Opinión Nacional

De susto en susto

La imagen no se me quita de la  cabeza. Un grupo de empleados de un organismo público, estaban esperando que los fueran a buscar para un trabajo, cuando vieron  en un puente cercano  un motorizado que se acercaba  a una mujer para quitarle la cartera. Cuando ella se resistió, simplemente la izó en el aire y se la llevó en la moto. Sólo vieron los brazos y las piernas agitándose porque estaban muy lejos para oir los gritos.

Nadie hizo nada por supuesto. Ni ahí, ni a lo lejos, porque no hubo tiempo.

La presidenta de un grupo de  observadores, que venía a dar un curso sobre asuntos electorales  para periodistas en Venezuela, desistió de  venir, al ver en CNN como estaba la situación en materia de seguridad en Venezuela.

Llegando a   Maracaibo, un  periodista caraqueño quiso salir a conocer la ciudad, de noche. Y todo el mundo le dijo, asustado  que mejor no.  Cuando él  le insistió que no tenía miedo, porque ¿que peor que Caracas?. Le dijeron que sí había peor: ser secuestrado en Maracaibo.

Ahora la gente se divide entre los que viven hasta las cinco pm  en la calle y los que  sí salen de noche. Por eso, hay gente que  planea festejos para la gente que no sale de noche y cenas tarde, pero con  taxis o colas aseguradas., si no, todo el mundo se desvanece cual Cenicienta en dirección a casita, antes de que los hampones tomen la calle.

El otro día me devolvía de una consulta médica nocturna y sólo había otra persona que venía del otro lado de la acera y se acercaba para hablarme.  Ya estaba entrando en pánico cuando me dí cuenta que el que tenía pánico era él: “ Corra! “, me dijo  como a tres metros, por aquí atracan!!!” y prácticamente  me cruzó trotando.

No hay remedio, porque evidentemente, por lo que dicen los mismos jefes policiales, los atracadores, ladrones, asesinos y violadores tienen experiencia. Muchos de ellos  están en bandas dirigidas por ex funcionarios de seguridad , policías o militares. Nosotros no tenemos entrenamiento sino en  vivir de susto en susto.

Digámoslo claro. Es preferible andar solo que mal acompañado y todo el mundo duda si  llamar a la policía, no sea que el remedio sea peor que la enfermedad.

El otro día, un amiga karateca, me llevó a una tienda, muy bonita de una amiga de ella, con unas blusas sensacionales. La  dueña, muy amable y dulce fue una vendedora ejemplar. Gusto elegante y sencillo.  Tenía  tipo de ama de casa y mamá . Pero qué va. Además de esas dos cosas, es cinturón marrón en un tipo de kick boxing.

Y hablando de defensa ,uno de los artículos que se están vendiendo ahora entre las mujeres son unas manoplas con  unas púas y no son precisamente para disfrazarse de satánica, sino  para usarlas en la calle. Yo tengo las mías porsia. A lo mejor no las saco nunca, pero me da la impresión de que  voy mas segura que por lo menos un hueco le hago a quién me quiera atacar.

Lo peor es que esto no se cura sólo con una reforma de la policía o con un cambio de gobierno. Es un problema de cambio por dentro, de desechar  la violencia , la indiferencia por el otro y el miedo. Y eso es lo que yo creo que nos va a costar bastante  cambiar.

 

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