El verdadero invento
Es un viejo hábito de los regímenes totalitarios acusar a los medios de comunicación de crear realidades que supuestamente no existen. Esas acusaciones muy a menudo reflejan no sólo una transferencia freudiana –culpar al otro de tus más oscuros pecados– sino la necesidad de ocultar la realidad para que el pueblo no se subleve.
En la Venezuela de hoy, donde el Gobierno se ha encargado de asfixiar a la televisión y la radio –dos de cada tres venezolanos sólo escuchan medios controlados por el Estado–, éste oculta la realidad y, cuando los medios la reportan, la califica de “invento mediático».
Por ejemplo, para el Gobierno el dólar paralelo y la escasez son un invento mediático, ni hablar de los 80.000 venezolanos muertos víctimas de la creciente violencia en el país, así como el intento de linchamiento a Goicochea en el Pedagógico o como las protestas generalizadas por la ineficiencia del Gobierno.
Sin embargo, en estos últimos días la atención que ha generado en medios internacionales lo que está sucediendo en Venezuela ha servido para desenmascarar el verdadero invento mediático: el de los medios de comunicación oficiales y el del Gobierno venezolano.
Por ejemplo, la prensa internacional reportó esta semana que una Asamblea Nacional unicolor casi duplica el número de artículos a ser reformados a la Constitución aprobada en 1999, lo cual produjo la critica del vicepresidente de la Sala Constitucional, Eduardo Cabrera. La prensa y demás medios internacionales también destacó que el ex ministro de la Defensa, el general más condecorado y el hombre más leal a Chávez –pues fue quien lo regresó al poder el 12 de abril del 2002– se declaró en contra de la reforma constitucional propuesta por el Presidente venezolano porque le quitaba el poder al pueblo y lo concentraba en una sola persona.
Sin embargo, en Venezuela, en el verdadero invento mediático, se olvidaron de Cabrera y, dirigidos por el Presidente, todo el comando Maisanta vestidito de rojo acusó de “traidor” al general Baduel frente a las cámaras de televisión. La prensa internacional también destacó que la reforma propuesta por Chávez había generado una protesta masiva y pacífica de estudiantes en todo el país, quienes fueron atacados de manera desproporcionada y salvaje por los cuerpos de seguridad del Estado. Hace dos días, desde el Le Monde hasta el The New York Times –periódicos que han alabado la gestión de de Hugo Chávez en otras ocasiones– publicaron las fotos de los pistoleros que dispararon a los estudiantes dentro del recinto universitario y reportaron que afectos al Gobierno habían emboscado a estudiantes luego de que éstos regresaron de una marcha pacífica al Tribunal Supremo de Justicia. En Venezuela, sin embargo, minutos después de los disparos aparece el ministro de Justicia en televisión con la versión oficial de que la violencia venía de los estudiantes universitarios “golpistas», y unas horas después los mismos pistoleros, cuyas fotos dieron la vuelta al mundo, salieron en los canales del Estado repitiendo el invento mediático del ministro de Interior y Justicia.
Mientras más crece la desesperación por la falta de apoyo a la nueva Constitución, la brecha entre la verdad y el guión se hace más patética. En la época de los teléfonos celulares y de You Tube, los inventos mediáticos totalitarios se desenmascaran rápido, y en el caso de Venezuela el resto del mundo lo está comenzando a ver clarito.
