extiende la educación en occidente a través de las escuelas elementales. Pero a la educación superior llegan tan sólo unos pocos. La educación física pasa a un segundo plano y pierde la preponderancia que tenía entre los griegos. El Derecho, su desarrollo y enseñanza, constituye una de las glorias del imperio romano.

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