Opinión Nacional

El carácter humano en la gestión de supervisión

Supervisar, dirigir y orientar son tareas diarias en las empresas. Es una labor de invaluable importancia para el cabal cumplimiento de los objetivos y metas en el ámbito organizacional, porque una supervisión sustentada sobre la base de un liderazgo de excelencia, garantiza la mayor productividad de la gente.

No obstante, y a pesar de esta imperiosa necesidad, se observa con marcada asiduidad, y gran preocupación, (tanto en jóvenes profesionales, como en algunos de vieja data en las organizaciones) la persistencia de actitudes no adecuadas, los malos entendidos, las tergiversaciones laborales y otras situaciones no menos incómodas, que no conllevan a nada positivo y sólo generan pérdida de tiempo, recursos y energías.

Sí, es muy lamentable que algunos profesionales, conscientes o no, ocasionen perjuicios irreversibles a sus empresas, sólo con el hecho de no manejar la inteligencia emocional en el área de trabajo, por no asumir actitudes positivas y aceptar que no tienen la verdad absoluta, que también pueden aprender de su gente, por no concienciar que el trabajo de hoy se realiza en equipo, donde todo aporte o idea, debe ser evaluada y tomada en consideración

En efecto, este hecho puede deberse a varios factores. En primer lugar, los estudios de pregrado de las diferentes universidades y tecnológicos del país, capacitan a los estudiantes en temas técnicos relacionados con las carreras seleccionadas, mas no se ahonda en su formación como futuros líderes, capaces de actuar con inteligencia interpersonal. Del mismo modo, no se atiende en las aulas de la educación formal, ni en la mayoría de los núcleos familiares el contenido referente a los valores, al manejo de las emociones, la importancia de una actitud positiva, y la humildad, aspectos éstos, que cuando son internalizados, hacen de un individuo un líder exitoso, capaz de lograr que:

• Su personal se desempeñe lleno de motivación,
• Se enamore de su trabajo,
• Aporte, su mayor potencial<br
• Respete y se sienta respetado.
• Trabaje en equipo orientado por la visión y misión de la empresa

Por el contrario, cuando el ser humano es ajeno a estos valores y principios, se convierte en un simple transmisor de técnicas y conocimientos, que coadyuva con:

• La displicencia, o desinterés de las personas que lo rodean
• La desmotivación e improductividad de la gente que está bajo su supervisión.
• El surgimiento de resentimientos y bajas pasiones
• La indisciplina

Pues no se preocupa, no le interesa el sentir de su gente. Sólo se aboca a hacer del trabajo una tarea que se debe ejecutar, y a realzarse él como persona individual en busca de su victoria pública. Y no se da cuenta que esta actitud genera desconfianza, resentimiento y mengua la creatividad, así como también, la disposición de los miembros de su equipo y daña su propia gestión.

En consecuencia, es perentorio que las empresas, sean muy solícitas en el momento de contratar a sus profesionales, a sus líderes, pues no sólo es importante lo técnico, sino también lo humano, porque se trabaja con gente que tiene sentimientos, que necesitan ser tratados con respeto, estima y consideración, para que se genere un sentido de fidelidad con la empresa para la cual labora, dentro de un ambiente de ganar-ganar.

Para ello, se debe establecer un verdadero compromiso humano entre el superviso-líder y su gente

(*): Instructora de adiestramiento

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