Opinión Nacional

Desfachatez, ignorancia, irresponsabilidad, miedo, o más bien quizás… pánico: Respuesta, o confesión

“… Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa…”

Alfred Adler (1870-1937)

Cuando los ciudadanos comunes somos testigos de hechos tan significativos como esto de las ligerezas y de la –entendemos– conscientemente asumida irresponsabilidad con la cual se tratan y manejan públicamente los muy delicados asuntos de la seguridad o inseguridad ciudadana, y hasta la propia al país –como reconocida unidad política en el concierto de naciones–, independiente del nivel o escalón jerárquico, del tema o de la circunstancia de la cual se trate.

No puede esto sorprender a nadie.

Ha sido así durante los últimos diez años y, mientras esté vigente esto que pomposamente llaman revolución, debemos asumir dos realidades: a) la vigencia y práctica sostenida de esa por algunos llamada filosofía popular dictada y muy difundida por aquel personaje de la novela Por Estas Calles, Eudomar Santos, “… Como vaya viniendo vamos viendo…”; b) la determinante praxis del decir popular hecho música:

“… Esto es lo que hay…”.

Ahora resulta que según la declaración oficial sobre los ya famosos AT4 venezolanos encontrados por las autoridades colombianas en una “caleta” o depósito clandestino de las FARC, fueron piezas de artillería militar perdidas desde el año 1995 en Venezuela.

Específicamente, reza la información oficial expuesta ante los medios por los titulares de los dos más altos cargos del Ejecutivo:

“… El vicepresidente Ramón Carrizalez… recordó el ataque que realizó el Ejército de Liberación Nacional (ELN) al puesto fronterizo fluvial de Cararabo, estado Apure, en 1995, donde fueron asesinados ocho infantes de marina, y dejó entrever que los armamentos incautados a las FARC pudieran tener relación con ese incidente…” (Fabiola Sánchez, Caracas AP, 300709)

En rueda de prensa, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías: “… las armas antitanque suecas incautadas en un campamento de las FARC y propiedad de la Fuerza Armada de Venezuela fueron robadas en 1995 por los rebeldes en un ataque al puesto naval venezolano de Cararabo…” (050809; http://www.noticias24.com/)

Recordemos, entonces:

  1. El violento ataque al cual hace referencia la información oficial, se ejecutó el 25 de febrero de 1995 a las 23:40 horas del día (11:40 PM) en el lugar denominado Cararabo, en las instalaciones donde funcionaba el Puesto de Control de la Armada Venezolana en el Eje Fluvial Río Meta Internacional en el Estado Apure, en la frontera con la Republica de Colombia.
  2. El puesto fue atacado y muertos 8 efectivos de la marina venezolana: Sargento técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido Cándido Arenas Méndez.
  3. Los cadáveres presentaron entre trece y diecisiete tiros y a cada uno de ellos, luego de baleados, muertos o aún vivos, a unos les fue aplicado el “Corte de Corbata” (incisión profunda con un objeto cortante, practicada de extremo a extremo y a todo lo largo por la cara interna del maxilar inferior hasta dejar al descubierto y colgando sobre el cuello su contenido, entre ellos y de forma prominente, la lengua); a otros, les cortaron los testículos y se los metieron a la boca; a una de las víctimas, herido pero aún vivo, le metieron una granada fragmentaria liberada la anilla dentro del pantalón.
  4. Los atacantes, fueron identificados como una unidad del ELN quienes tomaron posesión de todo el equipo bélico de dotación del Puesto Naval: “…“… Cuatro guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro…” (agencia AP)
  5. El 26 de febrero de 1995, la noticia y las imágenes del asalto fueron transmitidas en su programa regular de televisión por José Vicente Rangel; años después, el periodista Roberto Giusti comentaría en la prensa la entrevista en la cárcel de “Alexis”, uno de los “elenos” que purgaba condena en la cárcel de La Picota.
  6. Durante la investigación de los hechos por parte de las autoridades colombianas, se identificaron y capturaron algunos de los “elenos” que actuaron en la operación; de esa investigación y los interrogatorios el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) presentó un informe donde se señalaba al oficial retirado Hugo Rafael Chávez Frías, como vinculado a la operación, a quien se señalaba el haber sido fuente de información para la preparación y ejecución del ataque. Un informe oficial fue enviado personalmente por Ernesto Samper, presidente de Colombia, al presidente en funciones Rafael Caldera Rodríguez. Sobre el mismo tópico y precisión en el asunto, el arzobispo de la región, Ignacio José Velazco habría declarado a los medios de comunicación: “… diplomáticos de ese país que aseguraron que HCF tenía relación con el ataque del puesto fluvial y que las armas que fueron robadas por la guerrilla eran para entregárselas al movimiento político que respaldaba en aquel entonces a Chavez… el MBR-200…” (Patricia Poleo, 010308)
  7. Las investigaciones sobre ese asalto realizadas por parte de las autoridades venezolanas, no produjeron en aquel momento –ni hasta ahora– resultado alguno, todo quedó en silencio hasta hoy con el asunto de los AT4. Según las informaciones de la época del asalto, aquello quedaría en manos de los jueces militares Eladio Aponte Aponte y Damián Nieto Carrillo quienes se encargaron de todo el proceso.
  8. Si bien es cierto que priva el principio de inocencia hasta las probatorias de responsabilidad, también resulta cierto que, mientras no exista una sentencia firme de un tribunal de la República, cualquiera que sea señalado, denunciado, mencionado o simplemente citado en los interrogatorios, declaraciones o audiencias de los imputados de un acto criminal, de asesinatos, masacres o terrorismo, sólo queda libre de la sospecha de su vinculación o responsabilidad en el crimen, mediante esa investigación, juicio y esa sentencia, mientras ésta no sea dictada, si bien no es culpable o responsable, tampoco puede asegurarse que sea inocente. Eso es el más grave de los derivados de esa cómoda costumbre de ordenar engavetar por ahí cualquier expediente. Generalmente, como lo demuestra la historia criminal de Venezuela, soportes para el chantaje.

