Opinión Nacional

El presidente Hugo Chávez fija posición ante el conflicto en su partido

Caracas, 11 de febrero de 2000

Encomendándose a Dios, el presidente de Venezuela Hugo Chávez se dirigió al país, para referirse a la actual crisis de su movimiento político. Se confesó «adolorido», a pesar de que en estos años el dolor se le ha hecho común.

Señaló que no estaba esperando lo que calificó de «emboscada». «La emboscada no se la achaco a nadie», aclaró.

Invocando al libro de Nietzsche Así hablaba Zaratustra, dijo que estaba dispuesto a luchar por el ser humano sin temor al castigo porque «amo a los hombres». «Cristo pidió a sus apóstoles que hablaran con el espíritu, con el alma». «Me confieso adolorido». «Vengo a invitar a los venezolanos a pasar por encima del desconcierto».

«No sé cuánto tiempo voy a hablar. Discúlpenme por la novela, discúlpenme esta otra, pero el alma del pueblo vale más que mil novelas». «No voy a atacar a nadie ni a defender a nadie».

«Quizás el primer tema que yo necesito tocar, como la primera vez que salí en la televisión con esta cara de indio, la primera vez que oyeron esta voz, que no fue planificado, sino por una necesidad, como hoy… El primer tema que necesito conversar con ustedes es el del (%=Link(«/bitblioteca/venezuela/4f.asp»,»4 de Febrero»)%) [de 1992], que fue tan doloroso». Evocó el dolor de dejar a sus hijos antes del 4 de Febrero. Hizo un reconocimiento a los soldados, con uniforme o sin uniforme, aportaron su sacrificio ese día, «hermanos que escoge Dios».

El comandante Femín Acosta Carlés, que «se fue junto con el pueblo el (%=Link(«/bitblioteca/venezuela/27f.asp»,»27 de Febrero»)%)».

Jesús Miguel Ortiz Contreras, que murió en un accidente automovilístico en París. «No fue fundador del Movimiento Bolivariano, pero la vida lo puso allí y no dudó en tomar una posición».

«Igual aporte hizo Francisco… Arias Cárdenas».

Y Jesús Urdaneta. «Mi hermano (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/urdaneta_hernandez.asp»,»Jesús Urdaneta»)%)».

Joel Acosta…

«Cada uno tomó una trocha [‘camino‘] distinta, que siempre he respetado». «Pero yo no tengo alternativa, no me está permitido abandonar este barco, ni siquiera para asolearme un rato, al menos ‘por ahora’. Estoy encadenado al mástil mayor de esta barca. En cambio algunos de ellos tomaron su decisión personal. Y a todos les dije ‘buena suerte’. Lo cual no significaba caminos encontrados, sino tal vez paralelos. Más adelante nos íbamos a encontrar. Todos deben recordarlo, Joel, Jesús y Francisco. Alguna vez fue a tocarles la puerta a conversar, a pesar de las dificultades, a expresarles mi apreciación del camino correcto. Pero cada quien enfrentó su lucha. No significa que la mía es la correcta. Es la ruta de cada quien». «Pero de pronto se hizo concreta la victoria del 98 y los llamé. Aquí estuvieron ese día».

«Yo no estoy seguro si… ojalá que no… pero en este instante tengo dudas. Decía Brecht que de la duda siempre sale alada la esperanza. Pudiera ser que llegamos a un punto de disloque en el camino. Las circunstancias parecieran indicarlo. Ojalá sea una falsa apreciación. Pero quiero decir ante el país todo yo lo entiendo y yo lo asumo. Respeto y aplaudo el infinito esfuerzo desplegado por ellos para el proyecto al que fuimos traídos a la ola de la vida. Así que, Francisco, Joel y Jesús: mil gracias, se lo digo frente al país. Mil gracias por los años aquellos. Cuánta solidaridad. Fueron los años del primer desierto y ustedes aparecían siempre en el desierto, uno de los varios desiertos que uno va cruzando en la vida. Como decía Nietzsche, de la transmutación del espíritu en camello. Si el camello sobrevive se transforma en león, dueño del desierto y si el desierto se transforma en selva el camello se vuelve niño, lo que renace, la ceniza que se transforma en fuego. Yo le creo a Zaratustra. Gracias, Francisco, gracias Jesús Ernesto, gracias, Joel Candelario. Siempre estaré orgulloso de haber tenido a compañeros como ustedes».

