Del placebo oposicionista a una resistencia democrática activa
La reciente promulgación de la reforma parcial de la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencias de Competencias del Poder Público, inaugura otra etapa del régimen Chávez-FARC.
Podriamos definirla como el proceso de abolición formal a la Constitución de 1.999 por via de los órganos del poder público, en este caso concreto a traves del Poder Judicial con la “Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia*(órgano del poder público dependiente de Hugo Chávez) que fija la interpretación vinculante del artículo 164.10 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” de fecha 15 de abril de 2.008, proceso que continuó este jueves 12 de marzo, cuando la Asamblea Nacional* (órgano del poder público dependiente de Hugo Chávez) aprobó en segunda discusión la reforma a la precitada Ley de Descentralización, hasta su promulgación ¨formal¨.
Quienes tengan ocasión de revisar la sentencia primigenia de este fraude constitucional, notaran de inmediato la renuncia a toda conformidad con principios jurídicos, norte de cualquier juez al momento de discernir sobre recursos de interpretación como el presentado a la Sala Constitucional en tal oportunidad. Se rebasó una frontera, en adelante todo podrá cambiar.
Porque se entiende, que a partir del lunes 16 de marzo, el texto constitucional en modo alguno tendrá validez para el régimen gobernante, y todos sus actos, contrarios a la Ley Fundamental, serán formalmente justificados por el correspondiente órgano del Poder Público. Ante ese panorama, los democrátas venezolanos debemos igualmente inaugurar otra etapa de lucha.
Sabemos muy bien que en lo adelante, quienes esgriman la sola juridicidad nacional como herramienta a contraponer frente a la derogación fáctica y progresiva de la constitucionalidad democrática aún vigente, tendrán una pespectiva de éxito absolutamente dependiente a la voluntad del régimen Chávez-FARC.
Lo anterior consagra la gravedad inherente a la indefensión ciudadana frente al poder constituido, pero más grave aún resultará, el tolerar por parte de quienes aspiren dirigir la continuidad de nuestra lucha política, un pretendido sostenimiento de esa misma juridicidad, como única herramienta en pro del objetivo libertario.Seria absurdo pretender en lo adelante, detener el avance del totalitarismo gobernante, acatando las reglas que el propio régimen fije de manera unilateral y en condiciones liberrimas para su definición.
La cesión de derechos y la abdicación de principios por parte de nuestra sociedad desde el 11 de abril de 2.002, en cabeza de nuestra dirigencia demócrata, arroja un saldo bastante negativo habida cuenta los males que ha pretendido evitar. Se nos ha planteado de manera no tan velada, la propensión al exterminio, ínsito al régimen Chávez-FARC, y como prueba de ello, repasan aquel abril. Sin embargo, la esclavitud alternativa, inherente al socialismo, constituye razón suficiente para buscar distinta opción.
La resistencia democrática activa, como alternativa al presente esquema oposicionista, consagra la necesidad de confrontar conforme a la constitucionalidad vigente, toda pretensión derogatoria, hasta su cabal restablecimiento. De tal manera, que ante la muy reciente lesión al principio constitucional descentralizador consagrado en el artículo 158 de la Carta Magna, solo cabe resistir, tal como lo han hecho los pueblos vencedores por sobre sus propias tiranias, y en tal sentido, es grande la responsabilidad de los recién electos gobernantes democratas que a nivel local y regional están llamados a encabezar una gesta que muy por encima del clásico partidismo, confrontará la aspiración por un régimen democrático de libertades de cara al esclavismo.
La confrontación en ciernes puede no ser la única, tampoco seria la última, pero sí muy necesaria, para quienes otorgamos valor a la vida solo en campos de libertad y dignidad. ORA Y LABORA.