Entonces

La tan famosa y citada Sala Situacional, los no menos famosos miembros del G2 de Cuba, los asesores presidenciales, el círculo de íntimos, los alardes sobre las capacidades técnicas de los llamados Anillos de Seguridad, ante lo comentado y sus resultados presentes y futuros, al propio estilo de la Defensora del Pueblo, producen una sensación, y muy sensacional; esto, en cuanto al problema de la seguridad o más bien de la inseguridad puesto que:

a) Están integrados por una sarta de inútiles, de incompetentes o de idiotas

b) Viven en el mismo mundo de fantasías montando atentados y magnicidios como émulos del “Bamby” Luís Posada Carriles.

c) Ni son escuchados, mucho menos tomado en cuenta su desempeño y su indispensable trabajo.

d) Simplemente, visto estos resultados, al muy actualizado estilo “revolucionario”, se diría, han sido infiltrados y, definitivamente, trabajan para la CIA.

Veamos

¿No pudo alguien del los equipos de seguridad presidenciales, de uno u otro directivo, comando o estado mayor de los cuerpos de Inteligencia del Estado, asumir la alertar a tiempo, desde ese momento en que el vicepresidente Ramón Carrizalez el 300709 asoma la posibilidad de que los AT4 decomisados en manos de las FARC, estuviesen relacionados con el asalto al Puesto Fronterizo de Cararabo en el año 1995, y transmitir tanto las inconsistencias como los potenciales derivados y que ese globo de ensayo, que en ausencia de reacción, fuera tomado como indicativo y asumido esa como respuesta oficial 120 horas después por Hugo Rafael Chávez Frías?

¿No pudo alguien alertar a tiempo a Hugo Rafael Chávez Frías sobre el particular detalle de que el asalto y masacre de los infantes de marina venezolanos en el Puesto de Cararabo, fue realizado por efectivos adscritos a la Columna Domingo Laín del ELN  y nunca por unidades de las FARC?

¿No pudo alguien alertar a tiempo a Hugo Rafael Chávez Frías sobre el particular detalle de que quien ordena enviar al presidente de Venezuela Rafael Caldera el informe donde se señalaban los resultados de las investigaciones e interrogatorios a los autores del ataque en Cararabo y en ellos se determinaba la presunta complicidad del Tcnel ® Hugo Rafael Chávez Frías como autor de las informaciones para la preparación, planificación y ejecución de la masacre, fue el para ese entonces el presidente de Colombia Eduardo Samper?

Nos preguntamos: ¿Realmente a qué vino?; ¿Por qué tanta deferencia por parte de Hugo Rafael Chávez Frías,  y en definitiva contraposición a la pública, agresiva, virulenta posición asumida y vigente en cuanto a Colombia?

