En camino
Los mitos de Orfeo y de la mujer de Lot son advertencias universales: quien voltea hacia atrás pierde la oportunidad. Por mirar atrás, Orfeo perdió a su amada a quien había rescatado del inframundo, y la mujer de Lot no sólo se convirtió en sal sino que nadie recordó su nombre. Por eso a la oportunidad la pintan calva porque por detrás no hay por dónde agarrarla. Los proyectos del resentimiento ofrecen sólo revancha, actitud guindada en pasados y difusos agravios.
Lo mejor del programa de Capriles Radonski es que apunta hacia adelante y ni siquiera se detiene por las críticas que de uno y otro lado intentan hacerle volver la cara.
Hay que revisar, estudiar, divulgar y asumir como propios los contenidos del programa para el camino futuro. Quizá el más esperanzador es su Plan Seguridad para Todos porque cuando hay seguridad el espíritu se eleva y el mundo prospera. Siendo un plan integral, toma en cuenta a la comunidad como parte del problema y de la solución. Promotores de paz, educadores de calle, constructores de ciudadanía, colaboración de la comunidad con policías, descentralización y acercamiento de los ciudadanos a sus autoridades, arte y deporte en la calle, planes de empleo, educación, prevención, aumento del capital humano, son programas positivos e inspiradores porque reparan el tejido social y proponen acciones concretas que convierten a las autoridades en ciudadanos y a éstos en actores garantes de su seguridad. El plan debería llamarse, en realidad: «Seguridad de, para y por Todos».
Mientras el gobierno produce leyes en serie que reprimen y penalizan todas las actividades menos el ocio y la mendicidad, el candidato del futuro ofrece soluciones constructivas. Quien se devuelve se ‘esnuca. No recordaremos los nombres de quienes se regresan a buscar líderes arcaicos y exigen emociones tóxicas, a quien propone esperanza. No preguntemos tanto por lo que el candidato puede hacer por uno sino cuánto podemos hacer con los programas que nos propone. Por todos y para todos.