Opinión Nacional

El Gran Paro Cívico Nacional en Venezuela: La clase media despertó…

Aunque hay unos pocos que no lo quieran ver, la clase media venezolana despertó el lunes 2 de diciembre, 2002 a las 6:00 AM y, en vez de desayunar, tomar su café con leche, preparar sus arepas o perico y llevar los niños al colegio – en carro, metro, por puesto o autobús – y después seguir al trabajo, la gran clase media ese día se quedó en su casa y así le dio inicio al Gran Paro Cívico Nacional. De esta forma, asumió su gran responsabilidad ante los eventos políticos del momento y cumplió con su obligación ante futuras generaciones de venezolanos.

Este movimiento de la clase media venezolana ocupará un lugar propio entre los movimientos políticos liberales de los siglos 19, 20 y 21 como la independencia de India, el derrocamiento de Marcos, la caída del muro de Berlin. Tiene características individuales producto de sus circunstancias históricas y políticas y podrá tener un impacto original sobre la política e historia de Venezuela. Exploraremos su origen y desarrollo, situación actual e impacto futuro.

Origen y Desarrollo

Este movimiento de la clase media surge con la misión de defender una visión democrática de país ante el ataque de las fuerzas políticas del Sr Hugo Chávez Frías las cuales son percibidas como queriendo implantar un régimen autoritario de extrema izquierda, con gran afecto hacia Fidel Castro. La clase media venezolana había sido relegada al rol de “seguidor pasivo” durante los 40 años entre el derrocamiento de Marcos Pérez Jimenez y el surgimiento del Sr Chavez. Este último nunca le dio gran importancia a la clase media; mas bién el sitial de honor en su movimiento político fue ocupado o por militares, casi todos ex golpistas como Diosdado Cabello, Rodriguez Chacín, o por miembros de una izquierda trasnochada como Aristóbulo Isturiz y José Vicente Rangel, los cuales por su cuenta nunca habían logrado una captación electoral importante.

Este movimiento debe ser visto en su contexto de una sociedad venezolana que había vivido un siglo 20 marcado por 80 años de prosperidad, tolerancia política, religiosa y étnica, donde había habido migraciones masivas européas, pero también de otros paises de latinoamérica y recientemente algunos paises asiáticos, aceptando una sociedad pluralista, no-violenta y tolerante.

Lo que inicia el surgimiento político de esta clase media fue, a comienzos del 2001, el plan del gobierno de aprobar, usando su mayoría en la Asamblea Nacional, una ley reguladora de la educación llamada “1011”. Esta ley fue vista por las madres de la clase media como una intromisión política en la educación, especialmente la privada y religiosa, introduciéndo aspectos de ideología política en el pensum educativo básico y aumentando peligrosamente el control del Estado sobre la educación. Como resultado de este temor surgió un movimiento que unió a las sociedades de padres y representantes de múltiples colegios privados y públicos ejecutando marchas y mítines con primero miles, pero después decenas de miles de individúos que nunca antes habían tenido participación política activa.

Sin embargo, los acontecimientos del 11 de abril, 2002, cuando se produce la primera renuncia de Hugo Chávez y su reposición por las fuerzas armadas ante acciones radicales del presidente de transición Pedro Carmona, crean un sentido de gran impotencia y frustración de esta clase media, la cual había visto su visión de país truncada primero por un Presidente de extrema izquierda y después por un Presidente Provisional de extrema derecha. Esta frustración se expresó como “Prohíbido Olvidar” y “Ni un paso atrás”, lemas tomados por la oposición ante la falta de investigación oficial sobre los 19 muertos en la marcha pacífica del 11 de abril.

Situación Actual

Ante estos eventos, la oposición centrada originalmente en la clase media se amplia y se crea una sensación generalizada que la sociedad no podía quedarse inmóvil ante la falta de respuesta y correción mostrada por el gobierno. En los meses entre abril 2002 y la presente fecha, se llevaron a cabo numerosas marchas y manifestaciones bajo estos lemas culminando con la gran marcha del 10 de octubre en la cual participaron entre 1.5 y 2 millones de personas en Caracas y la entrega el 4 de noviembre de 2 millones de firmas solicitando un referendo consultivo sobre la renuncia del Sr Chavez. Estas expresiones masivas de apoyo marcaron la expansión de la oposición mas allá de la clase media, la cual representa aproximadamente 1 millón de familias de un total de 5 millones en Venezuela para convertirse en lo que ahora se llama “Sociedad Civil”, una mezcla de clase media con segmentos populares . Ahora representada por la “Coordinadora Democrática,” se ha constituida en la fuerza política principal existente en Venezuela.

