Don Jacinto Convit
¡Oh bellas tejas de la añeja Pastora!
Y añorantes valores del Hospital Vargas,
morada patrimonial de San José;
son sus predios de familiar ciudadanía,
de florecimiento de jardines de identidad:
postigos, guitarras y hogar de curación,
que poco a poco, hilan la historia
entre medicina y comunidad,
iniciando esta poética narrativa…
Más lejos aún del hermoso cielo
al silencio, piedemonte del amado Avila,
están tus ojos, y más cerca del centenario sol.
¡Oh loado pastoreño, Don Jacinto Convit;
Dios saluda tu noble vida;
Dios alegra tu ser de vida noble!
Eres Quijote egregio de la biodiversidad,
andariego de pócimas de salud,
compasionante inteligencia universitaria;
con humildad humanística,
vocacionas tiempos el amanecer
y vas tras el tiempo para crear atardecer,
en la sed del amor para la salud,
hora tras hora sin descanso
en tu hermosa vida.
Donas oferente vacuna de la lepra,
y un alumnado de médicos enseñantes,
a la bondad y cara de los enfermos.
Eres arcano de terapias de humildad;
eres estancia dulce de padre y abuelo.
Dinos maestro del alma,
jardinero cuidador del trópico,
si acaso preguntáramos,
¿en qué aula se enseña Leishmaniasis?
Sin duda alguna, algo difícil de entender,
pero los niños curados responden
a tu sonrisa de patria buena,
como rincón de amor,
crecido en tu ser de galeno.
Amado maestro del alma,
¡es insigne tu bondad y tu indulgencia
ante la erosión de juicios éticos,
que no comprenden tu siglo de visión neoplásica,
de la naturaleza y el arte de la ciencia!.
Los genios y el pueblo
descubren senderos de fe;
hay razón y propósito para elevar nuestras voces.
¡Enhorabuena Don Jacinto Convit;
pastoreño fiel de vida útil,
hijo de tu amada ciudad!;
¡Caracas te saluda y te obsequia un poema,
y un hospicio de oración ….!
¡Dios sea loado,
eres pan de la salud
del pueblo pobre y sufriente,
el cual lleno sabiduría,
no te olvida.
Permaneces en mi memoria,
cual florecer de Galipán al mar;
eres presente de inicio
a otro siglo,
cien años de aire puro como el oro,
lid de vida, gloria útil.
Estás entre nosotros
Don Jacinto Convit,
Como un Orinoco al mundo.
Poema dedicado y entregado a Don Jacinto Convit a nombre de los vecinos de La Pastora y San José.
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