Opinión Nacional

El Universo seguirá expandiéndose para siempre

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Entre los hallazgos más sorprendentes de la moderna astronomía está la precisión de que el universo está compuesto por miles de millones de galaxias, que incluso se han podido fotografiar con telescopios orbitales. En este esquema, la Vía Láctea resultó ser una de las mas pequeñas, especialmente si se la comparaba con la vecina galaxia de Andrómeda, ubicada a unos 2.5 millones de años-luz. Pero un estudio reciente, liderado por astrofísicos de la universidad de Harvard, determinó que la Vía Láctea es más grande y masiva de lo que se creía. Esta conclusión, avalada por Sociedad Norteamericana de Astrofísica, se hizo en base a mediciones precisas de la velocidad con que gira, que es ahora de unos 960.000 kilómetros por hora, un 17 % más de la cifra que se tenía anteriormente.

El descubrimiento parece no tener implicaciones importantes para nosotros, al menos en lo inmediato, pero la medición significa que la Vía Láctea puede tener una masa un 50 % mayor que la antes estimada. Los astrofísicos creen que la materia adicional descubierta pudiera ser parte de la extraña “materia oscura”, -la que se resiste a dejarse ver y medir— una variable que sería determinante para predecir el destino del universo. Hasta ahora, y a partir del crucial descubrimiento de Edwin Hubble en 1930, se sabe que el universo tuvo sus inicios a partir del famoso Big Bang, una gran explosión sucedida hace unos 13,6 millardos de años, cuando se generó toda la materia y energía en las galaxias existentes, las cuales –se ha comprobado– se alejan unas de otras a gran velocidad.

Un destino aterrador pero inevitable
Dada la probable existencia de una materia oscura, este alejamiento podría detenerse algún día y entonces las galaxias volverían a concentrarse eventualmente en un punto mediante un fenómeno conocido como el Big Crunch, o gran contracción, que significaría el fin de todo del universo en una enorme colisión cósmica. Sin embargo, las investigaciones realizadas durante la primera década del siglo XXI arrojan la impactante conclusión opuesta, o sea que el universo seguirá expandiéndose para siempre, hasta que toda la materia se desintegre y se convierta en partículas subatómicas errantes un vacío infinito y gélido. Mientras los astrónomos analizan estos asombrosos hallazgos, todo parece indicar que estamos cerca de aclarar uno de los mayores misterios de la ciencia, y de paso, también el destino de nuestro sistema solar y del diminuto planeta azul que nos sirve de morada temporal.

Incluso, mucho antes de la extinción del universo en un vacío absoluto, la Vía Láctea pudiera chocar con la vecina galaxia de Andrómeda debido a la mayor fuerza gravitatoria que ejercerían entre sí los dos vecinos, gracias a la inesperada materia adicional. Aún si esto no sucede o nos salvamos milagrosamente de esa colisión galáctica, el eventual destino del universo parece ser el de una expansión interminable que tiende a llevarnos al límite inferior de la temperatura posible, el cero absoluto o -273 grados Kelvin. Algo que, por fortuna para nosotros, no ocurriría sino en una decena de millardos de años, así que no hay necesidad de perder el sueño por ahora. Sin embargo, el hecho mueve a profundas reflexiones, al constatarse tanto la inmensidad como la fragilidad de un cosmos indiferente al destino de los terrícolas.

A tres décadas de “Cosmos”
La televisión populariza la astronomía en grande

Para el agrado de los aficionados a la astronomía, muchos de los descubrimientos que se suceden en este campo son reflejados al poco tiempo en impactantes series divulgativas trasmitidas por la televisión satelital. Hace tres décadas la famosa serie “Cosmos”, conducida por el astrónomo Carl Sagan, nos mostró las maravillas del universo con novedosos efectos visuales, aunque la serie tuvo problemas en ser patrocinada en la televisión comercial. Ahora los tres canales educativos más importantes de la tv satelital, el Discovery, el History y el National Geographic, se empeñan en mostrarnos los hallazgos más recientes en versiones actualizadas de esa histórica serie televisiva, con efectos audiovisuales mucho más impactantes gracias a los adelantos de la animación computarizada.

Así, el Discovery presentó los progresos realizados en el área espacial en su serie “Cuando salimos de la Tierra, 50 años de la NASA”, mientras el History tiene una serie titulada simplemente “El universo”, con todos los hallazgos más recientes en materia astronómica. A su vez, el NatGeo tituló su serie “El Espacio”, donde nos muestra los descubrimientos hechos con telescopios orbitales y misiones interplanetarias. Son tres series que el estudioso de los fenómenos astronómicos y la exploración espacial no querrá perderse, y que demuestran una vez más el enorme potencial educativo de la televisión.

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