Opinión Nacional

¡Disculpas NO, y Enmienda NO!

El martes pasado, el presidente Chávez exigió que la oposición se disculpe por haber acusado al gobierno de ser responsable de la profanación de la Sinagoga de Maripérez. La oposición democrática rechaza esta exigencia presidencial, pues considera que peor que la autoría material de un delito de esa naturaleza es la creación del clima ideológico que lo hace posible y lo alienta. En ese sentido, no nos cabe la menor duda de que los recientes brotes de antisemitismo o racismo antijudío en Venezuela son producto de un clima ideológico creado por el oficialismo

Desde sus inicios, el movimiento militar “bolivariano” se mostró receptivo a ideas neonazis y antisemitas propagadas por fascistas rioplatenses. Un coronel chavista que sucesivamente desempeñó los altos cargos de presidente del parlamento, ministro del interior y canciller, se declaró admirador de Hitler y alentó la distribución en el país de una edición abreviada de “Mi Lucha”, cuya lectura y estudio recomendó a sus compañeros.

Posteriormente, a raíz de su alianza estratégica con elementos islamistas radicales, el régimen comenzó a olvidar la diferencia que existe entre el gobierno de Israel por un lado, y el pueblo judío por el otro. Las políticas del primero se pueden criticar legítimamente, y muchos judíos lo hacen con severidad. En cambio, toda incitación al odio contra el pueblo judío como tal –incluida la malévola tergiversación de su historia y la negación de la irrefutable realidad del holocausto- constituye una canallada racista condenada por las Naciones Unidas y castigada con penas de prisión en casi todas las democracias avanzadas. Lamentablemente, hasta los medios controlados por la “izquierda” chavista se olvidaron de esta fundamental distinción, y con motivo del conflicto de Gaza, dieron cabida a expresiones de odio y desprecio contra los judíos como pueblo, incluidos los venezolanos de ascendencia, cultura y religión hebreas. A nivel callejero, el régimen cobijó cartelones y “graffiti” antisemitas de una vileza nauseabunda. El asalto a la sinagoga fue un mero efecto de todo lo anterior.

Esta es una de las múltiples razones por las cuales votaremos “No” en el referendo sobre la reelección indefinida del presidente y de toda la clase política gobernante. La aprobación de la enmienda constitucional propuesta significaría abrir la puerta a la permanencia en el poder de una nueva burguesía burocrática tan opresora y fundamentalmente reaccionaria como las de África post-colonial, denunciadas por el escritor revolucionario Frantz Fanon en su obra “Los condenados de la tierra”.

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