Opinión Nacional

Democracia herida

Abuso de poder, obsceno
ventajismo oficial, complot de los poderes públicos contra la voluntad popular
expresada el 2 de diciembre de 2007 signan el proceso electoral del pasado 15
de febrero. Tinta no indeleble, problemas con la pantalla sensible de las
máquinas de votación, campaña indebida el mismo 15F, abusos de coordinadores de
centro y de funcionarios del Plan República ponen en evidencia que el ente
electoral no es transparente y con su silencio es cómplice de la voluntad del
candidato a tirano.

¿Cuál es el verdadero resultado del referendo del 15F?

Sencillo pero trágico: un tercio de los venezolanos inscritos en el registro
electoral dio su visto bueno a una enmienda inconstitucional que hiere de muerte
a la democracia en nuestro país al suprimir el principio fundamental de la
alternabilidad en los cargos de elección popular. El anuncio del teniente
coronel Chávez a sus simpatizantes reunidos en el Palacio Presidencial, luego
de la oficialización de los resultados por la señora Tibisay, presidenta de la
AEM (agencia electoral de Miraflores) también conocido por las siglas de CNE,
es un fiel testimonio y confesión: “Hoy 15 de febrero ustedes han escrito mi
destino político, que es mi destino personal”(sic). Perdió el país, ganó Chávez y con toda propiedad ratificamos que su
revolución no es bolivariana: “Nada es tan peligroso como dejar
permanecer durante largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se
acostumbra a obedecerlo y él a mandarlo: de donde se origina la usurpación y la
tiranía”.

¿Qué hacer ante estos resultados?
Consciente de que muchos compatriotas se sienten hoy desesperanzados, me parece
que lo esencial es evaluarlos adecuadamente en su conjunto. Pongo de relieve
que a pesar de la intimidación, de la coacción, del chantaje, de la
criminalización e incluso de la violencia, más de cinco millones de venezolanos
rechazaron este fraude a la Constitución, esta burla a la soberanía popular. La
reelección indefinida de Chávez, que se impone por el abuso y el ventajismo,
estará en vigencia contra el sentimiento de más de la mitad de los venezolanos
que la consideran inconveniente para la paz de la república, que están
convencidos de que en nada contribuye a resolver los graves problemas de
inseguridad, desabastecimiento, inflación, de déficit en la construcción de
vivienda, de precariedad en la atención hospitalaria. De millones de
venezolanos que están cansados de la imposición de una agenda política que en
lugar de procurar la unión de los venezolanos, los divide y enfrenta.

Cinco millones de venezolanos de
convicción democrática es una fuerza social enorme. Organizada y con un norte
común constituye sin duda alguna un muro de contención esencial para defender
la depredación del país de los avances del militarismo autocrático de talante
totalitario que encarna el actual presidente, candidato a la reelección eterna.

Cinco millones de venezolanos que rechazaron valientemente con sus votos la
inconstitucional enmienda, mas los seis millones de venezolanos que se
abstuvieron de votar, muestran un país que no se ha sometido a los designios de
la bota militar de Chávez.

Los resultados electorales de
esta inconstitucional enmienda muestran una oposición democrática que ha
aumentado su caudal de votos, una oposición que da signos de fortaleza y
crecimiento en los grandes núcleos urbanos.

¿Qué hacer, nos preguntan familiares, amigos y amables lectores de esta página?

Mi humilde respuesta es muy
sencilla: Que los cinco millones de venezolanos, que manifestamos nuestro
radical rechazo a la violación de la Constitución, que ratificamos nuestra
convicción de querer vivir en democracia y que estamos absolutamente
convencidos que el modelo autocrático, militarista y de predominio castrista
que quiere imponerse en nuestro país traerá la destrucción de la república no
podemos desaparecer de la esfera pública y rumiar nuestro desconsuelo en la
queja, el resentimiento y el abandono. Una tarea inmediata será la promoción de
una ley de garantías electorales para contrarrestar el abuso presidencial. ¿La
aprobará el actual parlamento? Seguramente no. Por eso la voluntad de esos
cinco millones de venezolanos que rechazamos la reelección indefinida de Chávez
tiene que tener expresión en la próxima y nueva Asamblea Nacional, y que ésta constituya
un honesto y legítimo recinto constitucional de la pluralidad de la expresión
política del país. Para mí este es el reto y un aliciente para fortalecer
nuestra potencialidad y mantenernos firmes. Repito, cinco millones es una fuerza social enorme. Y ni el
abuso, el ventajismo y la criminalización han podido silenciarla.

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