El secuestro
Como han cambiado los valores en nuestra naciones penoso ver a algún venezolano que se desdibuja ante la influencia de algunas trasnacionales, donde se den desde los principios mismos del honor hasta el concepto de patria.
A veces nos cansamos de ver y oír a voceadores oficiales atacar cortantemente al imperio y nos parece hasta extemporáneo; pero como tienen razón atacar a una nación que pide cada día mas sangre, y son tan sagaces que a través de sus empresas cada día mas se aferra a nuestra nación; como si fueran tentáculos de un gran pulpo; da vergüenza ver a ciertas personas que se autodenominan venezolanos como defienden a estos capitales extranjeros.
Estos eruditos de todo van como en una procesión todos los medios de comunicación; rasgándose las vestiduras por esas empresas extranjeros; un caso palpable fue la nacionalización de la cementera? pobre Mico! se le van a caer las pirámides? Chávez les quito las trompetas a los mariachis y los requintos a las rondallas? Eso es lo que le faltaba decir a nuestros grandes compatriotas.
Que dirán cuando sepan que con la nueva ley del Ejercicio de la Medicina viene una obligada acreditación; certificación re-certificaciones de los médicos venezolanos; y que algunos venezolanos al servicio de los capitales extranjeros, infiltrados en la red de sociedades científicas, han ayudado al secuestro del sistema de salud por laboratorios extranjeros, y estos quieren, desean y exigen que la plataforma tecnología sirva para otorgar la nueva acreditación certificación de los médicos venezolanos sean las de los laboratorios extranjeros.
Y médicos que no cuente con el aval de esos laboratorios le será difícil la certificación y los laboratorios premiaran a aquellos médicos que han recetado mas productos de sus laboratorios ?es esa la verdadera plataforma tecnológica?
Una gran parte de la red de sociedades científicas en Venezuela están secuestradas por los laboratorios extranjeros, se podría decir que estos laboratorios son los verdaderos patrones de ellos y ese patrón es igual a las viejas familia de sicilianos de Chicago de los años veinte, ayudados y fortalecidos por un grupo de venezolanos que hacen ver a todo un gremio como una sociedad de cicatrices, que usan batas blancas y que no le importa nada, con tal que alguien les pague su confort.
