Opinión Nacional

¡El Raro!

 Como caído de la nada, aparecido entre las sombras, salió el «raro», lo enviaron a Cantaura para que sea candidato, es que en ese partido donde milita el «raro» es normal eso de los fantasmas caraqueños y lo del «dedo» mandador. ¡Qué raro es el tipo y todo lo que representa!… ¡Mosca con él!

D. Raro, es uno de esos políticos advenedizos, que lo sacan de un sombrero de mago, que pretende jugar con la voluntad de los pueblos, son de esos «dirigentes» que no les importa nada porque nada le ha costado obtener lo que poseen por obra y gracia de la «jaladera» y no del esfuerzo sano y digno.

Viene a acabar con lo que se ha construido, porque lo mueve solamente el odio y el desprecio, es un político raro, no lo quiere nadie, vino a dividir y jamás a unir, es un hombre raro porque no despierta sentimientos, solamente una apatía generalizada… ¡Es raro, porque pareciera que no tiene alma en el cuerpo!

D. Raro es uno de esos que poseen padrinos, que le da alergia el pueblo, que no está acostumbrado a luchar por nada, ni por nadie, es uno de esos personajes vengativos, no por nada ya aseveró que quienes lo repudiaron como candidato dentro de su mismo partido ya no «verán luz con él, aunque vengan de rodilla a pedir perdón… A la alcaldía no entran ni de portero cuando gane»… Esta es la cara de Raro, y raro porque así lo llama el pueblo.

Cantaura no merece a un tipo raro, ya Anaco vivió un individuo de estos y las consecuencias fueron desalentadoras, a tal punto que ellos mismos, sus «compatriotas», le dieron la espalda y lo dejaron colgado de una brocha, porque su gestión significó un sinónimo de fracaso, en toda la extensión de esa palabra.

Este «raro», rarísimo, candidato no cree en nada, ni en nadie… No tiene fe, no construye esperanzas excepto para sí mismo, está convencido que lo normal es que se debe acabar con lo que se ha construido, que el pueblo pase trabajo, que se acostumbre a vivir mal, porque ser rico es malo, mientras él y los suyos se dan la buena vida.

¡Qué tipo más raro! no le gustan las ferias de la Virgen, dice que las va a eliminar. ¡Qué tipo más raro! asegura que el Centro de Convenciones debe ser derrumbado. ¡Qué tipo más raro! dice que las comunidades indígenas deben ser minimizadas porque según dijo «ellos se deben incorporar de una vez a la modernidad».

Y… el raro llegó al municipio Freites para hacerlo retroceder, porque en su rareza ir hacia atrás es «avanzar», parece como una especie de cangrejo que vive su vida por la retaguardia. Así es el raro, así de raro es, qué Dios cuide del pueblo y éste se cuide a sí mismo y no caiga en la senda del fracaso que Daniel trae con su maldad acuesta.

¡Raro es raro así se esconda, y si es raro, raro se queda!

 

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