El trabalenguas del año: Un desgraciado en desgracia
No hay nada peor que un desgraciado en desgracia, para empezar es tal su desdicha que no sabe controlarse como desgraciado en ninguno de los hábitats donde debe desempeñarse.
Como persona, ni que digamos, es tan desgraciado que no sabe para es el uso de dicho termino, ni parece que de pequeño sus desgraciados padres alcanzaron a explicarle la desgracia de ser desgraciado, ni la educación necesaria para no desgraciar aun más su desgracia pues peor desgracia es que ni eso le hubieren enseñado, ya siendo un desgraciado niño. Pena debió darle en efecto llamar desgraciado precisamente a quien goza de gracia.
Como politicastro, ni se diga, pues aun cuando quizá tal cargo solo es para el desempeño de desgraciados en desgracia, Ud. ha ejercido tan mal sus encargos, que para los pobres ciudadanos que han debido soportarlo ha sido una verdadera desgracia tener que aguantarlo como gobernante desgraciado con desgracia y que se lo tienen que calar como desgraciados.
Pero allí no termina todo, el desgraciado esta lleno de tanta desgracia que anda chorreado por su desgraciada desgracia, pues como desgraciado sabe que cada vez mas se le acerca la hora de terminar la única gracia de que pudo haber disfrutado por desgracia, es decir haber hecho desgraciados a sus conciudadanos, por haber tenido la desgracia de llegar trampeando al mas agraciado de los cargos para un desgraciado, precisamente el mandar con desgracia, como solo un desgraciado sabe mandar.
Y para finalizar solo le digo y pronostico algo desgraciado: no ande maldiciendo ni ofreciendo desgracia a quienes son sus vecinos de buena voluntad y que hace tiempo pudieron haberlo hecho mas desgraciado. Al que Ud. tilda de tal es mucho mas agraciado y sin desgracia que su persona , pues con todo y tener vencidos sus períodos de gobernante, los agraciados que lo soportan, por unanimidad lo aclaman, no precisamente por ser desgraciado.
Que infeliz desgracia, tener que calarnos nosotros por desgracia su desventura a pesar de no ser nosotros desgraciados.
Que agraciado sería el que como buen desgraciador verdaderamente logre dejarlo a Ud. bien desgraciado.
