Opinión Nacional

El agua: un recurso escaso

Recientemente se reunió en México, un interesante foro mundial que abordó el tema relativo a la existencia, tratamiento, consumo y disposición de ese recurso maravilloso que es el agua.

Cuando somos niños nos enseñan que las tres cuartas partes del globo terráqueo están cubiertas por las aguas de los mares y océanos.

También nos enseñan que el ochenta por ciento del cuerpo humano está constituido por agua.

Ahora, nos dicen que cada persona debe ingerir algo así como dos litros de agua por día y para el aseo personal y otros usos se necesitan unos doscientos litros diarios por persona.

A pesar de que existe agua abundante en los mares y océanos, esta no está disponible para el consumo pues tiene un alto contenido de sales.

El agua que es apta para el consumo humano es la que encontramos en los ríos. Para que pueda llenar esa función se requiere que la almacenemos en diques apropiados y la hagamos tratar de manera que encaje dentro de parámetros químicos convenientes.

De esta manera, podemos ver de forma muy simplificada, que aunque en el globo terráqueo existen unos mil cuatrocientos millones de kilómetros cúbicos de agua, solo el dos y medio por ciento es insípida y solo el uno por ciento del total está disponible para el consumo humano.

Alrededor de un tercio de la población mundial no tiene acceso al agua de los ríos y uno de cada siete habitantes de la tierra no puede acceder al agua potable.

Hemos leído documentos de los tiempos en que en la ciudad de Caracas era más importante y tenía mayor precio, el agua que la tierra. Hablamos de la primera mitad del siglo XX. También recordamos los tiempos cuando el I.N.O.S. distribuía el agua potable y cobraba veinticinco céntimos de bolívar por el metro cúbico del preciado líquido.

Ahora vivimos en años donde una botellita de agua con escasos doscientos centímetros cúbicos vale alrededor de un mil bolívares y visto en términos comparativos, cuesta lo que valen diez litros de gasolina en nuestro absurdo país.

Traer el agua a Caracas supone un esfuerzo tremendo. Todos los embalses que suplen a nuestra ciudad se encuentran a cotas mucho más bajas que Santiago de León y hacerla subir hasta ponerla a nuestra disposición, supone un esfuerzo técnico y económico de verdadera envergadura.

Tratarla, para hacerla potable, también supone unas instalaciones de plantas de tratamiento y el establecimiento de redes de distribución que no solo cuestan muchos recursos a la nación sino que tienen que ser mantenidos en condiciones tales que el ciudadano no note su potencial ausencia.

De acuerdo a las cifras que presentó la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2002 perecieron alrededor de tres millones cien mil personas por enfermedades de origen hídrico y el noventa por ciento de ellos eran niños de edad inferior a los cinco años. Si estas personas hubieran dispuesto de agua potable la mortalidad pudo haber sido inferior a la mitad.

En ese mismo estudio se concluye que la disponibilidad per cápita del precioso líquido, en los setenta años que van desde 1950 hasta el dos mil veinte, se habrá reducido a una tercera parte.

Entretanto, vemos como los países desarrollados se ocupan de este tema y el resto del mundo despilfarra este preciado y precioso recurso.

Una educación intensa y adecuada puede hacer que la población tenga otra visión de este problema fundamental.

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