«Digo esto por un comunicado que ustedes firmaron. El Comunicado de Coro. Alguien habló, refiriéndose al libro de Ángela Zago La rebelión de los ángeles, de La segunda rebelión de los ángeles. Seguramente lo escribió Arias Cárdenas. Pero me extrañó. Porque apenas unos diez días antes habíamos conversado largo Francisco Arias y yo. Pasamos el día y la tarde. Yo había decidido en los días de Navidad llamar al gabinete a Francisco Arias Cárdenas. Lo invité al ministerio de Relaciones Interiores. Yo tenía necesidad de relevar a Ignacio Arcaya, que tuvo, como ustedes saben, un accidente cerebro-vascular. Entiendo perfectamente sus compromisos en Zulia. Pero no fue por falta de hablar el Comunicado de Coro. Igualmente le había dicho a Jesús Urdaneta que había la posibilidad de incorporarlo al gabinete porque incluso hay una (%=Link(«/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp»,»nueva Constitución»)%). Joel me había sugerido que Francisco fuera Vicepresidente. Francisco no lo pidió. Les planteaba cerrar filas. Ojalá podamos conversar, porque los detalles mejor es hablarlos… lo que yo siempre he dicho: cuando se plantean diferencias siempre he respondido que con los hermanos en familia, cuando se tiene el sentido de la familia, de la hermandad, del cariño, las diferencias que surjan se tratan en familia, no a través de los medios de comunicación. Porque surgen las interpretaciones. Por eso estoy obligado… yo no quería venir a hablar de esto. Estoy obligado a dar explicaciones. No es la mejor manera… creo que es la peor manera… o no, tal vez la peor es no decir nada. Enviar un mensaje entre líneas sujeto a tantas interpretaciones. La mejor manera es mirarse a los ojos».

«El 4 de Febrero no nos pertenece. Estamos subordinados al proceso». «Eso está allí, la historia sigue marchando. Yo fui un comandante del 4 de Febrero. Una circunstancia, como el ser y el estar. La de hoy es otra circunstancia. Observemos el presente, apuntemos el futuro, estudiemos el pasado. El 4 de Febrero le pertenece al pueblo. Yo estaré aquí hasta que me sienta útil al proceso. No tengo grupos, no tengo pupilos sino equipos de trabajo. No tengo compromisos con nadie, sino con un pueblo, con un colectivo, con un proceso. Si hoy yo dejara de ser útil al proceso, por alguna circunstancia, o porque ustedes me digan basta, me iré con mi dolor a cuestas a jugar con Rosinés, con mis hijos».

«Hemos hecho una transformación sin una gota de sangre. Y eso no lo debemos a los comandantes, ni a Chávez, sino al pueblo».

«Alguien me decía que yo debía meter la mano para parar el debate. No. Cada cual que asuma su responsabilidad. Si alguien es acusado que asuma su responsabilidad. No metí la mano para nada. Claro, que cada acusación, cada escarceo, era un golpe en el alma. Especialmente cuando la diatriba o la respuesta o la descalificación es de unos y otros a quienes quiere por igual, sea de un bando o de otro, uno tiene el afecto y el anhelo y el agradecimiento regados».

«Pero después de la cárcel surgieron hombres y mujeres a cruzar el desierto. Y uno aspira a que los que cruzaron el primer desierto se conjuguen con los que cruzaron los demás desiertos. Esa era una de mis metas, humanas. Como sigue siéndola. Nunca me rendiré al respecto cuando se trate de luchar y de construir. No hay derrotas aquí, hay circunstancias aquí, hay momentos aquí. Uno miraba ‘que tu fuiste, que yo no fui’. Dolor, acusaciones aquí allá. Yo decidí… Bueno, Dios sabe lo que hace. Que sea lo que Dios quiera… Ahora, dentro de tantas cosas, como dije, no vengo a defender ni a atacar a nadie. Lo que sí tenemos es nuevas instituciones y estoy completamente seguro de que ninguna de las instituciones va a encerrar nada ni a ocultar nada. Quiero que el pueblo venezolano comparta esa certeza, esa seguridad. Cada quien irá asumiendo la responsabilidad que tenga que asumir. Yo asumiré la mía, la que tenga que asumir».