¿No pudo alguien alertar a tiempo a Hugo Rafael Chávez Frías sobre el particular detalle de que, mientras no exista sentencia firme de los tribunales venezolanos sobre las particularidades de la Masacre de Cararabo y los señalamientos en su contra contenidos en el informe citado, si bien no puede ser acusado por hechos no investigados, no probados, no sentenciados, tampoco, por el mismo motivo, ha quedado absoluta y totalmente liberado de sospechas o señalamientos tan graves?

¿No pudo alguien alertar a tiempo a Hugo Rafael Chávez Frías sobre el particular detalle de que, en el ataque al edificio del Congreso y al Palacio de Nariño y atentado contra la vida de Álvaro Uribe Vélez ejecutado el 070802, en momentos y fecha en que éste se dirigía a la sede del Congreso de Colombia para juramentarse como presidente de Colombia, ejecutado por las FARC; que ese atentado fue realizado mediante las inestables e imprecisas bombonas de gas lanzadas contra las edificaciones; múltiples explosiones que ocasionaron la muerte de una treintena de ciudadanos habitantes de un barrio ubicado detrás del Palacio de Nariño, aparte de daños a los edificios circundantes que en consecuencia, para ese momento las FARC, como puede deducirse, no contaban dentro de su equipamiento de combate con armas de alcance y precisión suficiente para ese ataque: Ni tenían AT4, ni siquiera los viejos RPG7, armas con alcance y precisión suficiente a más de cien metros?

¿No pudo alguien alertar sobre el asunto donde participara la ex guerrillera compañera sentimental de Grannobles, quien en su momento y una vez doblada declaró: “… Cuando hice ese recorrido por Bogotá fue con gente de las milicias y un comandante guerrillero llamado Fabián Hernández, quien fue el que colocó las cosas del 7 de agosto. Eso estaba pensado con las camaradas Maryely del frente 56 y La Negra Karina… calificó como ‘apoyo del gobierno de Chávez’ a las Farc, así como las rutas que utiliza este grupo subversivo para el envío de coca por territorio venezolano… Como tengo papeles venezolanos, salió un viaje. Llegamos a Arauca y entramos a Venezuela por El Amparo (estado Apure), y pasamos por San Cristóbal, Tobar, Táriba, Cocoba y Caracas. Nos movilizamos por tierra. Estuve en Maracaibo como guardaespaldas del comandante Rodrigo Ospina. Él está ahora en Margarita. Es del X frente. Siempre nos movilizábamos entre Guasdualito, La Pedrera y San Cristóbal… El grupo de nosotros en Caracas se llama Carapaima… Con documentación original, legales, como si fuéramos ciudadanos venezolanos. Me pidieron el nombre y ellos diligenciaron los documentos y me los entregaron guardias en Guasdualito… En San Cristóbal llegábamos a una casa con guerrilleros y milicianos enfermos y los atendieron en una clínica. Llevan los que tienen más antecedentes en Colombia. Allá estuve con Julio Mostro, con Rodrigo Ospina y Arcesio Ruiz… Grannobles estuvo en el hospital de San Antonio, en Táchira, el 1 de mayo de 2001, y lo atendieron por problemas del hígado y de hinchazón en los pies. Estuvo con Carolin…” (Entrevista publicada por El Espectador)

En definitiva

Si el equipo de seguridad de un Estado, Sala Situacional, G2, Anillos, Jefes de Inteligencia civil y militar incluidos, asesores y círculo íntimo no está en capacidad para cumplir la misión para la cual se juramentaron y se les paga a unos y se mantiene a los otros; si no tienen la capacidad para hacerse oír e imponer criterios técnicos y argumentos suficientes unos, sugerencias otros, para evitar las situaciones derivadas de las declaraciones o afirmaciones oficiales públicas sobre hechos de la absoluta competencia de unos y del deber de otros, deberemos aceptar entonces que, Venezuela, en materia de Seguridad de Estado ha sido y está abandonada a su suerte. A semejanzas de sus ciudadanos y tal y como impone la realidad o la “sensación sensacional”, en cuanto a la seguridad pública.

En el affaire de los AT4

Ante la evidenciada ineficiencia de todos y cada uno de los ministros, jefes, directores, estados mayores, superiores y responsables por el hacer y dejar de hacer de los órganos de seguridad que operan en el país, estamos en consecuencia, gobierno y ciudadanos, frente a los resultados de la más impresionante desfachatez, de la ignorancia, de la irresponsabilidad, del miedo, o más bien quizás, del pánico y ante ello: Una apurada respuesta, o quizás, una confesión.

Y, dirían entonces los expertos en asuntos del Derecho: A confesión de parte relevo de pruebas.

 

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