Opinión Nacional

Dos principes uno con sangre real y otro con real del pueblo

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Escándalo ha causado en la conservadora sociedad inglesa el aterrizaje por parte del heredero de la corana inglesa de un helicóptero de la Royal Air Force en los jardines de la casa de su novia.

Luego de este incidente la comunidad inglesa se pregunta cual es la razón que tiene el príncipe para tales excentricidades, o será que buscan crearle una mayor vida social al muchacho, a costa de varias horas de vuelo de dicha nave que cuesta aproximadamente unos 30 mil dólares cada una.

De seguro ningún inconveniente e le traerá a la familia real este incidente, ni siquiera por el accidente que hubiese podido causar en dicha zona, ya que el poder de esta monarquía es total en dicho país, además ya informan ayudando con ello al principie en su aventura, que dicho vuelo estaba aprobado por sus instructores y que el aterrizaje en sitios no habilitados es tomado en cuenta por la RAF, y que es evaluada como si fuera un aterrizaje en una zona de conflicto bélico.

En nuestro país pasa lo mismo en la familia real, no por su linaje sino por los reales que han acumulado, también tiene su príncipe Huguito I, quién no aterriza en el patio la casa de su novia sino en la Orchila, y tampoco el niño es el piloto, no, él tiene el suyo ya que el rey, su padre que se cree como tal, tiene sus súbitos y lo que diga el príncipe no tiene contraorden, hay que obedecerle.

No hace falta como en Inglaterra convencer a nadie para volar, ir a la Orchila o a cualquier otro destino, lo que sobran son los lamebotas, y se cree que presuntamente se pelean entre ellos para cumplir con las peticiones del principito, al cual hay que alabar, jalar, guindarse y mecerse para poder lograr los meritos suficientes para el paso inmediatamente superior.

Pensaran amigos lectores que el principito venezolano hace entrenamiento en los helicópteros venezolanos para prepararse a defender el régimen de una presunta invasión del imperio, no señores el niño estudia las diferentes materias de la vida fácil y del buen wisqui mayor de edad propia de esta revolución misma.

Y no es que tomarse un buen wisqui es malo, todo a su medida, lo manipulador es adornar sus peroratas cada vez que pueden engañando al pueblo, haciendo ver, que todo esto es malo, cuando en realidad practican esta costumbre casi a diario y sin ningún desparpajo.

Pero el pueblo va conociendo el engaño, y ya casi a una década de desgobierno y desorden inocultable, lo cansan y seguramente a la realeza le esta llegando su cuarto de hora, y la patria a su debido momento les pasara factura a tanta ineficacia, corrupción y nepotismo que ha caracterizado el actual régimen, y de seguro estamos, que el principito no podrá suceder en la corona a su adorado rey, ya que cuando se de cuenta le pasará de inmediato la borrachera revolucionaria, y puede que se de cuenta de cuanto se le mintió a un pueblo que en algún día creyó en el discurso progenitor.

Pero príncipe es príncipe uno con sangre azul y otro con sangre roja, uno con entrenamiento militar, otro con entrenamiento de barra fija, uno con imperio ingles otro con imperio barines.

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