«Por ejemplo, se ha dicho, que yo, Hugo Chávez, el jefe del Estado, había impedido una investigación. Como se lo dije al mismo Jesús Urdaneta, ante la insistencia de un periodista: jamás, a mí… la denuncia que se me traiga, la prueba de algún funcionario… jamás ni nunca la archivaré, ni la interferiré. Todo lo contrario, auparé que se investigue. Objetivamente, porque no echaremos ninguna jauría detrás de nadie. Para no caer en los extremos de siempre, vilipendiando a nadie ni dejando a nadie en la impunidad. Y precisamente yo creo que dentro de todas estas cosas, con todo el dolor, hay cosas positivas. Recuerdo mucho a profesor mío de artes plásticas, que nos invitaba a ver en la basura el color y tratar de llevarlo a la plástica. Creo que es una buena filosofía para ver las cosas oscuras o difíciles. Lo que de ahí puede crearse, como bueno, como esas semillas que nacen de un basurero, como la auyama, que nace de entre los basureros».

«Hablemos de los cambios. Hablemos de la Disip, y esto es un logro de Jesús Urdaneta, sin duda. La Disip tenía un perfil represivo, allí se gastó un capital para difamar, para reprimir a la oposición. Allí se armaron expertos en armar fotos, videos, documentos, para difamar. En matar gente, incluso. Es una larga historia, que conocemos. Ahora: ¿cuándo antes la Disip se encargaba de investigar denuncias de corrupción de funcionarios? Era al revés: tapaban evidencias y creaban otras contra otra gente para desviar la atención». Señaló que en el pasado la Disip montó investigaciones para impedirle ser candidato presidencial. «La Disip tenía planes para matarme. Pero, gracias Jesús Urdaneta, teníamos planes de cambiar todo y no tuviste tiempo de cambiar lo que habíamos pensado cambiar. Pero por primera vez la Disip investiga, aclara, busca… no a adversarios políticos. ¿Cuántos adversarios tengo? ¿Los cuento aquí? Que tiene rabo de paja, cuentas pendientes con la justicia, sospecha de cosas… Jamás [en mi gobierno] fue utilizada la Disip en contra de persona alguna, para forjar documentos, para forjar cosas. ‘Vamos a moralizar ese cuerpo y a transformarlo’, le dije a Jesús Urdaneta. Una alta policía de estado… no de chismes, sino una alta inteligencia de Estado, para las grandes decisiones de Estado. Científica, geopolítica. Y la otra vertiente: la lucha contra la corrupción. No de comisionados anticorrupción. ¿Cuál fue el resultado de esos comisionados? Le dije a Urdaneta: ‘El día que tú tengas una prueba y haya que ir de madrugada a ver, tú me avisas y voy contigo, pero con respeto al ser humano. Lucha contra la corrupción y respeto a los derechos humanos, eso es un principio cardinal de este proceso. Bueno… Jesús Urdaneta, ese mi hermano, a los pocos días tenía una investigación montada, y capturamos a unos en el Hipódromo que estaban extorsionando a alguien. Él me pidió permiso y se lo di, con respeto al ser humano. Y resulta que a los pocos días un tribunal decidió que eso no era prueba. La gente se fue a la calle. Y le dije a Jesús: ‘Paciencia, mientras no tengamos un poder judicial a la altura no podemos hacer nada’. Pero eso me sirvió para remover toda la directiva del Hipódromo». «Una vez dijeron que había un hermano mío buscando contratos. Resultó que no era hermano mío, sino un familiar lejano, que tenía el apellido Chávez. Ese caballero, ese ‘hermano mío’ entre comillas pasó ocho días preso. Luego no hubo pruebas. Más tarde me lo encontré en Puerto Nutrias y le dije: ‘Pórtate bien porque la próxima vez…’».

«Una revolución pacífica, y eso se lo he dicho a Jesús Urdaneta, implica que no hay un disparo, ni un herido… ¡pero qué difícil es! Hay que dormir con el enemigo. A veces uno tiene la certeza de que en algún organismo hay una irregularidad y no puede hacer nada… Pero este es un proceso que está comenzando. Y para eso tenemos que tener una paciencia infinita. Y el que no la tiene no llega al final».

