El tiro por la culata
La comunidad internacional agarró el toro por los cuernos. Se acabó la tolerancia con el campeón planetario del disimulo y la mentira. El mundo libre llega a la conclusión de que Chávez y la democracia son incompatibles, como también los propósitos de paz, estabilidad institucional, crecimiento económico, progreso social y armonía entre las naciones. Cuatro años han sido más que suficientes para que Venezuela sea ejemplo de lo que no debe suceder. Se preparan para respaldar el sentimiento mayoritario de un pueblo libertario, harto de la mediocridad y corrupción del régimen, abriendo canales para que la voluntad popular pueda expresarse. Las maniobras para evitarlo fracasan a pesar de las interferencias oficiales y de la vergüenza deplorable de la mayoría de un Tribunal Supremo de Justicia que pasará a la historia por su perversa cobardía. Algunas señales indican que el cerco se cierra y el tipo se ahoga.
Fracasó en su empeño por manipular la presencia en Venezuela de César Gaviria y descalificarlo cuando descubre el juego del gobierno. La (%=Link(«http://www.oas.org/»,»OEA»)%) lo respaldó y el mundo aplaude su esfuerzo. Fracasó con Carter. Que distinta fue la visita anterior del expresidente de Estados Unidos y último Nóbel de la paz, de ésta, iniciativa de Gustavo Cisneros, agredido ferozmente por Chávez, oportunidad para un par de propuestas hacia las vías electorales inmediatas. Fracasó con Lula al olvidar que Brasil tiene la chancillería más profesional del continente, según la cual no tienen amigos ni enemigos sino intereses. Fracasó en el empeño de meter a cubanos, argelinos, chinos y otros países fuera del marco institucional de la OEA como Grupo de Amigos de su gobierno y en la reticencia castro-chavista de aceptar a USA, México, Chile, Brasil, Portugal y España como amigos de Venezuela y no de un sector en particular. Fidel llegó a calificarlos como “enemigos” (¿?). Fracasó en su empeño en desacreditar a la legítima oposición venezolana, representada por los seis compatriotas que en nombre de la Coordinadora Democrática nos representan, aceptados hoy en el mundo entero, y sus intentos divisionistas no tuvieron ningún efecto. El problema es que de fracaso en fracaso destruye al país. Venezuela se desmorona. La conflictividad crece peligrosamente hacia una confrontación violenta que pocos quieren evitar con los canales electorales bloqueados. O los abrimos o vamos a una guerra que pareciera haber empezado.
Hugo Chávez es el problema más serio que Venezuela, el continente y buena parte del mundo, tienen que resolver. De allí que todos los cancilleres del Grupo de Amigos acentúan la urgencia de la salida electoral. Saben que los acuerdos políticos siempre encuentran soportes jurídicos cuando hay sinceridad y honestidad entre las partes. Vendrán a Venezuela el 31 de este mes. La paz verdadera es algo más que la ausencia de guerra. No debe perderse la oportunidad.
