El hato el Frío: un paraíso en peligro
El Hato “El Frío” está ubicado en el Estado Apure, al sur de San Fernando. Es una finca en la que se ha practicado con éxito un modelo de manejo sustentable que combina la conservación del Ambiente con actividades ganaderas, turismo científico y ecológico, y la investigación científica. En este hato, conformado en gran medida por tierras inundables y pantanales, el ecodesarrollo sostenible es una realidad. Puede considerarse una Reserva privada, donde han permanecido protegidos este singular ecosistema y en especial su Fauna abundante y plural.
La paz del hato El Frío, una extensión de alrededor de 60 mil hectáreas, alberga decenas de anacondas, caimanes de anteojos o babas, chigüires, osos hormigueros, monos aulladores, entre otras muchas especies de fauna silvestre que conviven en armonía con 319 especies de aves. Los investigadores y especialistas han identificado, estudiado y registrado allí hasta ahora 58 Familias de aves, que agrupan esas 319 especies, entre las que se encuentran: patos, cotúas, arucos, tautacos, halcones, guacharacas, paujíes, chenchenas, nictibios, martín pescador, carpinteros, paraulatas, tordos, semilleros, entre muchas otras.
En el Hato también están presentes algunas especies domesticadas, reses y caballos que habitan esas tierras junto con las especies silvestres. La densidad de especies de aves en el hato y su presencia colorida junto a los otros animales que allí habitan, y el espectacular paisaje poblado de lagunas y vegetación, hacen de El Frío un sin igual Paraíso para la diversidad biológica, tan preciada en el mundo moderno.
Ese lugar particularmente privilegiado en naturaleza viviente, y especialmente cuidado con conciencia ambiental, por sus trabajadores y sus propietarios de siempre, ha sido destino de los pasos de decenas de investigadores científicos, que desde nuestras universidades y otros centros de conocimiento del mundo han ido a esas tierras a ampliar los saberes en materia de fauna, vegetación, ecología y otras áreas del conocimiento. En El Frío se realizan proyectos de conservación para la cría en cautiverio del caimán del Orinoco, y la protección de la nutria gigante, el jaguar, el puma y el delfín de agua dulce, especies que están en peligro de extinción.
Son muchas las instituciones que confluyen en la labor científica y de conservación del Hato El Frío. Allí se desarrollaron, de manera exitosa, programas de conservación, investigación, educación ambiental, y uso sostenible de los recursos y bienes naturales. La Universidad Central de Venezuela -UCV- y la Fundación La Salle. la Asociación española “Amigos de Doñana”, en colaboración con organismos internacionales como la Agencia Española de Cooperación Internacional -AECI-; el Comité español del programa Hombre y Biosfera -MAB- de la UNESCO, son solo algunas de esas instituciones.
Al Hato El frío también enrumbaron sus pasos artistas y cronistas de la naturaleza como Walter Arp, quien tenía una entrañable amistad y un parentesco familiar con Iván Darío Maldonado y su familia, los forjadores de ese particular santuario.
Los habitantes y trabajadores del hato El Frío son diversos: obreros del campo, llaneros de oficio y tradición, profesionales, investigadores, y gente de la zona que ha hecho de ese lugar su destino. Muchos encontraron allí oportunidad de realización personal y el orgullo del logro alcanzado en esfuerzo colectivo. Una escuela dentro del Hato y un Centro de Investigaciones con carácter de Estación biológica, son testimonio de inusuales desarrollos dentro de un Hato que también se dedicaba al negocio ganadero.
Los niños en la Escuela del Hato, que con dedicación sembró la ONG “La Compañía Humana”, reconocen flora y fauna en su entorno inmediato y llevan hacia el futuro la convicción de la importancia de preservar la naturaleza como garantía de calidad de vida para los humanos. A ellos –como a cualquier mortal medianamente informado de asuntos ecológicos- les debe haber resultado insólita la expresión reciente de un ministro que dijo “los chiguires y los caimanes son importantes…pero más importante es la gente”, haciendo gala demagógica de su ignorancia brutal. Trataba de justificar con ello el asalto abusivo a esos predios. Lamentablemente, muchos en el gobierno, no entienden que “el patrimonio ecológico que existe en El Frío es lo que mas influye en beneficio de la calidad de vida de los propios apureños. La conservación del ambiente, la protección de un área como esa y de su fauna silvestre, no compite por recursos con la gente sino todo lo contrario, complementa y fortalece la viabilidad de las economías locales sustentables al potenciarse como motor de desarrollo”, y al garantizar bienes ambientales colectivos –de libre acceso- como el aire, las aguas, el paisaje, etc. que dan calidad a la vida de los humanos. Un Hato dedicado a la conservación es un Hato en plena “producción” de bienes colectivos, y su productividad es mensurable. El Hato El Frío, entre otras cosas, genera conocimientos; garantiza la generación de aire puro, la calidad de las aguas, el mantenimiento de la red de complejas relaciones de interdependencia en la que está inserto el ser humano…sin esos “chiguires y caimanes” (como despreciativamente expresó la soberbia homo-centrista del ministro) no hay presente digno ni futuro para la gente. Eso esta probado y la conservación está en práctica en muchos países, ¿porque no se quieren informar sobre este tema en el gobierno nacional?¿porque no estudian y se forman en materia ecológica si pretenden disponer de las tierras rurales?¿un Instituto de Tierras no debiera regirse por criterios ambientales?.
Los abundantes animales y plantas, la salud de los ecosistemas y el cuido que muestra este espacio geográfico tan especial, son el reflejo de decenas de años de esfuerzos y conciencia conservacionista que “la historia oficial” no podrá borrar.
