Opinión Nacional

El asesinato de Jorge Aguirre

No es fácil escribir sobre el miserable asesinato de un amigo, excelente profesional y mejor persona, como es el caso de Jorge Aguirre, destacado reportero gráfico del diario El Mundo, cuya vida fue segada con saña, alevosía y el grado de impunidad que genera el abuso de poder y la protección de los superiores. El psicópata que lo tiroteó debe ser apresado inmediatamente. Me han informado que está identificado, que presuntamente formó parte del desarticulado “Grupo Zeta” de la Policía Metropolitana y que es integrante de cierta banda parapolicial, de la cual daremos detalles en su momento, después que se confirme policial y judicialmente.

En diciembre del año pasado, escribí sobre la proliferación de supuestos policías en motocicletas no identificadas (sin placas), sin uniforme y con pistolas y hasta metralletas ostentosamente portadas. Advertí sobre el riesgo social, político y policial de esa grave irregularidad; y hoy estamos lamentando, indignados, el asesinato de Jorge, aquel diligente y afable reportero gráfico de sonrisa franca y corazón abierto.

En un clima de degradación moral como el que vive Venezuela, el luctuoso hecho que comentamos es síntoma –muy doloroso síntoma- de la descomposición institucional, social y política que sufrimos. La corrupción administrativa, el envilecimiento de los cuerpos policiales, la corrupción judicial, la expansión agresiva y sanguinaria de las bandas criminales que secuestran, extorsionan y asesinan a mansalva, las mafias abogadiles y judiciales asociadas a los delincuentes de toda clase o nivel social y político, civil o militar, y la existencia de bandas parapoliciales dispuestas a agredir y hasta asesinar en las calles a inocentes como nuestro querido Jorge Aguirre, constituyen un mapa articulado de un estado de cosas que no puede continuar en Venezuela.

Los impactos sucesivos del asesinato del empresario aragüeño Filipo Sandoni, el secuestro y asesinato de los tres hermanos Faddoul, y el asesinato de Jorge Aguirre tienen aturdido al pueblo venezolano. Sus grados de envilecimiento y degradación humana nos indican lo mal que estamos como nación, y lo evidente del fracaso de la política de seguridad del gobierno del presidente Hugo Chávez, después de siete años de gestión.

Asombra la pretendida pacatería política de diversos voceros oficialistas, al intentar negar trascendencia política a los hechos comentados. Cualquier acontecimiento trascendente tiene consecuencias políticas, de Estado, precisamente por sus repercusiones sobre la sociedad. Otra cuestión es que se le asigne un tinte politiquero. La defensa de la vida es política; la exigencia de seguridad ciudadana es política; la lucha contra la corrupción administrativa, militar o policial es política; la descomposición de los cuerpos policiales es política. Todo eso y más, es Política, claro, con “P” mayúscula.

Los voceros oficialistas que han hecho coro exigiendo que no se le asigne una categorización política al desmadre de la delincuencia, la corrupción administrativa y el abuso de poder por parte de la fuerza pública en contra de los ciudadanos, son unos simples manipuladores. Quieren esconder los más grandes y evidentes fracasos del gobierno del presidente Hugo Chávez Frías: el incumplimiento de los compromisos por el rescate moral de la República y por dar seguridad a los ciudadanos y ciudadanas. Apresando e imputando a los culpables materiales de los hechos de violencia mencionados, quieren evadir sus responsabilidades po-lí-ti-cas en el caos reinante, con policías semi-podridas, enervadas por delincuentes, y la ausencia de una verdadera y consistente política de seguridad ciudadana y combate a la delincuencia, de la cual no hay que disociar a los cochinos ladrones de los dineros públicos, corruptores muy activos de la sociedad, de los más petulantes y agresivos que hayan proliferado en América Latina y el Caribe.

Les molesta que se lo recordemos, pero hay que insistir. En un país serio, ya el ministro de Interior y Justicia hubiese dimitido, precisamente por su responsabilidad po-lí-ti-ca, en vez de estar justificando lo injustificable o echándole las culpas a los poderes Judicial y Ciudadano, que ciertamente son corresponsables del estado de degradación actual.

