Embusterías de Réquiem

Teníamos previsto encontrarnos con Aldemaro
para iniciar las conversaciones que darían cuenta
de su vida, sus obras, del caudal musical que dibujó
en una especie de síntesis de todas las expresiones
como si pudiera juntar los arpegios
de los pajarillos que pueblan el planeta entero
en acordes de romerías incansables.
No llegó a la cita convenida pero nos deja la
memoria de las notas que se esparcen en el vendaval
de las canciones y melodías que jamás se olvidan.
abm

Y cómo no sentir hoy aldemaro
que fuiste y serás día de toque
en piedra de tuna que se pierde
en las alcabalas de las inundaciones que
ven nacer los instantes que incorporan
la noción de atuendo a los
cantares del permanente altar
de sonidos y escarabajos de amores
que hacen de la otra onda
la novedad del grito nuevo que levanta
tempestades en cada uno de los rincones
de las estaciones que se van detrás del
tren para no permanecer en las
incubaciones de colores en los que
nadie se va para no perder el encuentro con
los aldemaros que viven en el hechizo
de una música que los chirulíes compusieron
para que su onda tronara desde aquí
hasta lo más profundo de las estratosferas
de los despertares de la sensibilidad y amor
que fuiste regando por los caminos
que siempre te volverán a tener
hasta convertir cualquier despedida en
embustería que vivirá en todos los
rincones que te pautaron
los réquiem de las temeridades.