El desafío venezolano
“Libertad es siempre y exclusivamente
Para el que piensa de otro modo”.
Rosa Luxemburgo.
No me cabe la menor duda sobre el declive institucional, sobre el déficit de la democracia, sobre el debilitamiento crónico del Estado de derecho, y sobre todo, de la marginalización social, a la cual todos estamos sometidos en la actualidad. Es como si debiéramos tolerar la corrupción y la criminalidad como forma de vida por el simple hecho de ser venezolanos. Como aquellos que siempre tildan, incluso, se tildan de irresponsables, cuando, por un grupo de intolerantes, incapaces, de la cuarta y de la quinta “república”, tratan de popularizar, que el venezolano no es capaz de entrar al siglo XXI. Tiene que ser con un socialismo absurdo, de lo contrario, nada… No me cabe la menor duda, transformada en tristeza, ver como un país tan entusiasta, lleno de gente capaz, de jóvenes profesionales talentosos como el nuestro, se encuentra padeciendo, en los comienzos del siglo XXI por tamaño dislate histórico.
Es decir, por el pensar en un socialismo del siglo XXI, trasnochado en el discurso más populista de nuestra historia, bajo el discurso más demagógico, y bajo el desgobierno más amoral que haya tenido Venezuela en su devenir como nación, como república, de la mano del desgobierno tan fascista como desinformador. Bajo el amparo por el despilfarro de los dineros públicos, gracias a los petrodólares, que es el sustento que alimenta a los trogloditas de turno. ¡Pobre Bolívar!…
Se pasean por el mundo demostrando su inoperancia, su desden hacia su propio país regalando el dinero a grupos de criminales, (las computadoras hablan) dando fundamento a la desinformación, que es una forma fascista, totalitaria de manejar los Estado. Y la historia no nos ha mentido al respecto. Hitler, Mussolini, del lado fascista. Lenin, Stalin, Castro, del lado comunista. Para solo nombrar algunos de los más famosos criminales de la historia del siglo XX.
Lo de Chávez no es socialismo, lo del chavismo, es simplemente fascismo comunicacional racista del siglo XXI. Simple, todo el que no está con él, es un ser extraño, el que no puede convivir con el cabito, por lo tanto, le es inferior, no es su oponente, es su enemigo, tanto de genero, como en posición social. Porque para Chávez la pobreza general le viene como anillo al dedo para hacer de sus tropelías. Todo en pro de bufones de palacio. Lastimosamente muchos de ellos se pasean por las universidades venezolanas pregonando un socialismo locuaz ínter, hiper-espacial con ribetes mesiánicos, cargados en la idea del enriquecimiento superior de su clase… ¡Pobre Marx!
Ironía de pasada.
Por supuesto, gran mayoría de los venezolanos no están de acuerdo con tan nefasto desgobierno. De hecho, bajo tanta “seguridad social”, bajo tan espectaculares índices “mínimos” de pobreza, bajo tan “radiante” tasa ocupacional, con tan “reducidos” costos de los alimentos, la vivienda; con tan excelente “seguridad agroalimentaria”, sin “desabastecimiento”, “increíbles políticas sanitaria”, sobre todo tan “excelentes” planes económicos de cara al siglo XXI. Cómo podemos ni siquiera pensar, y culpar a rojos y rojitos que este gobierno es malo. ¡Por favor!, este es el mejor gobierno, el non plus ultra.
Somos unos “herejes”, unos seres extraños que debemos ser castigados por el excelentísimo redentor de los pueblos “desposeídos” que deambula por América Latina y el mundo, insultando a cuanto loco imperialista le corrige sus excelsas obras para el bienestar de todos.
Ese es el desafío venezolano, “arrepentirnos todos” (el 80%) de no pensar como el mico, como el gran comacate, porque en realidad, Chávez y sus corregionarios, es la encarnación, es el Mesías, es el mejor “socialista” que haya parido la madre tierra. Es, en definitiva, el nuevo regidor de los destinos de la galaxia de Andrómeda y más allá. La tierra le es poca cosa para las magnitudes de su pensamiento y acción. Me viene a la mente aquella afirmación de Voltaire: “la ignorancia afirma o niega rotundamente, la ciencia duda”… Y con Arturo Uslar Pietri, tan solo queda el gran Pendejo…
