El documento de los Obispos que estábamos esperando
Los señores Obispos, reunidos en Asamblea, han emitido una Exhortación Pastoral, el mejor documento que haya salido de sus manos. Lo estábamos esperando. Ya era tiempo. Es su deber moral, ante Dios y ante la Patria, asumir la actitud que han asumido en esta hora aciaga. Tenían que hacerlo porque representan a la única institución independiente que sobrevive a la debacle general. Todas las demás han desaparecido, barridas por un régimen que no tolera control alguno, ni político ni social. Pero sobretodo los obliga el ejemplo de Cristo y la doctrina social de la Iglesia.
El lema delata la intención
En su Exhortación los Obispos desnudan la naturaleza del proyecto político del régimen y la finalidad de la reforma constitucional: “Diferentes decisiones, como el lema impuesto “patria, socialismo o muerte”, así como las declaraciones del Presidente y de voceros del gobierno hacen suponer que esta reforma se dirige al establecimiento de un sistema socialista fundado en la teoría y praxis del marxismo-leninismo.” Esto es correcto y correspondía a los Obispos desenmascarar el fraude que se esconde detrás de las constantes alusiones a un Cristo socialista, vale decir comunista, dichas con la mala intención de que los pobres de espíritu caigan ingenuamente. No es a Cristo a quien siguen los falsarios. Así que deben dejarse de la santiguadera con un crucifijo en la mano. Tampoco siguen a Marx ni a Lenin. Les quedan muy grandes. Es a Fidel Castro, puesto que su Socialismo del Siglo XXI no pasa de ser una vulgar copia del sistema político-económico de Cuba. No hay en él nada de creación, ni de originalidad. Se trata simplemente de un trasplante, sin una mínima contribución al pensamiento marxista. El trasplante resalta de bulto con la repetición del lema impuesto a los cubanos.
Ningún problema resuelto
La evidencia del fracaso del régimen está en que, a ocho años en el poder y ya avanzado el trasplante del castro-comunismo, pasando por encima de la Constitución, los grandes males del país persisten y se agravan. Los Obispos los señalan: “la pobreza, el desempleo, la falta de vivienda, la carencia en los hospitales, los deficientes servicios públicos, niños de la calle, ancianos sin atención, continúan siendo verdaderos problemas sociales. Otro problema es la violencia, que en nuestro país ha crecido exageradamente: los delitos contra la vida y contra la propiedad, el sicariato o asesinato por encargo, los secuestros, la extorsión, conforman un cuadro de inseguridad, que especialmente en las grandes ciudades y en la frontera con Colombia, ha subido a niveles alarmantes.”
Así está dicho que la “revolución bolivariana” ha sido un fiasco y que el socialismo del siglo XXI o castro-comunismo, que ya están implantando, es un fraude, porque no ha resuelto ninguno de los problemas del país, sino que le ha agregado otros que no existían, por lo menos en esta magnitud, que son “el narcotráfico y el lavado de dinero”, además del aumento de la corrupción y del clientelismo político. Tienen razón los Obispos. La delincuencia organizada se ha apoderado de la Nación, debido a que la moral pública ha quedado en escombros.
La doctrina social de la Iglesia o tercera vía
Al final los Obispos reiteran la doctrina social de la Iglesia:”ni el capitalismo salvaje ni el socialismo marxista son los caminos que conducen a la construcción de una sociedad más justa.” Esta es la que Blair ha llamado “tercera vía” y a la cual le debe Europa la prosperidad de que disfruta. Tiene plena vigencia en Venezuela.
FRASE
Diferentes decisiones, como el lema impuesto “patria, socialismo o muerte”, así como las declaraciones del Presidente y de voceros del gobierno hacen suponer que esta reforma se dirige al establecimiento de un sistema socialista fundado en la teoría y praxis del marxismo-leninismo.
