El legado chavista
La historia del personaje más importante de comienzos de nuestro siglo XXI está concluyendo. Ahora, cuando el inevitable desenlace de una enfermedad siempre ocultada, negada o encubierta, se torna inevitable, nos preguntamos ¿Cuál es legado del caudillo? No tenemos dudas. Nos dejará una Venezuela destruida, material y espiritualmente, emocional y moralmente. Un país enfermo, dividido, enfrentado, lleno de odios y resentimientos de todo tipo. También nos dejara el mito.
Sin embargo, a pesar de las grandes dificultades que venimos sufriendo y las que en el futuro deberemos superar, saldremos adelante. Venezuela cuenta con reservas morales y materiales suficientes para, derrotada la mentira y conducida en la dirección correcta, lograr en tiempos relativamente breves cambios fundamentales que permitan la reconstrucción nacional.
Pero, también debemos enterrar el mito. Es fundamental para la salud de la república terminar con ese falseamiento continuo de la realidad que comenzó el 4 de febrero de 1992 y se profundiza cada día. Debemos poner fin a ese permanente discurso ambiguo, equivoco, contradictorio, incoherente y obscuro característico del régimen.
Derrotar el mito supone vencer la ignorancia, la ignorancia en máxima expresión. Esa ignorancia que en conjunto con el miedo han sido la base fundamental de sustentación de este régimen oprobioso. Tendremos que hacer reinar la verdad. Execrar tantas mentiras enseñoreadas en todo nuestro quehacer nacional. Tantas mentiras pronunciadas, día tras día, y propagadas en interminables cadenas y por todos los medios, incluyendo la repetición automática e irreflexiva, una y otra vez, de ciegos seguidores.
Solo así. Con la verdad, apartando todo engaño, podremos construir el futuro.