¿Quién va a sumir la responsabilidad política, cuando sea apresado el asesino de Jorge Aguirre y se constate su condición y vinculaciones? Casi los oigo con la “docta” cantaleta: “las responsabilidades penales son personalísimas”. ¿Y quién lo dotó de armamento, quién lo adoctrinó para que asesinara miserablemente a un reportero gráfico de primera, inofensivo y excelente ciudadano? Seguramente, nadie. Las bandas parapoliciales hay que desarticularlas inmediatamente, castigando a sus promotores e instigadores. La Asamblea Nacional debe abrir una averiguación compleja y seria, independientemente de que su monopartidismo se tope con afectos, “dirigentes” y “dirigentas” del “proceso”.

La locura que encierra el asesinato de los hermanos Faddoul y su chofer no pudo ser más estremecedora. Sobran las palabras. ¿Acaso los venezolanos merecemos tal bestialidad? ¿Y el asesinato de Jorge Aguirre cabe en la mente de un ser normal? El rastro de estos crímenes nos taladrará mentes y corazones durante los próximos años. Sus responsables materiales deben ser castigados severamente, de acuerdo con la Constitución y las leyes vigentes; y sus responsables políticos deben dar cuenta ante la sociedad.

Finalmente, debo particularizar: en el gremio periodístico -como bien lo expresó Gregorio Salazar (SNTP) en sus breves y lacerantes palabras ante el cadáver de Jorge Aguirre- no olvidaremos esta afrenta a nuestra dignidad humana y profesional; los responsables materiales y políticos del asesinato de Jorge tendrán que esconderse bajo las piedras, y en sus escondrijos los alcanzaremos, con nuestros grabadores, cámaras y corazones. Ese asesinato no quedará impune, ni penal ni políticamente.

