Opinión Nacional

El modelo de la caja negra

La caja negra es un misterio. En donde funcione, sea como parte de un sistema o como instrumento registrador de eventos, la caja negra es algo que se ha inventado para ajustarse a los situaciones que demandan resguardar la verdad. Puede operar como un justificativo de las realidades ocultas, o también como una especie de carta debajo de la manga que privilegia a los administradores del poder. La caja negra es una estructura conceptual o un mecanismo tangible cuyo producto final no necesariamente tiene que responder a la lógica del razonamiento humano. Como parte de algún componente de la teoría de sistemas, la caja negra puede ser estudiada como un modelo que presenta entradas, procesos y salidas. Las entradas son los insumos de las partes del sistema. Éstos, se procesan sin conocerse la forma como se alteran y se relacionan las propiedades que los componen. Proceso que transforma a esos insumos, para arrojar un producto final acabado. Y es precisamente el proceso de transformación el espacio del sistema en donde se activa la caja negra, propiamente dicha. Porque es allí en donde se crea el producto final sin que el usuario del modelo sepa como se logró hacerlo.

Muchas veces hemos escuchado en las noticias de sucesos, el rescate de la caja negra de los aviones siniestrados para determinar las causas del accidente. Otras veces, ha surgido el concepto como parte de algún basamento teórico al hacer conclusiones de un estudio determinado. Pero otras, mucho más recientes, ha aparecido en la prensa nacional como parte del proceso de elecciones. Indra lo acaba de utilizar. La caja negra sería un componente dentro de la concepción global del proceso. Los resultados electorales obtenidos comprueban que funcionó el modelo tal como se le concibe. El MDD es una muestra significativa para verificar en la práctica la validez de la teoría. Los elementos que me permiten sostener lo que manifiesto son, entre otros, los siguientes: (a) en primer lugar, cinco días antes de las elecciones, una agencia encuestadora de renombre le daba al MDD un 9% de los votos a nivel nacional, colocándolo, como partido político, en tercer lugar detrás del MVR y del sector independiente. A esta agencia encuestadora el mismo partido de gobierno la calificaría como seria y confiable. De hecho, daba ganador al MVR en muchos estados y con un número importante de representantes ante la Asamblea Nacional. La ubicación del MDD en el tercer lugar como partido nacional con el 9% de los votos, representaría unos 600.000 votos; (b) de acuerdo al trabajo político que desarrollamos en los estados nacionales, el MDD aseguraba diputados en Mérida, Carabobo, Lara, Distrito Federal, Sucre y Anzoátegui. Ese trabajo nos arrojaba, contablemente seguro, un mínimo de 6 diputados; (c) igualmente el trabajo político en los municipios nos aseguraba como mínimo 4 alcaldes en los estados Carabobo, Lara, Anzoátegui y Zulia; (d) el partido de gobierno en sus pronósticos y asi lo expresó públicamente a través de los medios, proyectaba que el MDD obtendría entre 10 y 12 diputados a la Asamblea nacional; (e) el mismo partido de gobierno en una circunscripción de Caracas, en donde se sabía perdedora, llamó a nuestro candidato a la Asamblea Nacional para proponerle que renunciara al MDD y que aceptara el apoyo del MVR para el mismo cargo en la misma circunscripción; (f) en el llamado voto lista, el MDD por su trabajo realizado en los barrios de Caracas, en la clase media, en los eventos de movilización en la capital, en las reuniones semanales con los distintos grupos que se acercaron al movimiento, por las miles de comunicaciones recibidas y compromisos personales, por todo este trabajo de organización, el MDD partía de la base mínima de 40.000 votos en el área de Caracas.

Estas son razones demostrables que, para el caso del MDD, funcionó el modelo de la caja negra. El MDD ni obtuvo ese 9%, ni diputados, ni alcaldes. La caja negra de Indra funcionó bien. Esa zona oscura protectora de la verdad, generadora de impostoras realidades, modelo fundado en la ciencia que jamás permitirá dar a conocer el cómo se manipularon los votos. Misticismo virtual construido en base al laboratorio de las conveniencias del poder y de los ambiciones de los dólares. No obstante, dice el dicho popular «el que la hace la paga». No será hoy, ni después, a lo mejor ni en la próxima década. No sabemos, eso será cuestión del tiempo de la historia que el destino se encargará de pasar la factura a quienes no actúan de buena fé. La caja negra puede revertirse y será más temprano que tarde que ellos mismos, o algunos de sus descendientes generacionales, sean quienes sufran las consecuencias de sus manipulaciones, mezquindades y avaricias.

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