El gato no caza ratones Sr. Presidente

Se siente en el discurso del presidente cierta desesperación, pero no entendemos por qué ya que según las encuestas el podría remontar lo suficiente para poder mantener una mayoría simple en la Asamblea Nacional. ¿O es que ya el siente que no hay mayores avances en su proyecto político que pueda llevar a cabo sin tener ese saldo a su favor en las encuestas? O mejor aún ¿Será que se da cuenta que su gato no caza ratones?

Hoy siguen quedando “chavistas moderados” y desde mi perspectiva, si siguen quedando estos es por pendejos, ya que tenemos claro por dónde va el gobierno y hacia dónde va. El 26 de Septiembre es crucial para el país, si el pueblo sigue apoyando con sus votos el avance de los rojos, desde mi punto de vista estaríamos sentenciando al país a ser lanzado por el barranco con daños colaterales importantes.

Entre los daños colaterales tenemos ya de buenas a primeras una sociedad dividida y aunque menos pobre sigue teniendo problemas que difícilmente van a ser solucionables en el corto plazo. Tal cual como los adecos los amigos de rojos llegaron preñados de buenas intenciones para que luego de 11 años nos siga diciendo el presidente que ahora sí nos va a solucionar el problema de la vivienda, o el mismo presidente quejándose de la burocracia que ha creado. Y pare usted de contar de todas las cosas de las que se queja Hugo Chávez que son males que ÉL mismo ha creado en sus 11 años de gobierno.

Otro daño que no tiene que ver con la sociedad es el profundo daño económico que se le ha hecho al país. Deng Xiaoping decía “No importa si el gato es blanco o negro. Es un buen gato si el gato caza ratones”. Y con todo el perdón de mis amigos de rojo, este gato no caza ni ratones, ni moscas, ni mariposas ni nada, es un gato muerto de hambre. Es decir el sistema económico que se quiere plantear Hugo Chávez ni el mismo lo entiende y hoy cuando lo escuché en la cadena, me confirmó, que ni ÉL mismo entiende y tampoco puede explicar.

El romanticismo del socialismo del Siglo 21 de Hugo Chavez y la habladera de paja por interminables horas ha llegado al punto en que aburre a los mismísimos amigos de rojo. Tener que escuchar a un presidente de un gobierno mediocre que tiene 11 años en el poder por más de 6 horas debe ser interesante si el gato fuese bueno y cazara ratones. Pero cuando un presidente se sienta más de 6 horas a seguir diciendo que la revolución le faltan otros 20 años y luego otros 20 y así sucesivamente, mientras que en el día a día el pueblo no ve avances reales que solucionen sus problemas, es tedioso, aburrido, pesado y monótono. Sin mencionar que todos son conspiradores y se excusa siempre en que es un tercero el que no lo deja trabajar o avanzar o cualquier cosa. Parece muchachito excusándose por todo.

La última de sus excusas es la del “golpe económico” y permítame decirle señor presidente que esto no es un golpe económico. Lo que pasa aquí es que en el experimento que ha hecho con el gato de Venezuela lo ha convertido en un gato que no caza, sino que poco a poco muere de hambre.