Opinión Nacional

El cielo encapotado anuncia tempestad….

 Entre las amenazas del jefe del Estado y las advertencias de la Fiscal “los ataques violentos no quedarán impunes”, se escuchan las quejas de los familiares de los caídos que condenan los enfrentamientos “no queremos violencia”.

La noche estuvo caliente.

En Chacao, municipio emblemático de la ciudad capital, las bandas que el gobierno puso a circular fueron especialmente meticulosas en la persecución y escarmiento de los manifestantes. Según el relato de una periodista “En una moto negra, sin identificación, iban los asesinos de José Roberto Rodman Orozco de 31 años, que resultó muerto en Chacao. Testigos que presenciaron el hecho, cuentan que el parrillero de la motocicleta lanzó una ráfaga y una de las balas le impactó el cráneo. También resultaron heridas 5 personas más.

A lado de Rodman, caminaba Miyail Rodríguez de 23 años, a él, la bala le llegó al tobillo. A las once de la noche le dieron de alta en Salud Chacao. Aseguró que no tenía intenciones de marchar de nuevo. Desde las residencias ubicadas en la avenida San Ignacio, lugar donde ocurrió el hecho, los vecinos le gritaban a la Guardia Nacional Bolivariana «asesinos» y le lanzaban piedras y botellas. Los militares repelían el ataque con bombas lacrimógenas. Varios contingentes se movilizaban corriendo, al amparo de las santamarías.

La fachada del Ministerio de Vivienda, que es de vidrio, quedó con dos grandes boquetes. En la calle había barricadas de basura y fuego y en algunas partes habían levantado las alcantarillas”. Por el estilo son los reportes que llegan de las principales ciudades del país, escenarios ayer 12F de las más concurridas manifestaciones de un tiempo para acá.

Habla el Foro Penal Venezolano

Haro, Suju y Foro Penal, abogados expertos en defensa de los derechos humanos, difunden lista de detenidos en hechos del 12-F. “La mayor cantidad de privados de libertad están en Caracas”, dijo Alfredo Romero, director del FPV, manifestó que se trata del día con más detenciones múltiples en Venezuela por una manifestación. En el interior del país, en Barquisimeto específicamente, solicitaban la presencia de abogados y ONG’s alegando más de 100 detenidos. Haro manifestó, a través de su cuenta en Twitter, que el Cicpc prohíbe a abogados y familiares estar en las puertas del centro donde hay varios detenidos, y «obligan a esperar en la calle, de madrugada, en acera del frente». Agregó que varios fueron apresados tan solo por tomar fotos.

De hecho, no se salvó nadie de los abusos y agresiones: miembros de colectivos afectos al chavismo y presuntos agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) secuestraron y golpearon a Inti Rodríguez, coordinador de medios del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) en horas de la noche de ayer. Rodríguez indicó que tras despojarlo de su teléfono y de otras pertenencias los sujetos lo dejaron irse, no sin antes advertirle que si denunciaba irían por él. «Lo hemos dicho y reafirmamos: No nos van a intimidar», respondió Provea.

Medios callados, gobierno asustado

Los medios de comunicación, ante amenazas y órdenes expresas del gobierno de mantenerse “prudentes” produjeron un blackout informativo, divulgando en “mínimos”…

Lo que el gobierno busca, atemorizado como está por una calle agitada con la cual sus asesores cubanos no saben lidiar, es disuadir a los manifestantes de continuar el asedio; pero a tenor del desarrollo de los hechos durante el día de hoy, la disposición de los jóvenes a continuar la protesta sigue intacta. Las medidas preventivas de las autoridades hacen pensar que podría arreciar con la llegada de la tarde y la noche.

Según aseguraron fuentes judiciales, en horas de la noche de este miércoles, la jueza 16 de Control de Caracas, Ralenys Tovar Guillén, aceptó la petición que le hiciera el Ministerio Público (MP) para detener al exalcalde de Chacao Leopoldo López y ordenó al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) aprehenderlo y allanarle su residencia por un rosario de delitos que van desde asociación para delinquir, instigación a delinquir, intimidación pública, incendio a edificio público, daños a la propiedad pública, lesiones graves, homicidio y terrorismo.

Es más de lo mismo en la política del gobierno de criminalizar la disidencia y la protesta. La torpeza del gobierno en el manejo de la crisis es de antología. No es nueva pero a medida que avanza la conflictividad hace picos. Declaraciones de voceros del gobierno se suceden, a cual más desatinada, lo que estimula a mayor cantidad de gente a salir a la calle a protestar. Con cada decisión aviva un fuego que creen poder tornar a su favor. Se rumora acerca de toque de queda y suspensión de garantías.

En estos momentos, la situación es sumamente tensa, las calles están militarizadas y grupos antimotines resguardan el Palacio de Miraflores. En Antímano, populosa zona del oeste caraqueño, motorizados del gobierno disparan a las viviendas y edificios, claramente intentando disuadir al que se vea tentado a salir a la calle. Mucha gente no ha acudido al trabajo y las clases han sido suspendidas.

Oposición errática

Capriles, retado por dirigentes de oposición opuestos a su línea convencional, ha sentenciado: “A los extremos no le importa la vida ni nada”, desmereciendo por extremista la desesperación que embarga al país por encontrar una salida y detener, a todo evento, la destrucción de una Venezuela otrora próspera y democrática. Quienes aparecen como los “animadores” de la toma de las calles -en ciernes desde hace mucho tiempo-, hasta hace poco compartían la posición de Capriles y de la Mesa de la Unidad que agrupa, de cara a elecciones, a la mayoría de los factores de oposición de postura moderada; pero han entrado en conflicto ante la realidad de ausencia de cronograma electoral por el próximo año y medio y la necesidad de mantener la vigencia de una posición divergente del liderazgo opositor que prevalece.

El drama es claro: el pueblo venezolano desesperado, el liderazgo opositor dividido y con objetivos y procederes distintos y encontrados, el gobierno desatinado, torpe y sin liderazgo. Los militares desplazados por bandas armadas, a todas luces promovidas y protegidas por el gobierno, que deambulan por las calles disparando a mansalva. Es un cuadro anómico, preanárquico, un “cielo encapotado que anuncia tempestad”, como cantaban los alzados de la Venezuela en Guerra Federal.-

Carolina Fernandes escribe para Aleteia desde Caracas

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