«En resumen: fue de mucha utilidad. Los errores no los voy a comentar, en todas partes se cometen. Lo importante es corregirlos. No se está desmantelando la Disip para evitar que se investigue. Al contrario, la Disip, o como se llame… Urdaneta me planteó que costaba dos millardos para cambiar el nombre y le dije que no. Que se dejara para cuando se pudiera. Pero lo importante es el cambio a fondo». Indicó que más de una vez esos informaciones sirvieron para parar un nombramiento o una recomendación.

Desmintió que mandó a detener un allanamiento para encontrar unas armas. «En el caso de la Disip otro de los elementos que decidí y estaré atento a que se cumpla es que se delimiten muy bien los campos de acción». Mencionó que la Disip actuó como cuerpo paramilitar, con comandando tropas, en Yumare, en El Amparo, en Cantaura. «Entonces una noche fui sorprendido porque en una casa estaba allanando la Disip, porque había una situación difícil entre gente armada, entre gente de la Disip y de otro cuerpo policial y otra gente. Ciertamente, para evitar males mayores ordené que se retirara la comisión de la Disip del sitio. E inmediatamente ordené que ese caso pasara a donde tiene que pasar: a la jurisdicción militar. Porque si había armas de guerra y para evitar otras situaciones como las mencionadas [en El Amparo], ordené que eso fuese tratado por los militares. Porque eso no es jurisdicción de la Disip, con armas de guerra. Eso no se puede seguir tolerando. Pero ahora resulta que llegó un Comandante [Chávez] que conoce cuál es la doctrina. Porque para eso están los militares. Entonces en ese caso habría que eliminar a los militares».

Chávez declaró que este caso está en manos de un fiscal militar.

«Por cierto», añadió, «no se encontraron armas y ordené a Urdaneta que siguiera vigilando». «Si ustedes determinan que ahí están esos fusiles», le dije a Urdaneta, «quiero participar en eso no voy a quedarme encerrado en palacio, me voy a la primera fila de la batalla».

«No voy a dilucidar esto ante los medios de comunicación, que cumplen con su deber, pero yo cumplo con el mío, como lo entiendo como Jefe de Estado. No voy a estar dilucidando si este dijo, si aquel declaró».

«La lucha contra la corrupción continúa. Apenas estamos comenzando. Aquí no se va a detener investigación alguna. No vamos a llamar al Fiscal para que detenga esto o aquello. Ahora existe la Defensoría del Pueblo. El Contralor, el poder ciudadano. El Consejo Nacional Republicano actuará a sus anchas, con buen juicio. Esto es muy importante: la policía no está para condenar a nadie. Las pruebas van a un tribunal. Tenemos que despersonalizar esto. Ahí están las instituciones. Prueba de fuego para las instituciones nacientes. Que se aclare todo, que se condene a quien sea, que se absuelve a quien en sea, si se requiere. Ahora vamos a demostrar lo importante que ha sido el proceso constituyente, para demostrar que sí ha valido la pena este proceso, que sí han valido la pena los desiertos, los dolores que nos han cruzado y nos cruzarán el alma. Porque así es el camino, lleno de dolor, pero también de un inmenso amor. Pido a Dios que nos dé fuerzas para salir de las emboscadas. Para que esto se transforme en amor, en fuerza, en buena voluntad para que sigamos unidos como decía Zaratustra: ‘Porque amo al ser humano’. O como decía Cristo: dirigiéndose al espíritu, porque si hay espíritu hay esperanza».

«Mañana es el Día de la Juventud, donde el general José Félix Ribas defendió a la Patria [el 12 de febrero de 1814]. Por encima de los dolores, por encima de las dificultades, vamos, hermanos, llorando o sudando si tenemos que hacerlo, o cantando si tenemos que cantar, rumbo a la Venezuela de nuestros hijos, de Rosinés o los millones de Rosineses. Gracias por su atención. Comencé diciendo que me siento adolorido, pero también con fuerza para la victoria de todos los días, la victoria de Venezuela».

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