Opinión Nacional

El Arca de Noé

Los profetas no son responsables de los desastres sociales que anuncian, ya que es un asunto de percepción o revelación divina; sin embargo, los reyes y/o gobernantes los han perseguido y matado para que no revelen a vox populi sus crueldades y malos manejos de la cosa pública. Por el otro lado están los gobernados que menosprecian las advertencias porque tiemblan ante lo que les pueda suceder o simplemente porque son unos indolentes que no creen sino en lo que quieren creer. En resumen los profetas modernos quedan mal parados ante los gobernantes y la opinión pública hasta tanto no se suceden los hechos y es cuando ambos (gobierno y pueblo) corren arrepentidos cuando ya no hay remedio o vuelta atrás. Esta conducta humana se explica debido a que algunos no están dispuestos a perder sus privilegios, y otros, a arriesgar sus vidas en aras de la libertad y la democracia. !Sálvese quién pueda! es la frase común que se deja escuchar en estas situaciones, aunque al final nada ni nadie se salve.

Un factor que influye para que la gente común no crea en ciertas advertencias, es la ignorancia de la historia y el no estar al día sobre lo que acontece alrededor del mundo. El que ignora, el que se siente cómodo, o el que se halla minimizado por las circunstancias, es peor que un ciego que no ve el peligro que tiene por delante. El ciego lo “olfatea”, pero el necio lo ignora deliberadamente porque carece de la voluntad humana para enfrentarse a la adversidad. “Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de calamidad pública: la ignorancia y la debilidad .»: Simón Bolívar. De tal manera que una persona o una comunidad entera son quienes deciden su propio destino una vez que han escuchado las advertencias y han resuelto hacer caso omiso de las mismas. «Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción»: S.B.

Otro factor aún más determinante para que la gente menos crea, es la novedad o extravagancia de la profecía. Me explico: Cuando Noé durante 40 años anunció al mundo sobre el diluvio universal mientras construía el Arca, era lógico que la gente lo tildara de loco debido a que nunca antes había llovido sobre la fax de la tierra. En un país donde no hay ejército ni problemas sociales, sería increíble anunciar que se avecina una rebelión militar o una revuelta civil. Pero en un país en donde lo que sobran son militares en los cuarteles y en todas las instituciones del gobierno, además de civiles militarizados y armados hasta los dientes, es creíble anunciar que se avecina una tormenta por el poder. En este caso si cabría decir, sin que ello constituya una garantía: !Sálvese quién pueda! ya que esa pelea “de perros” será entre ellos mismos, puesto que el resto de la población desarmada, indistintamente de que se trate de un civil o de un militar, lo que aspira es un gobierno que produzca “mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.

Los profetas del desastre político y militar, tales como A. Francheski y Ramos Alup; Muller y Baduel, entre otros muchos, nos están anunciando que se avecina un diluvio de proyectiles como los del 11 de Abril pero elevados a la enésima potencia, cuando las bandas armadas del chavismo arengadas por Barreto, Bernal, Maduro y Taret, ante la mirada cobarde y complaciente del propio mandatario nacional, del ex vicepresidente Diosdado y del ministro JVR, entre otros, y de la Guardia (pretoriana) Nacional, masacraron a la población civil indefensa que marchaba hacia Miraflores. Los profetas nos están diciendo y anunciando directa e indirectamente que Chávez está perdido y que va a jugar su última carta reemplazando a las FAN por un ejército personal comandado por mercenarios de la internacional comunista integrado por cubanos, rusos, chinos, árabes, Farc, Eta, etc. Entonces es natural que a la gente común le parezca que esto es una extravagancia, ya que en ninguna cabeza de un venezolano cuerdo cabe semejante idea de que un gobernante reemplace al ejército institucional de su propio país por una milicia improvisada y, encima, comandada por un grupo de desalmados (sin almas), tan solo por sostener una idea obsoleta y por mantenerse en el poder por sécula seculórum. «Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.»: S.B.

Ah, pero lo que la gente común no alcanza a entender es que este autócrata ya no tiene otra salida sino acabar con las FAN que son su mayor obstáculo para él poder seguir haciendo lo que le viene en gana. Y, lo que el gobernante tampoco entiende es que esas FAN por muy corrompidas que estén no se van a suicidar ni le van a permitir que termine de destruirlos por darle gusto a un loco de atar que anda suelto volando por el mundo. Lo que nos anuncian los profetas venezolanos no es tan extravagante si tomamos en cuenta que lo mismo ocurrió 40 años atrás en la Cuba hoy cárcel de Fidel. Por lo tanto, en este caso no hay que repetir: ¡Sálvese quien pueda! Sino que hay que salvar a la patria con lo que se pueda, ya que es de todos. «En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.»: S.B. La oposición debemos ir construyendo la barca o el porta aviones porque la tormenta se avecina, a no ser que el “Mesías” llegue primero, lo cual es muy probable dado el estado de descomposición física y mental en el que se encuentra el otro cadáver insepulto.

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