Opinión Nacional

El cambio en Venezuela

Lo que hay por construir en materia política en Venezuela es tan crucial, como los retos en los campos económico, social y de inserción internacional.

En seminario organizado por Bancoldex para analizar la situación de las economías andinas y su impacto sobre el comercio con Colombia, el caso de Venezuela estuvo a cargo de Teodoro Petkoff, hasta hace dos meses Director del diario El Mundo.

Señaló Petkoff que para analizar los aspectos económicos de la Venezuela de hoy es necesario entender que la elección del presidente Chávez no significa una simple alternación en el poder, sino el cuarto de una serie de puntos de inflexión que han marcado la vida republicana del país. Veamos. La hegemonía del Partido Conservador entre 1830 y 1884 fue sucedida por una liberal que se liquidó en 1899, dando paso a un período de hegemonía militar bajo el liderazgo de Juan Vicente Gómez. Este modelo entró a su vez en crisis en 1946 cuando, de la mano de los militares, Acción Democrática llegó al gobierno en el que se mantuvo por tres años como partido de las aspiraciones populares, determinando un tercer punto de inflexión. Ese período inestable de transición hacia la democracia se extendió hasta 1958, año en el que Acción Democrática volvió al poder, inaugurando una etapa de acuerdos políticos con Copei a partir de la firma del Pacto de Punto Fijo.

Con la crisis de los años 70 y el progresivo deterioro de la situación económica comienzan a debilitarse las lealtades hacia los partidos tradicionales y a crecer el desencanto con las instituciones políticas. Nace la “mitología de la corrupción” que ve en ella la causa de los males, y no uno de sus más nocivos efectos. Tres grandes señales de alarma no fueron entendidas oportunamente por la dirigencia tradicional: el “caracazo” de 1989, los dos intentos de golpe de Estado en 1992 y el descontento popular canalizado por la alta votación obtenida por Causa-R en las elecciones presidenciales de 1993.

El 6 de diciembre de 1998, con el triunfo de Hugo Chávez, se produce un nuevo quiebre que deja atrás la hegemonía bipartidista como consecuencia de su incapacidad de cambio, su empobrecimiento ideológico y la pérdida de liderazgo de sus fundadores. Con un formidable carisma, el presidente Chávez asume el cargo con un programa nacionalista de cambio político, social y económico.

Al iniciar su segundo año de mandato, realizada la reforma constitucional,
entre muchos otros desafíos, el Presidente enfrenta la tarea de ir construyendo mecanismos de mediación política con el pueblo que lo apoya, pues, a diferencia de Acción Democrática en 1945, el Movimiento Quinta República no dispone de una estructura de partido y de cuadros dirigentes cohesionados en torno a un programa de gobierno para acompañar de manera orgánica al Presidente en el logro de este ambicioso proyecto. La disidencia liderada por los ex comandantes Urdaneta, Acosta y Arias Cárdenas, compañeros de lucha de Chávez en 1992, refleja de manera temprana la complejidad de este proceso en vísperas de las “megaelecciones” de mayo.

Estas consideraciones señalan que lo que hay por construir en materia política en Venezuela es tan crucial, como los retos en los campos económico, social y de inserción internacional que analizaremos en próximas entregas.

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