El Perro Caliente
(%=Image(1505004,»L»)%) Para quienes crean que el “perro caliente” es de reciente aceptación, nos permitimos recordarles que hace unos 3.500 años, en Babilonia se rellenaban los intestinos de los animales con carnes condimentadas.
No obstante el consumo de esas salchichas sufrió un perigeo, por cuanto la Iglesia Católica prohibió el consumo de dicho condumio, pues era el plato que se servía en las fiestas paganas en honor al dios Luperco. En esas celebraciones se incluían ciertos ritos sexuales y al suspender la Iglesia la celebración de esas fiestas -año 228 d.C.-, también se prohibió el ingerir dicho alimento.
Es el caso, que hacia mediados del siglo XIX, en 1852, un carnicero en la ciudad de Frankfurt, elaboró una salchicha condimentada y ahumada en honor a la ciudad en la cual fue creada, se le denominó “frankfurter”.
(%=Image(3979734,»L»)%) Se cuenta que este carnicero era dueño de un perro de la raza “dachshund”, de ahí que fuese conocida como la “salchicha dachshund”, hoy día le llamamos el perro salchicha cuya característica es ser alargado, con patas cortas, piel elástica y con pliegues.
Para comienzos del siglo XX, ya había en nuestro continente distintas salchichas, pero en 1906, un caricaturista de nombre Thomas Aloysus Dorgan,
quien firmaba las ilustraciones con el acrónimo TAD en un periódico perteneciente a la cadena Hearst , hizo un dibujo del dachshund y vista la dificultad de pronunciar el nombre, se conformó con llamarlo perro-dog-, y en el cartel se hacía la promoción, “compre su perro caliente”.
Llamamos “perro-calentero” a quien se ocupa de preparar en las calles de las ciudades el “hot dog”, el cual consisía originalmente en la salchicha, el pan, mostaza y salsa de tomate. Hoy día, el consumidor puede pedir que le añadan: papitas fritas, repollo, salsa alemana, cebolla, rábano picante, mayonesa, pepinillos dulces, ají picante, aceitunas y cualquier otra inventiva capaz de copiar los suculentos emparedados de los cuales disfruábamos en las comiquitas de Lorenzo y Pepita.