Si bien ésto traza de forma cuantitativa el desarrollo y crecimiento del poder político de la clase media, no menos importante en términos simbólicos ha sido el apoyo a los militares democráticos disidentes encampados en la Plaza Altamira desde el 22 de octubre. La presencia contínua de mujeres, niños y ancianos en esa plaza escuchando a los mílitares y participando en sesiones de “microfono abierto” le dio una importancia simbólica de primer órden a este gesto. Una de las características claves de la Plaza Altamira es la mezcla de personas de todas las edades y clases sociales que manifiestan su oposición dentro de este sitio colocado en una de las mas representativas urbanizaciones de clase media en Venezuela. En varias ocasiones, vecinos comunes salieron a la calle para impedir el arresto de oficiales disidentes por parte de los organismos del Estado. Por esto, el ataque terrorista a la Plaza Altamira la noche del 6 de diciembre que dejó como saldo 3 muertos y mas de 20 heridos, casi todos de la clase media y obrera, incluyendo mujeres, ancianos y niños, galvanizó a la opinión pública venezolana en contra del gobierno del Sr Chávez ,

Este ataque, unido a la intervención de la Policia Metropolitana, única fuerza protectora activa en las zonas populares de Caracas y los abusos de la Guardia Nacional contra manifestantes pacíficos en frente a la Plaza de la Meritocracia de PDVSA le dieron un nuevo ímpetu al Gran Paro Cívico Nacional y prepararon el escenario para lo que pudiera ser el acto final del gobierno de Hugo Chávez Frías y el inicio de una democracia manejada por una sociedad civil liderizada por la clase media. La caracteristica principal de este movimiento fue descrito por Americo Martín , escritor, analísta político y miembro de la Mesa de Negociación y Acuerdos entre otros, como resistencia no violenta sin violar las leyes, en contraste con Gandhi quien estimulaba romper las leyes como parte de una resistencia civil no violenta. El Paro Cívico Nacional constituye una rebelión popular no violenta contra un régimen que no solo no produjo los resultados económicos y en calidad de vida prometidos sino que también violó principios constitucionales como la no-violencia , la separación de poderes y la búsqueda, aunque imperfecta, de un sentido de justicia para la sociedad.

Una de las características claves de este Paro Cívico Nacional es que no se puede ver como el enfrentamiento entre la Coordinadora Democrática, CTV y Fedecámaras contra el gobierno, sino como un enfrentamiento entre un gobierno autoritario y una sociedad civil que ha decidido hacer un paro económico. Han sido muchos los ejemplos de individuos que han contribuído al esfuerzo actual. Miles de comerciantes pequeños, profesionales independientes como ingenieros, abogados y médicos y transportistas de buses y camiones se han unido al paro, pero quizás el ejemplo mas emblemático ha sido el paro decretado por los marinos mercantes que a título individual comnenzando con el “Pilín León” fueron declarando su apego al paro, aún sin tener una cobija sindical para defenderlos, hasta paralizar la flota mercante petrolera venezolana. Entre otros incidentes, los habitantes de Anaco le prohibieron la entrada a grupos de los circulos chavistas que iban a intervenir y reabrir las operaciones petroleras cerradas por el paro.

Impacto Futuro

En este momento, la mayor parte de los comentaristas políticos concuerdan en que los políticos en la Coordinadora Democrática, Asamblea Nacional y la Mesa de Negociación y Acuerdos no pueden hacer ningún tipo de acuerdo a espaldas o en contra de la voluntad de esta sociedad civil liderizada por la clase media. Por eso, el clamor en los últimos días ha pasado de “Elecciones Ya” a “Renuncia Ya” reflejando el disgusto global por el terrorismo en la Plaza Altamira y su apoyo gubernamental. En contraste con los 40 años de cogollo partidista y los 4 años de autoritarismo chavista, parece que ahora Venezuela pudiera estar entrando en un período donde la democracia sería realmente pluralista y participativa, donde los ciudadanos comúnes salen a las calles a protestar los hechos de corrupción y toman posiciones activas a favor o en contra de las diferentes leyes y propuestas. Los ciudadanos comunes que han despertado políticamente participando en numerosas marchas, realizando asambleas en sus puestos de trabajo, caceroleando hasta destruir sus vajillas familiares y ganando una conciencia cívica y política desconocida hasta ahora en Venezuela no van a volver a acostarse por mucho rato. La clase media venezolana despertó.

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