EL CONFESIONARIO
PREMATURA BATALLA por la presidencia del Tribunal Supremo de Justicia pareciera ser el caldo de cultivo de algunos de los episodios que involucran a varios magistrados, entre ellos Luis Velásquez Alvaray, a quien lanzaron a los leones en una cruda jugada que pasa por Miraflores, Dos Pilitas y Platanal, lo que demuestra el manejo maquiavélico del poder en robolución, pues a ciencia cierta nadie parece dispuesto a meter, abiertamente, las manos en la candela en defensa del defenestrado. Omar Mora Díaz, presidente del TSJ, vadeó las maniobras de LVA para desplazarlo del cargo en la última elección entre los 32 magistrados, y en 2005 la partición del poder incluyó la Dirección Administrativa de la Magistratura (DEM) y la Comisión Judicial, ambos entes entregados a Alvaray, hoy renunciante y atrincherado en su sillón de la Sala Constitucional, donde se enfrenta “a muerte” con la magistrada-presidenta Luisa Estela Morales, precisamente aspirante al máximo cargo judicial del país, con supuesto apoyo del presidente Hugo Chávez Frías, su amigo personal. ¿Cuándo es la elección? En diciembre, pero ya la “fiesta” tiene un muerto y varios danzantes enloquecidos. Comienzan a circular expedientes judiciales y administrativos en contra de las y los involucrados, versiones sobre actuaciones inmorales y casos extrajudiciales que dan idea de la catadura moral de algunas de esas treinta y dos magistraturas. Y no son precisamente conductas morales ni luces académicas las que resplandecen. Un grupo no mayoritario de magistradas y magistrados no sale de su asombro y aspira una alternativa propia, institucional y ético-académica no teledirigida desde los centros de control del Poder Ejecutivo, como han sido las últimas jugadas. ¿Jaque mate?
EL CONSEJO MORAL REPUBLICANO (integrado por las tres cabezas del Poder Ciudadano: Isaías Rodríguez, Germán Mundaraín y Clodosbaldo Rusián, quien es su presidente de turno) tiene una papa bien caliente en sus seis manos. El ministro del Interior y Justicia, Jesse Chacón, se movió como aguerrida reina en el tablero, según instrucciones del rey, aunando recomendaciones de un viceministro emigrado de la DEM y de una magistrada que hace años fue destituida como juez por el Consejo de la Judicatura. Los tres supra-magistrados del CMR pidieron más “pruebas” contra el inculpado magistrado, y corre el lapso de quince días. Todo el mundo calla (temen correr la misma o parecida suerte), pero mueven piezas para que la sangre no llegue al río. Lo interesante del caso es imaginar un final en el que ni Chacón salga del MIJ, ni Velásquez Alvaray salga del TSJ. Pero, ocurre que una de las parte reclama una rodada de cabeza en Platanal, primer paso para intentar demanda judicial y resarcimiento por daños morales. El rey, aunque molesto por la torpeza de la jugada, no aceptará decapitar a uno de sus protegidos y fieles subalternos. El hecho es que los tres caballeros de la papa caliente saben que se enfrentan a una querella por el control y disfrute de esferas de poder, y al despliegue de las “tecnologías administrativas” que difícilmente dejan pistas o rastros punibles. Al final, tendrán que escoger a quien “sacrificar”, y los tres tienen sus corazoncitos, miran pa’llá y miran pa’cá, a ver quién agacha el dedo. No hemos visto nada…
CLODOSBALDO RUSIÁN, Contralor General de la República, aceptó los requerimientos del ex gobernador del Distrito Federal, Hérnán Grüber Odreman, para que interfiriera la labor investigativa y conclusiva de la Contraloría Metropolitana de Caracas, por la supuesta comisión de seis irregularidades administrativas sobre diversas partidas presupuestarias que suman cerca de veinticinco millardos de bolívares. HGO, pomposamente condecorado el pasado 4 de febrero por el presidente Hugo Chávez con la Orden del Libertador en su Primera Clase, carga con sendas investigaciones de la Contraloría Metropolitana y de la Fiscalía General de la República por presuntas irregularidades durante su gestión, pero ha logrado protección política del CNT del MVR, encubrimiento parlamentario, otras manipulaciones institucionales y la bendición presidencial, que en todo desdice de la fulana “guerra a muerte contra la corrupción”. ¿Será nuevamente engavetado el caso, en la CGR? ¿Por qué protegen tanto a HGO? Esos mismos mecanismos, con participación presidencial, fueron los que utilizaron para salvarle el pellejo a Luis Miquilena en el caso “Micabú-Multinacional de Seguros”, atado a Tobías Carrero, socio y financias de Hugo Chávez y su vicepresidente José Vicente Rangel. La pudrición del régimen los va a llevar a la tumba, políticamente hablando. Los veremos morir en su miseria moral. Es lo que está ocurriendo, pero ellos creen que “se la están comiendo” y que Venezuela entera somos un atajo de pendejos. Se les olvida que el rescate moral de la República y el adecentamiento de la función pública fueron las principales banderas, en la campaña de 1998, cuando el magnífico torrente del Polo Patriótico y su candidato presidencial capturamos la voluntad de cambio de la mayoría del electorado. Hoy, lo que tenemos es un régimen moralmente indefendible y moralmente irrecuperable, podrido.
UNA EN CUTI: MQ ha hecho todos los “buenos” negocios del mundo durante este gobierno. Comenzó siendo director de gabinete del ministro de Relaciones Exteriores, quien también lo nombró –sin grado profesional- director de Información y Relaciones Públicas de la Cancillería. Salió de la Casa Amarilla por un oscuro episodio dinerario internacional. Ahora, es editor y agente de negocios con el gobierno. Amasa una gran fortuna, y en el Hotel Caracas Hilton tiene su centro de operaciones. Empresarios de la construcción del estado Táchira lo recuerdan por sus intermediaciones en la realización de obras en “Ciudad Sucre” (Alto Apure). En 1998, de la mano de JV, apoyó al candidato Hugo Chávez, ofrece una oficina supuestamente suya en el Centro Latino de la Av. Urdaneta, asiste a la proclamación del candidato presidencial por parte del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) en La Candelaria, y comienza su carrera “chavista”, ahora muy rico él, con mucho real, “tiene mucho real… Tiene negocios con Cuba…”, se mueve bien, tiene nexos sólidos con la alta burocracia chavista, a la cual rinde cuentas. Ah, es del “Grupo Barinas” vinculado a JV, LM y LV. ¡Estamos en robolución!
ME PIDEN PREGUNTAR qué pasó con el edificio adquirido por el ministerio de Educación Superior para el Colegio Universitario de Caracas. La negociación fue realizada hace varios años en una zona industrial del este de Caracas, pero no era apropiado para una sede universitaria. Lo compraron y allí está, vacío, frío. ¿Quién responde? ¿Le darán alguna utilidad que justifique el gasto de ese dinero público?

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